...

9 2 0
                                    

Era una simple persona de 17 años, con una vida bastante normal; vivía con mi madre, trabajaba medio tiempo por las noches y durante el día iba a la escuela. Para ser sincero, trabajar ni siquiera era algo que yo necesite, es algo que más bien hacia por mero capricho y por distracción... cosa que mi psicólogo recomendó, pero como sea, eso es historia para otro momento.

Ahora, quiero contarles algo importante, quiero hablarles sobre la persona que me gusta.
El es un chico realmente apuesto, va a mi misma clase, él siempre está rodeado de chicas guapas, chicas a las que envidio profundamente por pasar tiempo con él, por el hecho de que él sepa de su existencia y no las mire raro como hacen todos conmigo, ya que soy básicamente la persona más rechazada del salón y me atrevería a decir que incluso de toda la escuela. En fin, él y yo somos compañeros desde muy pequeños, siempre hemos ido a las mismas escuelas desde que vamos en el jardín de niños; recuerdo una vez que él se cambió de escuela de forma repentina, sin avisar a nadie en la escuela ni en el vecindario, así que esa vez lloré, pensando que jamás podría verlo de nuevo, pero mi madre me cambió a su nueva escuela al enterarse de cuál era.
Con el tiempo fuí capaz de averiguar por mi mismo a qué escuelas se cambiaba, pidiéndole rápidamente a mi madre el traslado; al parecer él se cambiaba tan seguido debido al acoso de algunas chicas... Vaya, me imagino lo fastidiosas que deben ser con él para que tenga que cambiarse cada año, seguro son unas abusadoras, no como yo. En fin, ya hace un par de años que asistimos a una escuela sin cambiarnos y en realidad eso facilita mucho las cosas para mi madre y para mi.

No soy capaz de ordenar correctamente mis ideas, pero seguro se estarán preguntando cómo lo conocí, a parte de ir al mismo curso, se preguntarán porqué me gusta y por que me cambio de escuela siempre que él lo hace, asi que bueno, sus preguntas serán resueltas justo ahora.
Sander Blum, lo conocí en el jardín de niños cuando tenía alrededor de 4 años, al principio no fué la gran cosa, solo era un compañero más, pero al pasar a primaria, él rápidamente comenzó a hacerse famoso por su atractivo aspecto a tan temprana edad, incluso chicas mayores se le acercaban solo para abrazarlo y hablar de lo tierno que les parecía; a mitad de curso, yo estaba en mi lugar de siempre, cuando un montón de chicos llegaron a burlarse de mí por mi aspecto, por no tener ningún amigo y de más, pero ahí apareció él, Sander se puso frente a mí y los espantó diciéndoles cosas casi tan feas como las que ellos decían de mí; se volteó a verme, extendiéndome su mano mientras yo solo miraba sus brillantes ojos color miel, teniendo los míos llenos de lágrimas, una luz emanaba de él, era claramente un ángel caído del cielo.
Comencé a seguirlo porque quería tener algo con él, pero no podía, porque temía que me rechazara ya que claro, dos chicos siendo novios no es algo normal ¿cierto?

Me tomó años, pero por fin reuní el valor para decirle que me gusta, aunque no pareció gustarle la idea de estar atado en mi sótano porque comenzó a gritar, aunque sus gritos no eran muy audibles ya que tenía una cinta en la boca.
«Lo siento mi amado Sander, atarte era la única forma que tenía para que realmente me vieras» mi voz era tranquila, pero él seguía alterado, no sabía cómo hacer que me escuche, así que comencé a explicarle la situación.
«Sander no te alteres, no te pasará nada malo, yo solo... tú me gustas, desde niños y yo quería confesarte mi amor, te amo tanto que colecciono recuerdos juntos, tengo el parche que usaste cuando te raspaste la rodilla jugando a los ocho años y me saludaste en la enfermería, tengo tu cepillo de dientes que usaste en la pijamada escolar cuando nuestros sacos de dormir estaban cerca, tengo fotos tuyas, tengo la ropa que usaste el día que me ayudaste por primera vez» en ese momento se quedó en silencio, me miró a los ojos de una forma tan hermosa... sus pupilas se habían hecho más pequeñas, sus párpados estaban abiertos de par en par, sus cejas fruncidas; oh god, esa tan encantadora expresión de miedo.
Creo que comenzó a recordarme y también se calmó un poco, por lo que le quité la venda, escuchándolo jadear por antes haber gritado; pronto él habló «Ya te recuerdo, eres el chico solitario al que siempre molestaban... tú... ¡estás loco!» pero comenzó a hablar mal y no pude soportarlo, él no debía tratar mal a su futuro novio, le volví a poner la venda en su boca.
Pasó el tiempo, él seguía allí y yo bajaba a darle comida y hablar un poco, no permitiría que mi lindo Sander se aburriera. Así él poco a poco parecía acostumbrarse a estar allí, un día desaté una de sus manos y no hizo nada, solo se rascó el cabello y el rostro, tenía sentido, lleva días sin bañarse, por lo que decidí desatarlo y llevarlo. Lo guié escaleras arriba, cuando sus ojos toparon con la luz parecía incómodo, por lo que lo guié rápidamente al baño, le indiqué donde estaba todo e incluso le ayudé a darse un baño, él en ningún momento intentó escapar, eso fué bueno para ambos, desde ese día comenzó a comer junto mi madre y yo, Samuel siempre tan callado; creímos que nada malo pasaría hasta que nos confiamos mucho e intentó escapar, fué horrible oír sus gritos de dolor cuando le rompí un tobillo, pero era algo que debía hacer, él no podía huir, sería algo terrible para mi madre y para mi ya que si se iba le contaría a todos que nosotros lo teníamos mientras lo buscaban, eso nos metería en muchos problemas... finalmente sus gritos y llantos pararon, me disculpé mucho con él por haber hecho tal cosa a su tan lindo cuerpo, ya que ahora tenía una fea mancha morada en su tobillo.
Así volvimos al inicio, no lo saqué del sótano hasta que otra vez comenzó a ser un chico bueno, recuerdo bien su pálido rostro con una expresión constante de tristeza, expresión que me partía el corazón y por ello cada vez que le veía así, lo llenaba de besos y mimos, después de todo era mi novio ¿verdad? Debo tratarlo bien para que siga conmigo.

You're mine [one-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora