Incertidumbre

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Franco ya tenía todo listo cuando el abogado de oficio vino a recogerlo. Cualquiera en su posición hubiera empleado su fortuna en contratar al mejor abogado de todo el país, pero el no quiso hacerlo porque eso supondría que su mujer y sus hijos se habrían enterado y quería mantenerlos al margen de todo para que así estuviesen a salvo.

-Buenos días señor Reyes
-Buenos días Ignacio-contestó Franco
-Le cuento cómo se encuentra la cosa
-Por favor -se apresuró a decir el pequeño de los hermanos
-Tan solo queda firmar una serie de documentos y en unas dos horas quedará libre.

Eso a Franco le sentó como un jarro de agua fría y no entendía el porque llevaba casi 3 años encerrado ¿Que suponían un par de horas más? Pero le urgía salir, ver a su familia pero sobre todo a Ella.

-De acuerdo, intente que se dilate lo menos posible ,por favor
-Descuie - dijo el joven abogado de forma apresurada

Mientras en la hacienda Sara discutía con su hija:

-No Gaby yo ame a un hombre y ya no quiero más en mi vida, no te comportes como una niña pequeña.
-Mama no es ser una niña pequeña . Estoy cansada de verte llorar y sola.

Lo que Gaby no sabía es que la sola idea de besar a alguien que no fuese su marido le causaba repulsión a Sara. Pero ¿Donde estaría? Siempre pensó que se había marchado buscando a Rosario Montes pero que esta volviera con su hija sin rastro de su amado era lo que le desconcertaba.

-Mama,MAMAAAAAA-gritaba Gaby-¿Me estás escuchado?
-Hija perdona, dime
-Esta claro que nunca lo olvidaras-dijo su hija en tono triste- por mucho daño que nos haya hecho- y sin más se marchó.

-Llego el momento señor Reyes, es usted un hombre libre.
-Perfecto . ¿Nos podemos ir ya?
-Si sin problema

Mientras Franco salía de ese lugar los miedos comenzaron a invadirlo ¿Y si no lo perdonaban?  ¿Y si....? Salió corriendo a vomitar en una esquina de la calle. La misma calle que no pisaba hacia 3 años.

-¿Se encuentra bien?
-Si no se preocupe- Franco sabía perfectamente de donde venian esos nervios por fin la podría ver en carne y hueso no a través de una foto rota que tenía en la cárcel y fue de lo poco que le dejaron mantener cuando lo encarcelaron.

Sara y Franco (PdG2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora