—Buenos días... —. Escuchar la voz Kaku para mi mala suerte me hizo despertar de golpe, hace mucho no dormía tan bien como ayer pero Hitto estaba frente a mi riéndose en voz baja.
—¿Qué pasa?
—¿Se besaron? —. El niño señaló los brazos de Shinichiro que estaban rodeando mi cintura y su cabeza escondida en el arco de mi cuello, mi cara se puso roja y de la sorpresa termine empujando a Shinichiro haciendolo caer al suelo.
Kaku se reía por la reacción de Shinichiro quien se levanto de golpe lanzando golpes al aire como si estuviera en una pelea mientras preguntaba que pasaba lleno de miedo.
—Les preparamos el desayuno —. Kaku escapo de la habitación dejando a Shinichiro confundido y a mi sonrojado mordiendo mi lengua para no reírme del Sano.
—B-Buenos días
—Buenos días
El parecía avergonzado, tenía las mejillas rojas y rascaba su nuca nervioso.
Rápidamente fuimos a la cocina para escapar del vergonzoso ambiente que se había formado en el cuarto de la nada.
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—¿Que es esto?
—Salchicha en leche
—¿Quién lo hizo?
—Mikey
Estábamos sentados en la mesa bajo las miradas expectantes de los niños quienes habían preparado desayuno, un plato cada uno, y siendo honesto de solo verlos me daban ganas de vomitar pero no podia lastimar sus sentimientos.
Mikey había preparado salchicha en leche y jugo de cebolla, Kaku papas hervidas bañadas en mermelada, azúcar y salsa picante; Emma pan tostado con brillitos, sal y pimienta. Todo aprobado por Izana quien les dio la idea.
—¿Qué les parece?
—De-delicioso —. Tuvimos que sentarnos a fingir comer de su desayuno, la niña veía fijamente como dirigía el pan a mi boca cuando afortunadamente tocaron la puerta de la casa.
—¿Quién es? —. Mientras los niños recibían al extraño Shinichiro y yo tiramos la comida rápidamente con cuidado que no se dieran cuenta.
Eran Takeomi y Benkei quienes entraban por la puerta ambos algo lastimados por una pelea reciente.
Shinichiro los atendió mientras yo buscaba ingredientes para hacerles desayuno real pero parecía que usaron todo lo que habia en la cocina así que tenía que ir a la tienda.
—¿A donde vas?
—A la tienda
—Si quieres te acompaño —. Shinichiro se ofreció para ir conmigo pero no podía dejar solos a sus hermanos que seguramente se meterían en problemas si el no estaba.
—Yo lo acompañaré —. No pude negarme cuando Benkei ya estaba llevándome a la puerta aunque no hubiera curado sus heridas aún. Mire de reojo el rostro enojado de Shinichiro aunque no entendía el porque pero no le tome mucha importancia y salí de la residencia.
