first & last | JAEDO

3. jugando entre la nieve (J)

Una semana paso desde que nos mudamos, Soyeon sigue sin salir de casa, la única vez que salió fue hace una semana y de ahí se la pasa en su habitación hablando con sus amigas sobre chismes de su antigua escuela, sobre chicos o sobre la vida amorosa de alguna de ellas.

Por mí parte, decidí salir de casa, ya me estaba hartando de estar en esas cuatro paredes escuchando las quejas constantes de Soyeon o sus chismes.

De nuevo tenía mí cámara, nunca salía sin ella. Digo, me encanta tomar fotos a todo y no tenerla conmigo es como no tener el aire que necesito para vivir.

–!Cuidado!–un niño que no pasaba de los 8 años, me gritó–.

Una bola de nieve aterrizó justo en mí cabeza. El pequeño junto con otro se acercaron a mí.

–Señor, ¿Está bien?–preguntó el niño que lanzo la bola de nieve–.

–!Jeno, te dije que no la lanzaras!.

–Lo siento, no era mí intención golpearlo con la bola de nieve, solo quería lanzar hacía Renjun.

Me quite el gorro, limpiando los restos de nieve, al terminar lo coloque de nuevo en mí cabeza, miré a los dos pequeños, quiénes tenían una expresión de culpa, sobre todo el que fue nombrado por el nombre de Jeno.

–No se preocupen–les sonreí–solo estaban jugando, ¿O no?, Los accidentes pasan, no se preocupen.

–¿Seguro que esta bien?.

–Muy seguro

–En verdad lo lamento–dijo Jeno–.

–Esta bien pequeño.

Les sonreí, viendo que a lo lejos había un muñeco de nieve, ambos pequeños dirigieron su mirada al muñeco.

–¿Le gusta?, Nosotros lo hicimos–dijo Jeno–Pero después de eso nos pusimos a jugar con bolas de nieve y bueno... Ya sabe lo demás.

–Es bastante bonito–tome entre mis manos la cámara que colgaba sobre mí pecho–¿Puedo tomarle una foto?.

Ambos niños me miraron con una sonrisa, asintieron rápidamente. Corrieron hacía su muñeco, Renjun tomó su bufanda y la coloco al rededor del "cuello" del muñeco, mientras que Jeno se quitaba su gorro y lo colocaba en la cabeza del muñeco.

–Listo, ahora sí le puede tomar una foto–dijo Renjun una vez el muñeco tenía ambas prendas–.

–¿Quieren posar con el muñeco?.

–¿Podemos salir en la foto?–asentí–

–Sí, ¿Por qué no?, Después de todo, fueron ustedes quienes hicieron el muñeco

Ambos niños asintieron, y después de eso posaron junto al muñeco. Tome al rededor de cuatro fotos, les hice una seña para que se acercarán y vieran que tal quedaron. Jeno y Renjun entendieron mi señal y se acercaron. Observaron por un buen rato las fotos, hasta que pequeñas risas salieron.

–Quedaron muy lindas–Jeno se alejó de la cámara–Gracias por tomarlas.

–Las gracias las debería de dar yo ya que ustedes me dejaron tomarles las fotos.

Mientras soltaba la cámara de mis manos, sentí un golpe en mí espalda. Me di la vuelta, observando como Renjun tenía una sonrisa y en su mano una bola de nieve.

Volví a sentir un golpe en mí espalda, esta vez fue Jeno quién me tiró la bola de nieve.

–Oh, con que así quieren jugar ¿Eh?, Pues vamos a jugar–me agaché para tomar entre mis manos la nieve y hacer dos bolas–

Golpeé primero a Renjun, la bola dio en su cabeza, mientras se limpiaba pude escuchar su risa. La segunda bola fue para Jeno, está le dio en el pecho. Él ya tenía una bola preparada para mí.

Y así paso mí tarde, jugando entre la nieve con dos pequeños que apenas había conocido.

Me encantaba jugar con los niños, era como sentirme un niño de nuevo. Y lo más bonito fueron esos ángeles de nieve que hicimos. En mí antigua ciudad no caía nieve, así que, ese hermoso muñeco de nieve, la guerra con bolas de nieve y los ángeles de nieve que hicimos, alegraron en demás mí corazón, me hicieron feliz, demasiado. Y esos pequeños también alegraron mí día.

Cuando dieron las dos de la tarde ambos pequeños tuvieron que irse a casa, pero no sin antes prometerme que volverían al parque y tampoco se fueron hasta que me hicieron prometer que regresaría al parque para jugar con ellos o para tomarles fotos, les gustaron demasiado las fotos que les tome con el muñeco de nieve, querían tomarse más, solo ellos dos o conmigo incluido.

Yo también regrese a casa con una sonrisa. Jugar en la nieve era demasiado divertido, Soyeon debería intentarlo algún día, Soyeon en verdad necesitaba probar hacer un ángel de nieve y despegarse de su celular..