3- Penny

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Odiaba mucho que me llamen princesita de mamá o papá. No soy una niña mimada. Bueno total, que me "arrepiento" de a ver destrozado su habitación, porque no pensé en las consecuencias, ahora me toca ordenarlo todo e incluso poner dinero para pagar algunas cosas... Vaya faena. Me di cuenta de algo mientras recogía, y es que le gusta leer, sobre todo libros de asesinatos o misterio, también le gusta componer, y tenia muchos discos en su estantería, eso si... no había nada de sus padre, ni una foto, ni nada... que raro. Necesitaba saber porque no había nada de ellos, pero me daba corte preguntarle, y asco mantener una conversación con él.

-¿Como vas recogiendo? Las cosas que has roto o las compras o me das dinero y ya veré que hago yo con el.

-Voy bien, y prefiero pagarte el dinero que necesites. Y ya que estamos, estaría bien que me prepares algo, tengo hambre.

-Me da igual princesita, tienes hambre, pues haces un descanso comes algo y a seguir.

-No me vuelvas a llamar princesita y vale.- Salí y le empuje con el hombro.

-Te relajas eh.

-Si, si.

Me calenté un vaso con leche, luego le eche colacao y comí unas cookies, y vuelta al trabajo. Ya me quedaba poco, le había ordenado todo, solo faltaba limpiar y fregar porque estaba hecho un asco. Al terminar mire la hora, y vi que eran las 22, hora de cenar, fui a la cocina, y Justo estaba John preparándose un puré de patatas.

-Hay para los dos, ¿quieres?- Me propuso al escucharme llegar.

-Si, estaría bien... Gracias.- Lo agradecía de verdad, estaba muerta de hambre.
Puse la mesa y al rato nos sentamos uno enfrente del otro.

-¿Te has divertido recogiendo?- Sonrío.

-Uy si, quiero repetir.- Puse los ojos en blanco, y nos pusimos a reírnos. -Perdón... no debí hacerlo.

-Ya lo sabes para la próxima, y por cierto, me debes 70€, realmente son más, pero creo que es suficiente lo que has hecho para aprender la lección.

-Desde luego. No pienso tocar nada tuyo a partir de ahora.

Terminamos de cenar, yo recogí la mesa y él se puso a fregar los platos, me acerqué a él y le moje con el agua, luego me fui corriendo a mi cuarto.

-IMBECIL.- Gritó desde la cocina, yo me tiré a suelo mientras me reía. Puedo usar el odio que le tengo como algo bueno, transformar ese odio a alegría, voy a poder hacerle cosas y reírme como si no haya un mañana.
Me fui corriendo al baño, cogí su champú y lo vacíe en otro bote, para no dejarlo vacío eche pasta de dientes. Que se joda. Sonreí.

-Sal del baño, me quiero duchar. Que sepas que no vives sola y tienes que compartir baño, cocina y salón con una persona encantadora, osea yo.- Escuché decir a John al otro lado de la puerta.

-¿Quieres un aplauso por el ego que tienes? Y si, lo sé. Pero a ver si me dejas vivir tranquila.- Abrí la puerta y salí directa a mi habitación.
Me senté frente al escritorio, donde tenía los libros de la universidad, me puse a hacer esquemas para estudiar más fácil lengua. Que dentro de unos días tenía examen.
      Me quedé mirando mi corcho con fotos, tenía fotos de cuando era pequeña, con mis padres, de cuando era feliz... No como ahora, que vivía amargada, sin apenas hablar con mis padres, viviendo con un egoísta, imbécil e inmaduro, estudiando durante horas. Un asco.

-¡¿QUÉ ES ESTO?¡- Escuché gritar a John. Me empecé a reir. Ahora tendrá el pelo fatal. Que risa. -PENNY, PRINCESITA DE MAMÁ, ¿QUE ME HAS HECHO AHORA?

Escuché como se acercaba a mi habitación, mierda... Me la iba a cargar, otra vez.

-Yo no he hecho nada.

-Joder que no, mira, toca mi pelo. Se ha quedado fatal, solo dime que no has tirado el champú. Por favor, si no te mato.

-Tranquilo, aqui lo tienes.- Le tendí el bote con el champú, me lo quitó de las manos en un abrir y cerrar de ojos, se fue a darse otra ducha.
      Ya era tarde, me tocaba ducharme, y fue lo que hice, ducha rapida y a dormir.

A la mañana siguiente mientras desayunaba vi que faltaban cosas, cosas de John, abrí lo ojos, porque me asusté, entré en su habitación, estaba casi vacía... Joder, creo que se ha ido, pero porque joder, MEJOR.
      Fui a mi habitación cogí mis cosas, me puse los auriculares, la música y caminé camino a la uni. Me puse a pensar en mi vida, en como he llegado hasta aquí, y todo fue por mi primer y único novio hasta ahora. Alguien que me hizo madurar, abrir los ojos, cambiar mi forma de ser. Por una parte agradezco a ver roto con él, si es verdad que fue una relación muy bonita, haciamos todo por el otro, nos regalabamos cosas preciosas, siempre que estaba a su lado era feliz, pero tuvo que irse... Y ponerme los cuernos, encontrar a otra mejor. Me dolió mucho al principio, mis sentimientos dependían de él, y es algo que aprendí, no dejar nunca que tus sentimientos dependan de algo o alguien. Cuando lo dejamos no salí durante meses, no hablé con nadie, hasta que supe que lo mejor era cambiar de ambiente, de vida. Y fue lo que hice, lo deje todo atrás.

-Hola.- Saludó Leah. -Deja de pensar tía, y entrá a clases.

Bajo el mismo techo.Where stories live. Discover now