Capítulo 1: Gol D. Ray

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Huir. Eso es lo que Ray había estado haciendo toda su vida.

El legado que él representaba era demasiado fuerte como para olvidarlo. Su nombre completo era Gol D. Ray, y era el hijo mayor de Gol D. Roger, el difunto Rey de los Piratas.

Ya cuando tenía cinco años, cuando se descubrió que Roger tenía un hijo, tuvo que huir de Baterilla, su hogar, con la idea de proteger a su madre, Portgas D. Rouge.

Desde ese momento, esa fue su vida, huyendo de los marines, del gobierno, desde temprana edad.

Ya a los cinco años habían pedido por su cabeza 15 millones, lo que dificultó su huida desde el principio, pero Ray sabía que, cuando creciese, sería perseguido aún más.

Pasaron meses y Ray seguía huyendo.
Recorrió el South Blue, evadiendo varias naves marines, pasando del South al West Blue, donde su barca no pudo aguantar más y se hundió.
Ray, con sus seis años, no había tenido la oportunidad de aprender a nadar, por lo que se hundió junto a la barca y se temió lo peor.


Tuvo suerte.
Cuando Ray abrió los ojos, se encontró en una cama muy cómoda y con que tenía un paño húmedo en la frente. Lentamente, se incorporó.

-¡MAMÁ!-escuchó entonces que gritaba una voz femenina-¡EL CHICO HA DESPERTADO!

Se escucharon varios pasos y dos personas aparecieron por la puerta del cuarto, una mujer y una niña de más o menos su edad.
La mujer era alta, delgada pero atlética, con pelo blanco hasta los hombros, ligeramente rizado. Tenía los ojos azules y emitían una mirada de preocupación dirigida a Ray.
Vestía una chaqueta marrón larga abierta, un top azul celeste y unos pantalones verdes.

Vestía una chaqueta marrón larga abierta, un top azul celeste y unos pantalones verdes

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La niña que la acompañaba era sin duda su hija. Tenía el cabello liso, de color negro, y llevaba un vestido granate largo. Sus ojos, también azules, estaban abiertos como platos, mirando a Ray, analizando cómo sería.

 Sus ojos, también azules, estaban abiertos como platos, mirando a Ray, analizando cómo sería

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-¿Quiénes sois?-preguntó desconfiado Ray.

-Mi nombre es Nico Olvia-se presentó la mujer-Mi hija, Robin-señaló a la pequeña-te encontró inconsciente en la playa. Estaba preocupada.

Eso pareció tranquilizar a Ray, pero no se fiaba del todo.

-¿Dónde estoy?

-Estás en Ohara, pequeño-dijo con dulzura Olvia-En mi casa, para ser exactos... Eres Gold Ray, ¿no?

-S...Sí...-tartamudeó Ray con algo de miedo-pero es... es... Gol D. Ray.

Los ojos de Olvia se abrieron de golpe, sorprendida, pero a la vez, se llenaron de tristeza, comprendiendo la dura vida que había tenido ese pequeño.

-Siento lo que has pasado, Ray, aunque pensaba que era Gold Ray... Imagino que el gobierno quiere esconder la D de tu apellido-le dijo acariciándole la mejilla-¿Quieres quedarte con nosotras? Aquí no tienes que huir de nadie, eso puedo asegurarlo.

-Pero... ¿por qué me ayudáis?

-Soy arqueóloga, Ray, e historiadora, por lo que comprendo el odio de los marines hacia la gente con la D... Ven conmigo, te presentaré al jefe y podrás ver que somos buenas personas.

Ray dedicó una última mirada a ambas, pero terminó asintiendo. Estaba cansado de huir, de no poder estar más de un día en una misma isla... Tal vez esa fuese su oportunidad de ser feliz y tener una vida tranquila, así que asintió y se levantó de la cama, para seguir a Olvia y Robin al exterior de la casa.

Sorprendido, Ray abrió los ojos al ver el gigantesco árbol que había en el centro de la isla.

Piratas Tormenta: El hijo de RogerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora