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Kazutora creía que Chifuyu era el tipo más duro de todos.

No llevaba más de un mes observándolo y claramente estaba hecho de titanio. Los rumores corrían más rápido que el agua y apenas volvio a entrar al reformatorio se enteró por Pahchin que Baji había marcado a Chifuyu. Nisiquiera podía imaginar el terrible sufrimiento que estaba viviendo el rubio luego de que le arrebato a su alpha, e incluso soño miles de veces de que la pena extrema le causaba la muerte al muchacho. Los días de Kazutora se nublaron por el terror de haber agregado un nuevo nombre a su lista de víctimas, pero diez años después del acontecimiento ahí estaba Chifuyu. Su rostro era serio y a pesar de ser un alto mando de la Toman estaba dispuesto a acabar con ella.

A los ojos de Kazutora, Chifuyu se movía con sigilo y perspicacia. Agendaba reuniones con un agente de policía y dos horas después se reunía con el grupo de Hanagaki Takemichi para resolver asuntos internos de la organización criminal. No siempre llevaba a Kazutora con el, la mayor parte del tiempo le daba órdenes concretas que habrían vuelto loco a cualquier alpha, ¿un omega en un puesto de poder? Era inaudito, pero cualquiera que hubiera querido contradecir a Chifuyu o incluso atacarlo se hubiera ganado una bala en la frente en menos de cinco segundo. Para Kazutora, seguir las órdenes de Chifuyu no era un gran problema, es más, sentía que era lo mínimo que podía hacer luego de que esté lo había recibido en su casa.

A pesar de vivir juntos, eran muy extrañas las veces que se topaban. Al poco tiempo de mudarse, Kazutora descubrió que Chifuyu tenía una extraña rutina en dónde se iba antes de las seis de la mañana y volvía pasada la media noche, aveces se encontraban cuando Kazutora se levantaba al baño a media noche, en esos pocos encuentros Chifuyu le daba una sonrisa triste y desaparecía nuevamente, otras se reunirán para socabar la información que Kazutora le daba sobre sus investigaciones, pero todo era completamente formal, como si Chifuyu no tuviera interés en él.

Kazutora y Chifuyu eran prácticamente dos extraños que vivían juntos y se apoyaban en ciertas circunstancias, cada día el mayor se llenaba de ansiedad al imaginar que los objetivos del menor se cumplían y simplemente lo desechaba, esto era lo más cercano a un hogar que había tenido en toda su vida y no quería perderlo, sin embargo, aquel día parecía ser su peor pesadilla hecha realidad.

Chifuyu había llegado temprano, eso debió alertarlo. Se veía borracho, con las mejillas sonrojadas y jadeando, como si existir le conllevará un gran esfuerzo.

-¡Kazutora!

Le gritó desde la entrada, el mayor tembló de arriba a abajo cuando lo escucho. Sonaba enfurecido. De un salto se levantó de la cama y corrió a la entrada para encontrarse con el alarmante estado del más joven, con rapidez intento acercarse a él para ayudarlo.

-Chifuyu, ¿Que rayos? ¿Saliste a beber con Hanagaki? Ven, déjame ayudarte a llegar al sillón, voy a...

-¡No me toques!

Le gritó a la cara golpeándole la mano a Kazutora. kazutora quedó confundido, Chifuyu era un luchador excelente, pero no solía ser violento si la situación no lo ameritara.

-¡Te pedí que te reunieras con Tachibana para darle la información que conseguiste de los remanentes de la 8° generación de Black Dragon's! ¡¿ Qué mierda haces aquí?!

-Lo sé, pero, no conseguí nada de esos chicos, por eso le cancele al detective y...

-¡Cállate!

Chifuyu se tambaleó apenas le había gritado a Kazutora, este lo miro con pánico. Nunca lo había visto alterado, incluso recuerda haber oído del mismo Baji lo tierno que podía ser, ¿Por qué ahora estaba tan furioso? ¿Por qué ese día lo quería fuera de casa? No parecía una fecha importante, no tenía memoria de que nada se celebrará aquel día. Ignorando el peligro en que podía estar si terminaba de enfurecer a Chifuyu y este decidía volarle la cabeza, Kazutora se lanzó a sostenerlo antes de que cayera. Con cuidado tomó sus hombros y pudo sentir como este se estremecía, en medio de eso, decidió comprobar si el chico había pescado algún resfriado, así que posó su mano en la frente del menor y descubrió que estaba ardiendo en fiebre.

-Mierda. Ven aquí.

No era difícil levantar a Chufuyu, pero no había logrado hacerlo, un aroma dulzón había comenzado a emanar del pelinegro, era parecido a la vainilla. El olor hizo que todo su cuerpo se congelará, ¿Que rayos estaba sucediendo? ¿Por qué el perfume de Chifuyu era tan fuerte? Iba a hacerle saber esas dudas, pero inesperadamente el menor lo había agarrado de la polera para plantarle un profundo beso. Eso había dejado a Kazutora en shock, ni en sus más alocadas fantasías se había imaginado teniendo un contacto tan estrecho con Chifuyu, no pensaba en el como nada más que un colega, no entendía porque él....

Entonces lo entendió.

Chifuyu no lo besaba porque quisiera hacerlo, había entrado en celo, ¿que debía hacer entonces? Tenía al pobre chico aferrándose a su cuerpo, restregandose contra el mientras sus bocas se comían con hambre. El olor a vainilla era tan fuerte que le nublaba los sentidos y la desesperación de Chifuyu había terminado por contagiarsele, no supo cuándo, pero le había abierto la camisa al chico para comenzar a besarle el pecho y las manos de Chifuyu habían bajado para abrirle los pantalones, en la cabeza de ambos no cabía nada más que terminar lo que habían empezado y todos los sentidos de Kazutora le gritaban que eso era lo correcto. El cuerpo de Chifuyu se lo pedía, las genética era clara, el pelinegro lo necesitaba, era por su bien, un omega no podía ir por un mundo tan peligrosos desprotegido, los alphas existían para eso, ahora entendía todo. Chifuyu lo había recogido para esto, muy pocas personas sabían que Kazutora era un alpha, quizás Baji se lo había contado a su omega y este lo había escogido para llenar el lugar de Baji, estaba seguro que su difunto amigo querría que cuidara de Chifuyu y eso haría.

Con manos firmes tomo la cintura del menor, volteandolo y dejándolo de cara al suelo, de un tiro bajo sus pantalones y boxer, ¿Cómo no había notado que Chifuyu era tan exquisito? Su cintura, su trasero, su hermoso rostro rogándole que lo hiciera, todo en el era tan excitante. Se quedó un segundo contemplándolo. En silencio maldigo a Baji por haberlo tomado bajo su propiedad, Chifuyu podía haber sido suyo hace más de diez años, pudo haber disfrutado de su cuerpo desde jóvenes, podría haber cuidado de él como Baji no había hecho, si Chifuyu le hubiera pertenecido antes nunca se habría metido en problemas, no hubiera muerto y dejado a Chifuyu sufriendo su perdida, ese era el momento en que todo lo que Baji hizo mal se borraría por siempre.

Mientras alzaba ligeramente la cadera de Chifuyu, se acercaba peligrosamente a su cuello, iba a morderlo, marcarlo para siempre, no pudo evitar lamerse los labios antes de abrir la boca y ponerla sobre el terso cuello del omega, estaba a punto de morderlo.

Pero entonces algo en el reaccionó. ¿Qué mierda estaba pensando?¿Proteger a Chifuyu? ¿Lo que Baji quería? ¿Que era esa mierda? Se separó rápidamente del cuello del chico y de su cuerpo, no podía seguir con esa estupidez. Iba a decirle a Chifuyu que se levantará, pero quedó paralizado al oírlo gemir.

-Kazu...tora-kun...por...por favor...

Las hormonas le comenzaron a gritar en la cabeza que lo hiciera, su cuerpo prácticamente se había comenzado a mover solo, acercándose nuevamente al menor, preparandose para penetrarlo, los oídos le zumbaban y la boca se le estaba resecando. El cuello del chico se veía cada vez más apetitoso, se pregunto que tan suave debía ser este, cuál sería su sabor, imagino a Baji mordiendolo en su primer celo para luego tomar al chico como suyo y entonces volvió a recobrar el sentido, con toda la fuerza que tenía se mordió los labios hasta que la boca se le lleno de su propia sangre, el sabor metálico le ayudo a calmar las ansias y está vez se abstuvo de mirar al menor.

¿Que podía hacer para calmarlo? Jamás se imagino en una situación así, menos con Chifuyu, había lidiado con alphas violentos en el reformatorio, pero jamás con un omega en pleno celo, "Chifuyu definitivamente va a dispararme después de esto" se dijo a si mismo en su cabeza, pero era lo único que se le ocurria. Cerró con fuerzas los ojos tomó del cabello a Chifuyu, le rezó silenciosamente a dios y se le estrelló la frente contra el suelo suficientemente fuerte para dejarlo inconsciente. Cuando el pelinegro cerro los ojos finalmente pudo respirar, el hostigante olor a vainilla seguía en el aire, así que uso su polera para taparse la nariz y tomó en brazos al chico para cargarlo a su cuarto. Temía volver a descontrolarse, así que nisiquiera intento vestirlo, lo tapo hasta arriba y volvío a la entrada del departamento para buscar entre la ropa de Chifuyu sus supresores o algo que pudiera ayudarlo a controlar el celo, pero no los encontró.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2022 ⏰

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El más fuerte (KAZUFUYU OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora