SIN EMOCIONES (Gojo x Sukuna)

Mal comienzo

Gojo llegó a un gran edificio que estaba un poco alejado de la ciudad, parecía que era un edificio de rentas, pero ese solo era la apariencia superficial, ya que ese edificio contenía algo más "oscuro".

Entró a la recepción, parecía bastante molesto, cualquiera que lo viera a la cara seguro se mearía ahí mismo.

Estaba molesto por un asunto de su empresa el cual salió mal, tantos años de esfuerzo y dedicación para lograr su cometido y todo se fue al carajo en un solo día por culpa de un pequeño grupito de empleados.

Necesitaba algo con que desquitarse.

- ¿En que puedo servirle?. Preguntó la recepcionista.

- Necesito una habitación abajo.

- Entiendo, nombre por favor.

-  Shiro Park.

- Muy bien, permitame un momento. Gojo no dio su verdadero nombre, no tenían porque saberlo.

La recepcionista tomó un teléfono e hizo una llamada.

Gojo esperó molesto.
No tardó mucho cuando un hombre un poco mayor que el entró a la recepción y fue directo hacia el.

- ¿Shiro Park?

Gojo asintió.

Serían 25 mil dólares si lo quiere definitivamente y 14 mil dolares un día, solo que tendría que ser más cuidadoso si elige la segunda opción.

- La primera. Dijo secamente, quería que el tipo se apurara o sentía que podía golpearlo, encerio tenia ganas de desquitarse con algo.

- Muy bien. Sigame.

El hombre comenzó a caminar y Gojo fue detrás de el, bajaron por unas escaleras que estaba al fondo del edificio, decía "prohibido el paso".
Cuando terminaron de bajar se encontraron con una puerta gris un poco oxidada.

El hombre abrió la puerta y entró junto a Gojo, se encontraron en un pasillo con poca iluminación, a lo largo del pasillo habían varias puertas tanto a la izquierda como a la derecha, el hombre caminó y se dirigió hacia una puerta del lado derecho casi al fondo del pasillo.

Se pararon frente a la puerta mencionada.

- Aquí es, su nombre es Ryomen Sukuna, 26 años, si esta aquí es porque acabó en clase baja al igual que los otros, esta es su llave. Es todo suyo.

Gojo tomó las llaves.
- Entiendo, gracias.

- El hombre hizo una reverencia y se fue.

Gojo usó la llave para abrir la puerta, cuando la abrió vio a un chico tirado en el piso, se encontraba en posición fetal, en sus manos llevaba un par de esposas y traía puesto un pañuelo blanco en la boca.

El chico que tenía los ojos cerrados los fue abriendo lentamente hasta mostrar un par de ojos color rubí.

No traía camisa, lo único que llevaba puesto era un pantalón holgado.
Debido a la ausencia de camisa se podía ver un cuerpo lleno de músculos y tatuajes, los tatuajes incluso le llegaban a la cara, era como ver a un pequeño demonio tirado en el suelo, solo e indefenso.

- Hm así que eres tú, Sukuna. Gojo se tronó lo dedos y el cuello aparentemente preparándose para algo.

Se acercó al cuerpo del chico y lo primero que hizo fue darle una patada en el estómago, pero este no se inmutó.

Gojo lo sujetó por el cabello y luego lo golpeó en la mejilla.

Sukuna cayó nuevamente al piso.

Gojo se volvió a acercar a Sukuna e hizo que quedara boca arriba, le subió las manos para que quedaran encima de su cabeza y luego se sentó sobre el.