Boss ☆mikelex

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Mike controlaba todo ese mal negocio, para el exitoso y para los que se metían con él, no tan exitoso.
Con su aire de superioridad y la cara guapa que aportaba sentado escuchando como discutían las personas que trabajaban para él.

Con su mandíbula bien afeitada, su traje planchado y bien puesto, moldeando sus músculos, un dedo en su cabeza intentando procesar la información estúpida que estaba recibiendo.

—solo ve al punto antes que me harte Y mate a todos en esta sala.
— habló con voz dura revolviendo los papeles de la mesa y sacando un bolígrafo negro de su bolsillo,listo para firmar contratos.

—se-señor.—Murmuró con miedo el viejo canoso con si piel arrugada mirando hacia su cuerpo, pero nunca a sus ojos, e n segundos mike le dirigió a una mirada al hombre que tembló en su silla.

—¿No puedes solucionarlo, verdad?

—negó— no saben hacer nada.

Antes de que sacara su arma de un lugar que nadie sabía unos suaves pasos se escucharon por el piso, en unos segundos estaba alguien más en la sala.

—Oh, lo siento, pensé que estabas solo—Dijo el hombre que venia con una mochila colgada en su hombro, mike solo sonrió y le hizo una seña para que fuera hacia su lado.

Flex, un chico de 1.63cm,con unos ojos que brillaban, con esa boca rosa que echizaba y esas piernas que amaba, la persona que conquistó a mike.

El bebé de mike

—¿seguro? No quiero interrumpir.
Mike negó y flex con una mirada de nervios saludo en voz baja y caminó lentamente hacía sus piernas y besó su mejilla.

—Hola, bebé.— paso du mano al rededor del cuerpo del de 1.63 de altura quien sonrió y dejó su mochila en el suelo.

—Hola papi.—Murmuró sonrrojado, mirando la gran mano del otro en su pequeña cintura, oh,como la amaba.

—¡Estas lleno de sangre!—Gritó un mapache horrizado dejando el plato en la mesa y corriendo hacia su amado quién dejó su portafolio en el sillón café, con un suspiró se volteó a verlo.

Flex se levantó de puntas tocando la cara de mike con cuidado de no hacerle daño, enojado consigo mismo de no traer tenis de plataforma pues ahora era más pequeño de costumbre.

—Esperaban un "hola papi".—

Bromeo mike pasando sus manos por su cintura.—No es mi sangre, tranquilo.—Besó su frente, con un puchero, flex golpeó su hombro.

—Deja de espantarme.

Mike río en voz alta mientras lo cargaba en una pesada broma para él otro quien hizo un chillido de espanto y se aferró al cuerpo del mayor, mike lo sostuvo de sus piernas y cintura mientras subían las blancas escaleras que conducían hacia el cuarto del mayor, y ahora también del cabello negro.

Con una patada cerró la puerta el mayor quien dejó al otro en la gran cama sin dejar de besarse, con un movimiento rápido se quito la corbata y siguió besándola por el cuello haciendo que su novio soltara gemidos  que iban directo hacia su polla.

Chocando sus dientes en un jugoso beso, en las manos calientes del mayor en los muslos blancos de flex quien tenia su mano envuelta en el cabello castaño de mike, sus cuerpos se sentían calientes.

Se sentían necesitados, mike tenía ganas de devorar a ese pequeño humano que tenía entre sus piernas, con marcas en sus muslos y con los labios hinchados y rojos, con los ojos brillosos y la respiración agitada.

Luego el sonido de un celular arruinó el momento, vibrando en el bolsillo delantero del de traje quien gruñó enojado.

—cont-testa—Gimió flex, mike con un enojó insuperable lo sacó de forma agresiva y contestó de la misma forma.

Mike se recostó mientras escuchaba el otro hombre disculparse, flex aprovechó y se sentó en su hombría moviéndose
profesionalmente y recargando una de sus manos en la cama, mike se mordió el labio para no gemir.

Una de sus expertas y largas manos se montó en el gran trasero del otro quien sonrió y siguió moviéndose de arriba hacia abajo, llevando al límite a su novio.

—Te contraté para algo, no me hagas matarte.—colgó y luego lanzó su celular hacia un lugar de la habitación, sonrió y se sentó sin quitar su mano del trasero de flex quien puso sus manos detrás del cuello de mike.

—si es importante debes ir, sabes que seguiré aquí.

—lo sé, me moriría si te fueras—
Respondió mike besando su pecho y recargandose en él.

—¿me quieres?—preguntó flex

—flex, te amo, eres lo mejor que me pasó en la vida, yo mataría por ti, haría todo por ti.

—no me hagas llorar

—He estado pensando esto por mucho tiempo, y creo que ya es tiempo.

Mike se despegó de su cuerpo y comenzó a sacar algo de su bolsillo pata luego arrodillarse.

—no, no es cierto.

—Flex vega ¿te gustaría ser la persona la cual le diría que la amo, con la cual me despertaría todos los días, la persona que acompañaría hasta mi muerte? ¿Quieres casarte conmigo?

—¡Acepto!— se lanzó a sus brazos hicieron que cayeran los dos, se dieron un beso profundo con miles de emociones al flote, sintiendo como todos los problemas de su vida se iban y sólo estaban ahí, sólo ellos.

Ellos contra el mundo.