PRÓLOGO

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Allí arriba les dejo a Sophia de grande para que la conozcan ;)

Era una noche fría y tormentosa, y muy larga para la reina de Creylia, quien acababa de tener unos hermosos gemelos. La mujer contemplaba con ojos llorosos y una enorme sonrisa a los pequeños que reposaban en sus brazos, al tiempo que los mecía lentamente para que dejaran de llorar. Eran un niño y una niña. La niña tenía el pelo castaño claro, y unos hermosos ojos celestes. El niño tenía la misma sonrisa y ojos que su hermana, a excepción de su brillante pelo rubio. Mareena estiró a la pequeña en dirección a su esposo para que la cargara quedándose con su hijo. Ambos reyes estaban emocionados por los futuros herederos al trono, quienes pronto darían a conocer ante el pueblo.

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                  8 meses después

Los pequeños estaban cada vez más grandes. Sophia y Luke (así decidieron llamarlos) habían aprendido a gatear hace unas semanas, y ahora se paseaban por todo el cuarto. Convivían muy bien juntos, y hacían de cada tarde una aventura.

En ese momento, el rey estaba jugando con su hija en el salón del trono, y su esposa e hijo estaban de viaje y volverían en tres días.

Lo que sigue sucedió demasiado rápido; comenzaron a escuchar bombardeos y explosiones cercanas. El padre tomó a su hija en brazos y corrió fuera de la habitación.

Al salir, se topó con una sirvienta de unos 30 años aproximadamente: Meredith, una de las personas de mayor confianza en el palacio. Le entregó a su pequeña y le pidió que la cuidara.

-Su majestad, los Lord están atacando, quieren tomar el reino- dijo ésta, alarmada, al tiempo que mecía lentamente a la niña para que dejara de llorar.

-Lo sé, iré a ver si podemos llegar a un acuerdo. Si no vuelvo, escóndela y, cuando cumpla 16 años y te asegures que el mundo vuelve a ser seguro para ella, vienen ambas a vivir aquí. Por seguridad de las dos, no la relaciones demasiado con nadie, ni siquiera con mí esposa y su hermano, y bajo ningún punto de vista le hables de esto antes de tiempo- su voz se quebró- Estaré eternamente agradecido con usted, Meredith- dijo, con ojos llorosos- Ahora váyanse, rápido. El primer ministro tendrá lista la escritura de una cabaña de emergencia para casos así, más una buena suma que alcanzará para mucho tiempo si es necesario- bajó la vista para ver a su bebé- adiós pequeña, papi te ama muchísimo- besó la cabecita por la cual comenzaban a aparecer largos cabellos marrones.

La buena mujer se apresuró a recoger prendas suyas y de la niña, y de visitar al ministro. Una vez que tenía todo, salió del castillo corriendo del castillo, ya que a lo lejos divisó centenares de guardias del reino enemigo acercarse.

Le dio un par de monedas a un aldeano que pasaba por ahí para que la llevara a la cabaña en su carreta, y emprendieron el viaje.

Cuando llegaron, Meredith se dio cuenta que la cabaña estaba muy bien provista de muebles, cortinas, cubiertos, manteles y otras cosas indispensables para su larga estadía de 16 años en la que mantendría a salvo a esa pequeña princesa.

A pesar de ser difícil, se juró a si misma volcar todo su amor y protección, para que un día, todo el reino quedará a cargo de la princesa perdida...

Princesa Perdida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora