Lejos, te siento tan cerca

17 0 0
                                    

Alguna vez escuché de alguien decir que hay amores que son prohibidos. Y me quedé con esa pequeña duda, o curiosidad, y ¡boom! mi cabeza generó una tormentosa lluvia, llevando consigo, ideas, pensamientos, y con un nombre tan

caótico, veloz y audaz, tú nombre. Y es que te tengo que confesar, que cada vez que a mi cabeza se le da la locura, una gran locura, de pensarte, mi mundo se convierte tan diminuto, cálido y tan feliz, ¿puedes creerlo, solo con pasar tu nombre

por mi mente? Pero, partiendo de esos "amores prohibidos", no sé, sí esto aplica en nosotros. Sí, nosotros, ¿soy tan estúpido por decir "nosotros" sin serlo? No, quizás tú lo pienses que lo sea, pero

yo no. Básicamente, yo quisiera ser tan tuyo y tú tan mía. No es egoísmo, es amor, pasión, entrega y un toque de aire.

Y es que decir nosotros, no lo es todo. Más que decirlo, hay que sentirlo. Yo lo siento, fuerte, ardiente e impecable, pero ¿tú lo

sientes? Y es allí lo prohibido, nuestro amor prohibido.

Razonablemente, quizás sea que no lo sientas, es más, ni siquiera lo piensas por equivocación, por el simple hecho de que lo sientes, pero por otro. Otro que no soy yo, que te roba mil suspiros, que habita en tu cabeza como tú lo haces en la mía, que te complica la vida. En fin, tú allá pensando en alguien más, yo como aquel niño que espera ansioso por ese sí de sus padres, yo lo espero, no un sí, sino, un amor.

Pero, tengo que conformarme de que no será así. Y duele. Arde. Mata. Y así comprendí de eso que escuché de amores prohibidos, y más que comprenderlo, lo entiendo. Y no sabes como quisiera que solo fuera una simple frase diaria, de esas que escuchas cuando caminas por la calle, o estando en un restaurante, o en cualquier parte, de cualquier desconocido. Solo escucharla, sin que te revienta la cabeza pensado en alguien más. Y no. No es así.

Pero, a pesar de todo, aún conservo esa esperanza, de que algún día, decir nosotros, sea de dos. Nuestra historia. Nuestro amor. Nuestro viaje. Nuestro mundo. Mientras tanto, seguiré dándote habitación en mi mente, en dónde estás sin pagar arriendo, como huésped de

honor.

Solo recuerda que, aunque te encuentres lejos, te siento cerca.

Poesias en libertad, Ansias de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora