Era un día normal como otro cualquiera, la única diferencia era la fecha; Un 7 de Abril del 2022.
Con toda su emoción y nerviosismo Dumbsita se dirigía a la estación a coger el siguiente ave, iba a ir a la fiesta de KindaPatri pero ese no era el motivo de su gran desasosiego si no el conocer a la persona que le quitaba la noción del tiempo diariamente, esa persona con la cual sabía que no se podría resistir nada más verla, Weyol.
Ninguno de los dos supo como empezó toda esta desmesurada aventura ni como se acabaría desarollando, por otro lado, sabían de sobra que se deseaban locamente. Llevaban meses hablando por privado ansiando que las acciones que aparecían en sus mensajes se reflejaran en la vida real, el sentir el calor de uno con el otro finalmente.
Jordi miró como se iban cerrando las puertas del tren y tragando saliva sacó el móvil para enviarle una foto a Alberto la cual este observó impaciente contando las pocas horas que quedaban para verse por fin cara a cara. Ambos sabían que mantener esa fachada oculta delante de del resto les sería muy difícil, duramente se iban a poder contener, ahora solo quedaba esperar.
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Estaban todos en la puerta de la discoteca, Alberto no podía parar de mirar a sus alrededores mientras le sudaban las palmas de las manos, de golpe sintió una gran presión en su pecho al contemplar a su querido amante acercarse poco a poco, todo su mundo se paró por completo, no podía creer que por fin le tenía ahí, delante suyo, disimulando su emoción fue a abrazarle y mientras Jordi le correspondía apretandole más hacía él le susurro en el oido unas palabras que se quedaron grabadas a fuego en su cráneo. 'Te espero en 15 minutos detrás del edificio, no puedo aguantar las ganas que te tengo'. Se alejó lentamente de él mientras observaba sus carnosos labios notando un breve pero intenso cosquilleo en su estomago, este niño le volvía loco.
¿Qué pasaría ahí detrás? ¿De verdad iban a hacer todo lo que llevaban hablando meses? Tantas preguntas y ni una sola respuesta de momento.
Llevaron bien esos 15 minutos, era mantener la misma relación que en Twitter, simplemente amigos. Alberto se quedó absorto en sus pensamientos, por el contrario Jordi excusándose se dirigió a la parte trasera de la instalación. Desesperadamente Weyol pensó cualquier pretexto para ir detrás suya, sin darle más vueltas de su boca salió un simple pero tímido 'ahora vuelvo' , no le dio mucha importancia al que preguntasen a donde iba, él solo quería estar el mayor tiempo posible con el amor de su vida, aunque no estaba seguro de que él se sintiese igual tenía esa pequeña esperanza de que todo saliese como en su cabeza.
Al cruzar la esquina ahí le vió apoyado en la pared con un semblante serio, era aún más guapo en persona. Cuidadosamente se acercó a él aunque cohibido por su presencia.
-¿Jordi...?- Preguntó. Este ni le miró. Alberto intranquilo se rascó la nuca cuestionando la situación. Volvió a pronunciar su nombre, nada. -Escucha, si no estás seguro a respecto esto pode..-. Notó un fuerte golpe en su espalda, Dumbsita le había acorralado contra la pared sujetandole las manos sobre su cabeza. Ambos se miraron intensamente mientras a su vez notaban una extraña sensación y un calor en crescendo.
-No digas nada Alberto, no sabes cuanto he esperado este momento-. Pronunció mientras se aproximaba al cuello del ojiazul y al mismo tiempo se percataba de como este empezó a jadear. Suspiró. -Quiero que pronuncies mi nombre una vez más-. Estaba tan cerca de su cuello. Weyol dejó escapar un breve suspiro y con la boca entreabierta musitó el nombre de Dumbsita. Automáticamente empezó a besar su cuello apasionadamente, pasando su lengua desde la clavícula del ojiazul hasta su oreja y mordiendo el lóbulo de esta. Alberto intentó zafarse de su agarre sin embargo no lo consiguió, quería sostener su cara y besarle, necesitaba hacerlo. -Jordi.. por favor... be-bésame...-. Este se negó. -¿Por qué no lo haces? No te gusto de la misma manera que tu a mi.. ¿Verdad?-. Dumbsita paró en seco en ese instante liberando las muñecas de Weyol para acto seguido sujetar su cara firmemente.
-No vuelvas a decir eso en tu vida ¿me escuchas?-. Después de esas palabras se abalanzó sobre la boca del chico con una pfp de Killua en Twitter. Sus corazones iban a mil, el ojiazul no se podía creer nada, le estaba besando al fin. Notó un cosquilleo en su tripa y a su vez un calor proveniente de sus pantalones. Sus bocas se coordinaban al ritmo perfecto, Alberto dirigió sus manos al cierre del pantalón de su querido intentando desabrocharlo lo más rápido posible, no aguantaba más, necesitaba sentirlo dentro. Nunca habían estado más acalorados en la vida, nunca habían tenido tanto deseo y tanta pasión, se necesitaban el uno al otro todos los días, a todas horas, todos los minutos. Dumbsita agarró la mano del ojiazul ayudandole con su trabajo mientres este soltó un leve gemido por el tacto. -Gime más fuerte, conmigo no te calles-. Este asintió mientras notaba lo duro que estaba Dumbsita. -Quiero que sepas que eres completamente mío y de nadie más, aunque aparente lo contrario a escondidas sabes que nunca va a ser así-. Pronunció Jordi mientras jadeaba al sentir como Alberto iba bajando y subiendo su mano cada vez más rápido. Sus músculos empezaron a tensarse dándose cuenta completamente de la situación, era él de verdad, no era su propia mano simulando la de Weyol. Cada vez estaba más cerca mientras el ojiazul disfrutaba al 100% de la cara de placer de su pareja. -Ahora quiero que gimas tú-. Dijo en un tono dulce sabiendo que aquellas palabras le volverían loco. Lo sentía ya casi, ese preciado orgasmo que Alberto le haría tener cuando de repente sus móviles empezaron a sonar. -Ignórales cariño, ahora vamos, que esperen como lo hemos hecho nosotros tanto tiempo-. Jordi asintió pero las llamadas no cesaron, se tenían que ir.
Este le depositó un suave beso en la frente y sonriendo le miró. -Tenemos toda la noche, no te preocupes-. Y se alejó. Weyol le observó fijamente toqueteándose los dedos con nerviosismo. -Dumbsita por cierto, respecto a lo del principio...-. Este le cortó.
-Alberto, se lo que vas a decir, yo siento lo mismo desde el primer momento, te amo con locura-. Todos los relojes se detuvieron en ese instante, el mundo se había derretido a su alrededor. -Yo también te amo Jordi-. Ambos se besaron y procedieron a caminar hasta la puerta.
-Jordi-.
-¿Dime cariño?-.
-Antes de que se me olvide... Toma, esto es para tí-. Dijo mientras sacaba una foto suya ofreciéndosela. -Así cuando te vayas de Madrid tendrás algo mío-.
-Gracias amor-. Contestó mientras se la guardaba en la cartera. -La llevaré en el corazón porque físicamente me haré un cigarro con ella-.
Ambos enamorados rieron.
