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Hanma

 -"Al fin llegamos!" dijiste en un suspiro abriendo de golpe la puerta de tu hogar 

-"Ah... Parece que la tormenta no tiene intenciones de parar" dijo la voz masculina que entró a aquella casa después de ti

-"Estamos empapados Shuji" agregaste en una sonrisa 

La cual no duró mucho, ya que fue interrumpida por un estornudo de tu parte. 

-"Oh, mírate nada más, ya te está afectando el frío, ven cariño" mencionó el hombre tomando tus manos para llevarte consigo 

Lo seguiste sin queja alguna, sonriendo pensando en qué cosas podrían estar pasando por la cabeza de tú pareja en estos momentos. 

Cuando llegaron a la puerta del baño, lo primero que hizo fue quitarte tu abrigo empapado, dedicándote una sonrisa. 

-"Ve a darte una ducha caliente antes de que te resfríes, de acuerdo?" dijo tomando tu mentón para que lo miraras

-"No vas a ducharte conmigo?" preguntaste con picardía

-"Me uniré a ti en unos minutos más, sé buena y sé paciente, mm?" murmuró dejando un beso en tus labios para luego retirarse

Lo viste irse hasta que no pudiste ver más su silueta cuando dobló en la esquina del pasillo. 

En ese instante te adentraste al baño, quitándote el resto de tu ropa, la cual estaba manteniendo frío tu cuerpo por la humedad que había recibido.

Fue un alivio cuando finalmente pudiste quitártela.

Encendiste la ducha, tardó poco el agua caliente en salir, estos días de frío, adorabas darte duchas calientes, de esas que llenaban el baño de vapor y empañan los espejos. 

Sólo te faltaba una cosa más en ese momento, y eso era Hanma. 

Lo único que hacía falta era él para que todo fuese perfecto. 

No había pasado mucho desde que se habían separado, pero para ti ya pasó una eternidad. 

Dijo que lo esperará...

Pero... 

Pensaste mientras pasabas tus manos por tu cuerpo. 

Ojalá él ya estuviera aquí... 

¿Por qué tarda tanto?

Lo necesito... 

Suspiraste llevando una de tus manos entre tus piernas. 

Si me descubre... Me meteré en problemas... 

Pero sólo un poco...

Esto es su culpa...

Cubriste tu boca con tu mano libre, mientras que con la otra, masajeabas lentamente tu clítoris, estimulándote un poco. 

Cuando estabas a punto de introducir uno de tus dedos en tu interior, algo te lo impidió. 

-"Tch, tch" escuchaste el chasquido de su lengua "Te dije que esperarás por mi, no es así princesa? Que chica mala eres... No puedes hacer caso ni a una sola regla que te digo..." comentó mientras se quitaba la ropa para adentrarse contigo a la ducha

-"Mm, te estabas tardando mucho!" dijiste en un quejido, queriendo excusarte 

-"Eso no es excusa" exclamó acercándose a ti de golpe, el agua empezando a caer sobre él

-"Tú estuviste provocándome todo el día y luego me dejas sola! ¡Es tu culpa!" hiciste un puchero 

En ese instante, sentiste su mano apretar tus mejillas.