Once años después...
El sol brillaba suavemente sobre sus cabezas, iluminando con sus últimos rayos las copas de los árboles, marcando el final de la tarde. Los atardeceres siempre eran hermosos en el bosque durante esa época, cuando el verano llegaba a su fin para dar paso al otoño.
Las hojas de los árboles, con sus bellos tonos naranjas y rojos, siempre le daban las mejores vistas cuando la brisa las hacia llover. Era de sus momentos favoritos para leer al aire libre...
-¡Ja! ¡En tu cara, Oscar! ¡Yo gano! -celebró con entusiasmo la niña frente a ella, luciendo una gran sonrisa, mientras su compañero de entrenamiento todavía se recuperaba del último golpe desde el suelo.
-¡No es justo! ¡Dijimos sin poderes ni magia y te vi haciendo esa cosa rara con los ojos! ¡Me distrajiste! -se quejó el chico, haciendo una mueca de dolor mientras se levantaba y encaraba a la niña
-Oh, ¿en serio? ¿Tan bellos son mis ojos? -la chica no perdió la oportunidad para molestarlo.
-T-Tú eres... ¡Becca, hizo trampa!
Y también era de los mejores momentos para practicar con su pequeño grupo de lindos aprendices. Eran mucho más productivos al aire libre, sabiendo que tan pronto como terminaran podrían jugar un rato o trepar algunos árboles, por lo que siempre daban lo mejor de si mismos.
Aunque...
-Siana, yo también vi ese truco, ¿cuáles dijimos que eran las reglas? -la mirada que le lanzo, junto con la ceja arqueada y los brazos cruzados, tuvo el efecto deseado y en menos de un segundo, la niña ya estaba confesando-. Se supone que estamos aquí para aprender a defendernos sin nuestros poderes.
-¡Pero no use magia! ¡Que mis ojos brillen de vez en cuando no es mi culpa, a veces pasa cuando me emociono mucho! -se defendió la brujita, dando un pisotón, para luego comenzar a murmurar-. Todavía me cuesta controlar el estúpido flujo de mi energía.
-Oye, no te pongas así, vas muy bien. A todos nos cuesta un poco cuando empezamos a concentrarnos en eso -le intento animar, inclinándose por la cintura para verla directo a sus grandes y bonitos ojos verdes-. Si supieras cuantas veces quemé alguna cosa por accidente, realmente era un desastre. En comparación, todos ustedes son geniales y lo están haciendo excelente.
Siana se ánimo al escuchar eso, no por la parte en que era un peligro ardiente (o eso esperaba), si no por el cumplido hacia su control. Vio a la media docena de niños que la rodeaban, ninguno mayor de diez o doce años, cada uno especial a su manera y todos mirándola con atención.
Si, sin duda son especiales. A la velocidad a la que van, serán fantásticos en poco tiempo. Pensó mientras el orgullo florecía en su pecho, recorriendo con la mirada a cada uno, feliz de notar los sutiles pero considerables cambios que habían dado en los últimos meses que habían estado a su cuidado.
Siana era más abierta al demostrar su inteligencia, diferente de la niña que se quedaba al fondo sin dar su opinión, por no querer parecer una sabelotodo.
Oscar, quien antes era un niño gruñón y con un carácter un tanto brusco (como cualquier cachorro de lobo), ahora era un chico atento que se preocupaba por sus amigos. Y si el pequeño sonrojo que pintaba su cara era una buena señal, también muy dulce e interesado en una linda brujita.
Libi y Noah, su inseparable dúo de hermanos, ahora pasaban más tiempo con los demás y hablaban más seguido, en lugar de quedarse pegados uno junto al otro como si estuvieran cosidos por la cadera. También practicaban magia con más confianza, en especial Noah, quien tenía mucho talento.
Caran ya no tenía miedo de su propia fuerza ni se avergonzaba de comer en público. El pequeño vampiro había estado aterrado de dañar a alguien sin querer y casi le dio un infarto la primera vez que salió de su vista, escondiéndose lejos de todos para poder tomar unos cuantos sorbos de la botella roja que siempre llevaba consigo.
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Sangre Mestiza
Fantasy¿Puede la voluntad imponerse al destino? ¿Ser más de lo que la vida te ha dado? ¿Romper el molde aún teniendo todo en contra? Becca piensa que si y que lo ha logrado. Vive en un lugar increíble, con buenos amigos que la valoran y la apoyan, un traba...