La fina manta estrellada envolvió con calidez al pueblo que bailaba en las puertas del castillo celebrando el nacimiento de su nueva princesa. Lleno de luz y alegría el pueblo de Zora bebía gritando a todo pulmón, deseando a sus majestades abundancia. Zora era un próspero reino conocido por poseer a las mentes más brillantes que jamás existieron en el mundo; sin mencionar su basta riqueza de oro y minas repletas de diamantes preciosos, posicionándose como uno de los reinos más poderosos. Era pues dirigido por el rey Nicolas zoe junto a su amada reina Ellen, a quienes se adoraba por su sorprendente inteligencia y nobleza.
- ¡Larga vida a la princesa! - se escuchó a las afueras del castillo. Sonriendo Ellen descansaba en cama con su recién nacida entre sus brazos sin quitar le los ojos de encima era tan hermosa. - ¿Escuchaste? Parece que les agradas mi niña- La pequeña le regreso la sonrisa mostrando sus enormes ojos avellanos iguales a los de su padre.
La puerta de su recamara se abrieron con brusquedad por un castaño que traía mil sabanas entre sus brazos- ¿Estas bien? ¿necesitas algo? ¿Cómo esta ella? – pregunto con inquietud el rey acercando se de inmediato con su amada recibiendo una pequeña sonrisa de ella. Tranquilizando se de inmediato tomo asiento a su lado contemplando a su sucesora. – Es igual de hermosa que tu
-No seas mentiroso, ella es tu viva imagen y lo sabes- se quejo dando un suabe codazo. Nicolás sin poderlo evitar soltó una suabe carcajada después de recibir el golpe. -Claro que no. Ella puede tener mis ojos, pero de ti heredo esa sonrisa tan acogedora estoy seguro de que derretirá a más de uno en el reino-dando le un beso en la mejilla logro apaciguar a su amada. Los gritos de felicidad entraron por la ventana interrumpieron la pequeña conversación sacando una sonrisa a ambos. - Creo que están impacientes por conocerla ¿Cómo la llamaremos?
Ellen miro a su frágil hija con dulzura después de casi perder la esperanza de no poder tener un hijo ahora ella había llegado a iluminar sus vidas y la de su pueblo ¿Qué nombre sería apropiado para su pequeño milagro? -Por mucho tiempo creí que la vida nos había condenado...me preocupaba quien llevaría nuestro amado reino-susurro ella acariciando su mejilla. Tenía el nombre perfecto - Pero no es así el destino solo nos preparaba para comenzar a vivir...Hange tú mi pequeño regalo serás mi vida.*
Contemplando a su amada sonrió de oreja a oreja- ¿regalo divino de vida? -tradujo el significado del nombre tan peculiar. Tomando a la niña en brazos comenzó a reír extendiendo sus pequeñas manos hacia él. -Me encanta. -Compartiendo miradas con su amada por un instante ambos se dirigieron al balcón acatando la atención de quienes seguían celebrando. Impacientes todos guardaron silencio mirando a sus gobernantes con sorpresa y admiración.
- ¡Pueblo de zora saluden a la princesa Hange zoe!-Hablo con autoridad alzando con cuidado a la recién nacida. Los aplausos y gritos de felicidad no se hicieron de esperar por fin el reino tenía un progenitor quien velaría por ellos y de manera clara igualmente ellos velarían por ella.
- ¡Larga vida a la princesa Hange! -exclamo uno de ellos levantando su tarro a lo que los demás lo imitaron con felicidad. - ¡Larga vida a su majestad!
La fiesta se alargó más allá de la noche, continuando cuando el sol acarició el firmamento con su luz anunciando el inicio de un nuevo día. En el castillo la familia real se alistaba para la llegada de los visitantes que llegarían con miles de regalos para conmemorar el nacimiento de el primogénito del rey que lo sucedería en la siguiente generación. La noticia se esparció como un diente de león al ser soplado por una suave brisa llegando a los oídos de todos, no solo de los habitantes del reino, sino incluso a los reinos más lejanos.
La armonía abrazaba con alegría el pueblo y los adornos resaltaban el buen ánimo que se respiraba en el ambiente. Ante la mirada fría del pequeño; los estandartes agregaban color a las calles. El carruaje viajo desde muy lejos para llevar a la familia real al reino amigo, el clima era completamente distinto, cálido a diferencia del frío que se extendía en su hogar. El clima no era lo único cálido del lugar, el recibimiento al arribar y bajar del carruaje fue lo más cálido, el confeti caía como lluvia acompañada de cantos y aplausos resaltaron el sentimiento agradable. Asus dos años era lo más hermoso que había vivido y una sonrisa en su pequeño rostro lo demostró, sin embargo, esta expresión fue remplazada por una de sorpresa y fascinación al ver las enormes escaleras de mármol que les esperaban en la entrada.
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Lazos forzados
FanfictionEstando porfin los dos solos kenny ofreció uno de sus preciados cigarrillos-Kuchel no me deja fumar frente al mocoso es un fastidio ahora me tengo que ocultar cada que quiero hacerlo-dijo fastidiado mientras Nicolás aceptaba el cigarrillo. - Iré al...