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El carro iba a velocidad media para que las personas dentro de el pudieran disfrutar lo hermoso que se veía el paisaje de aquel lugar.

Seonghwa sacó la mano y sintió la brisa pasar por sus dedos hasta que su padre lo regañó.

—Deja de hacer eso. ¿Qué pasaría si viene un carro y te quita la mano?— Seonghwa negó, pero obedeció. Su padre a veces, solo a veces era un poco exagerado.

Después de unos minutos llegaron al hotel y bajaron del carro alquilado para hacer check-in en la recepción.

Seonghwa dejó su maleta con sus padres y miró la inmensa piscina que estaba frente suyo.
Salió de la recepción y se acercó a ella con total admiración, se veía como una excelente escena digna de una foto.
Sin pensarlo dos veces sacó su cámara y le tomó una foto, luego otra y una última. En todos los ángulos posibles.

—Seonghwa, cariño. Vamos— su mamá le llamó y asintió guardando de nuevo la cámara en su estuche.
Tomó su maleta y subió al elevador.

—Habitación 11. Número iguales. Es lindo.— Tomó otra foto.

—Acabas de llegar, pero no dejas descanzar esa cámara ni un momento.— Seonghwa rió ante las palabras de su padre.

—¿Qué puedo decir? Es lo que me gusta hacer.

Dejaron las maletas en la habitación que más bien parecía un departamento porque tenía la habitación principal, una puerta que lo llevaba a otra habitación dentro, el baño y una terraza compartida. Sin contar una mini sala.

Después de instalarse un poco, decidieron bajar hacia el estacionamiento para comenzar sus vacaciones.

Seonghwa uso ese momento en auto para ver las recientes fotos que había tomado. Pasó por las de la habitación y llegó a las de la piscina encontrándose con algo o más bien alguien que no había visto y que le pareció interesante.
Ahí, sentado a un lado, estaba un chico de cabello rojo mirando atento la piscina y con unos auriculares puestos.

Miró más a fondo la foto apreciando lo bien que había salido aquel desconocido. Sonrió por instinto al verlo tan relajado y tranquilo con una sonrisa en sus labios.

Llegaron al último piso y fueron al carro que habían alquilado.
Subieron y emprendieron su camino a el centro de la ciudad.
Irían a comer, comprar y ver los sitios turísticos, después de todo era una semana de celebración por haber pasado el exámen de la universidad.

Bajaron del coche cuando ya estaban en el lugar acordado para comer. A Seonghwa le hacía mucha ilusión comer en ese lugar ya que era un lugar famoso de ahí.
Se sentaron frente al gran ventanal y pidieron la comida.
Seonghwa tomaba fotos de todo desde que entró hasta que comenzó a comer y después de ello, antes de salir.
Le tomó fotos a sus padres frente a una estatua muy famosa y siguió tomando fotos a los sitios turísticos que iban visitando.
Luego fueron al centro comercial porque su mamá quería comparar algunas prendas y recuerdos. Así que como sus pies dolían decidio quedarse sentado en una de las bancas.

De nuevo tomó su cámara y tomó un par de fotos más para después ver las fotos que había tomado en todo el transcurso del día, pero algo curioso pasó, aquel desconocido seguía apareciendo en sus fotos. Cualquiera pensaría que estaba siendo seguido por aquel extraño, pero Seonghwa sabía que su exclusiva aparición en sus fotos eran solo coincidencia. Salía de perfil, distraído e incluso de espaldas y con esas fotos Seonghwa pudo darse cuenta de varias cosas que le parecieron curiosas, ese chico siempre llevaba sus auriculares puestos, una mochila mediana y ropa que parecía ser modificada por él.
Le parecía interesante ese chico que se colaba en sus fotos, pero ¿acaso llegaría a tenerlo frente a frente? Eso sería casi como ayuda del destino. Aunque si eso llegara a suceder, esperaba tener el valor suficiente para siquiera decirle hola o invitarlo a tomar un café.

Dio un último vistazo a las fotos y recibió una llamada de sus padres para que fuera a una de las tiendas junto a ellos.

Soulmates [Seongjoong] [Libro#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora