A NEW HOPE

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Seúl, Corea del Sur.

El sonido de un bip pausado y constante hace que despierte del letargo en el que estaba sumido.

Abro los ojos desorientado ¿Estoy en un hospital? ¿Cómo vine a parar aquí?

Caigo en cuenta que estoy hecho un desastre: Tengo un brazo y una pierna enyesados, tubos por todas partes y creo que una venda en la cabeza.

De pronto me dan ganas de reír lo que provoca que me duelan las costillas.

¡Ay SeokJin, eres tan cagón que ni siquiera sirves para matarte!

Una enfermera entra a la habitación y me saluda en coreano.

¿coreano?

-Buenos días señor Kim que bueno que despertó. Daré aviso a sus padres.

- ¿Mis padres están aquí?

-No en la clínica, pero si en Seúl, dejaron dicho que se les notificara cualquier cambio en su estado.

La eficiente enfermera Choi realiza su trabajo y se retira tan discretamente como llegó.

Trato de hacer memoria ¿Desde cuándo estoy en Seúl? ¿Cuándo y por qué mierda decidí venir a Corea y dejar Nueva York?

Es inútil, mi cerebro está tan seco como mi boca.

Veo un timbre al alcance de mi mano ¡Gracias a Dios! Así por lo menos podré hidratar mi garganta; tendré que esperar a mis padres para que me ayuden a refrescar la memoria.





Los señores Kim hacen su entrada triunfal. Mamá tan elegante y bella como siempre, papá guapo e imponente con esa aura de autoridad y poder que le da el saberse dueño de Empresas Kim cadena de lujosos hoteles que operan en buena parte de Asia y Estados Unidos.

Debo admitir que me sorprende ver que, contrario a lo que es una costumbre entre nosotros, papá no me mira con gesto adusto y cara de estar harto de mí y mamá no tiene esa expresión de ¿Y ahora qué hiciste? que provoca que su cuidado cutis tenga una ligera marca de ceño fruncido entre sus bien delineadas cejas.

¡Nop! Esta vez sus semblantes reflejan tristeza y preocupación.

Lo más raro ocurre luego. Mamá se acerca a mí y me da un beso en la mejilla que llega acompañado de lágrimas.

-¡Jinnie hijito no sabes el susto que me diste!

Papá también se aproxima a mi cama ¡No me digan que él también me va a besar!

Afortunadamente no lo hace, pero toma con cuidado mi mano sana (El escandaloso yeso del otro lado cubre mi brazo desde el hombro hasta la muñeca)

-Me alegra ver que ya despertaste SeokJin nos has tenido con el alma en vilo.

Es extraño verlos así de apesadumbrados, la última vez que mostraron algo de interés por lo que me pasaba fue cuando tenía veinte años y me vi por primera vez cara a cara con la muerte.

Algo se agita dentro de mí y hace que escupa todo el veneno que tengo guardado en mi interior. Años de sentirme un desperdicio humano, de pensar que soy un desecho que nadie quiere, que no es capaz de retener el amor de las personas que le importan: de sus padres, de su primer amor... de ella.

- ¡Vaya! ¿Y eso por qué?

-No necesitas ser sarcástico hijo, creo que ya te diste cuenta en la condición en que te encuentras.

BON VOYAGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora