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N/A: Nuevo capitulo, disculpa si tiene problemas de ortografía o si es algo incongruente, como ya tiene muuucho tiempo desde que publique el primer capítulo pues se me van de la manos las ideas, y pues ya no se que estoy escribiendo, pero en fin, este es el resultado de mucho tiempo de espera para escribir un capítulo, tampoco me tomé la molestia de revisar como tal el capítulo, así que están ADVERTIDOS. En fin disfruten. ~

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Los rayos del sol atravesaban la gran ventana de una habitación, en una de las esquinas del cuarto había una gran cama, en donde se encontraba durmiendo Sukuna. Abrió sus ojos lentamente, parecía desubicado, se sentó en la cama observando a su alrededor, le dolía todo su cuerpo, a pesar de eso por fuera, su cuerpo se veía limpio,  al parecer Gojo se había tomado la molestia de limpiarlo. De repente al ver los moretones en su piel recordó todos los sucesos del día anterior.

- Que asco - dijo en un pequeño hilo de voz.

No se quería mover, porque cada que lo hacía, aunque el movimiento fuera mínimo, sentía el dolor infernal recorrer por cada parte de su cuerpo, prefirió estar muerto.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escucho cuando alguien entró en la habitación.

- Buenos días - saludó tímidamente el albino.

Sukuna rodó sus ojos en dirección al sujeto, parpadeó observándolo, sus ojos muertos igual que siempre los escanearon hasta llegar a una conclusión.

Gojo se acercó lentamente, en señal de que no pretendía dañarlo.

- Holaa- sacudió su mano en frente de Sukuna. - Bienvenido a casa.

Sukuna alzó una ceja y no dijo nada y prefirió aún con todo su dolor volver a acostarse y envolverse con las sábanas para no ver el rostro de su abusador.
Aunque fuese su casa, no tenía caso intentar pelear, pues no con su estado actual.

Gojo vio como fue ignorado lo que le hizo sentir un poco mal, sabia lo que había hecho, y está completamente arrepentido, por ello no lo molestó más,  solo le volvió a hablar para decirle que le había traído algo de comer.

Sukuna no tenía ganas de nada, por lo que no tocó la comida que le habían dado en todo el día.

Cuando ya eran más o menos las 6 de la tarde Gojo volvió a entrar a la habitación, como hoy no fue a la empresa se quedó en casa, sin embargo pese a que le hubiera gustado acompañar a Sukuna, tuvo que reprimirse para hacerlo y mantener su distancia por el bien de Sukuna.

Al entrar vio a Sukuna acostado en la misma posición en que se había acomodado en la mañana, la comida seguía intacta. Se acercó al cuerpo de Sukuna y lo desenvolvió levemente de su sábana, estaba durmiendo. A Gojo le pareció bastante lindo, acarició su cabeza y la culpa lo empezó a inundar, sobre como le había hecho tanto daño a esta hermosa criatura.

Suspiró y sintió el aire fresco de la tarde que atravesava su ventana chocando contra su rostro. Escuchó un leve quejido por parte del otro individuo. Se alejó un poco de el, para que no se incomodara, más fui inútil porque en el momento que hicieron contacto visual el otro frunció el ceño.

- Hola Sukuna, ¿como estas?. - Ante su saludo, Gojo fue absolutamente ignorado y notando eso prefirió solo hablar - Se que te incomoda mi presencia, por lo que hice hace unos dias, y te comprendo, en verdad estoy sumamente arrepentido, y quiero enmendar mi error, por eso he decido que vivas conmigo, ahí te daré una vida de lo mejor ¿si?

Sukuna inevitablemente escuchando solo entendió que este tipo era un completo imbecil, ¿encerio el piensa que con vivir con el las cosas serían mejor? Pues no, no lo haría, lo único que Sukuna quería era ya no verlo nunca más, o mejor aún simplemente morir, eso era todo. Le disgustaba tanto la idea, pero no había otra opción, más que aceptarlo, porque entonces donde iría, no había donde más ir.

No dijo nada al respecto, de todas maneras sabía que el albino tomaría su silencio como un "si".

- Bueno... - Gojo raras veces se sentía incomodo, pero ahora era uno se esos momentos. - Este cuarto cuenta con su propio baño, así que puedes usarlo. - Dijo señalando el lugar. En donde al otro lado del cuarto había una puerta de aluminio. - Regreso más tarde - anunció Gojo saliendo con la comida que había dejado en la mañana, en su rostro había una expresión notablemente incomoda.

Al parecer sería más complicado tratar con Sukuna de lo que esperaba, tratar con un chico que no demostraba emociones no sería una tarea fácil, sin embargo tenía esperanzas de poder relacionarse mejor con el, dejaría que toda fluya con calma.

*****
Sukuna se levantó de la cama y se dirigió al cuarto de baño, se sentía acalorado, un baño le vendría bien.

Se quitó la ropa que llevaba puesta y encendio la regadera, dejando que todo el agua fluyera en su cuerpo, de alguna manera logró sentirse relajado, en una parte del baño había un pequeño estante con un jabón y shampoo, los tomó sin dudarlo, y continuó dándose su  ducha.

Una vez que terminó, se percató de que no había llevado una toalla ni ropa, por lo que salió del baño completamente desnudo, en el fondo temía que se apareciera el albino, verlo le traía muy malos recuerdos. Sin embargo se dio cuenta de que en la cama había una toalla y una muda de ropa, agradeció internamente de que el albino se haya ido antes de que el saliera.

Caminó hacia la cama, tomó la toalla y se empezó a secar, mientras lo hacía se dio cuenta de que frente a el había un espejo, o más bien había un armario con un gran espejo en el. Observó su cuerpo, viendo los moretones y marcas que tenía impregnado en el, Le dio asco ver eso, y se volvió a preguntar si así quería ese estúpido albino que lo perdonara, debía estar loco.

Suspiró y decidió colocarse las prendas, eran un poco más grandes de lo que debería ser su talla, pero le era cómodo,  aunque luego supuso que debía ser ropa del dueño de la casa.

Se sentó en la cama y escucho el sonido de su estómago gruñendo, ya tenía varios días sin comer, volteó a ver la mesita donde anteriormente había estado su comida.

- Mierda - Resoplo, acostándose en la cama, tenía mucha hambre y también sed.

De pronto como por arte de magia apareció el molesto albino con un nuevo plato de comida.

- Mira, se que quizás piensas que esto está envenenado, pero no lo está,  estoy seguro de que has de tener hambre, haci que aquí te lo dejo. - Gojo dejó la comida en la mesita junto a la cama sin atreverse a mirar los ojos de Sukuna.

Sukuna observó en silencio como salía el albino de la habitación, miró la comida, es cierto que tenía hambre, aunque quisiera no comer la comida, tenía que hacerlo, le dolía mucho el estómago, y la única vía para poder comer era atraves de Gojo.

Suspiró antes de empezar a comer, no estaba mal la comida, bebió desesperadamente, porque en verdad tenía mucha sed.

Cuando termino su alimento, se acostó en la cama reflexionando. A caso así seria su vida de ahora en adelante, vivir con su abusador, parecía un chiste, y en cierto modo le rebajaba su orgullo. Pero ¿aún tenía orgullo? Si, si lo tenía, podrá haber aceptado todo lo que le dio el molesto albino, pero de ningún modo se atrevería a cumplirle su capricho de perdonarlo, que haga lo que quisiera, el no lo perdonaría, lo destrozó  horriblemente, y eso no tenía perdón.

Cuanto mas pensaba, se dio cuenta de que su vida en verdad era una mierda, desde su nacimiento, ese era su destino ¿habrá hecho algo malo en su vida pasada o algo así?. Se quería ir rápido. Pero no de esta casa, sino de este mundo, quizás encuntre algo de paz en el más allá. Talvez uno de estos días se pueda quitar la vida y huir de este mundo. Maldito albino que le vino a empeorar la vida más de lo que ya estaba.

- Como lo odio - Refunfuñó envolviendose entre las sábanas, nuevamente cerró los ojos, ya vería que hacer luego, no tenía sueño  pero ya no quería seguir pensando en nada, hací que optó por tratar de dormir y ver si podría encontrar algo de paz en el mundo de los sueños.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2023 ⏰

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SIN EMOCIONES (Gojo x Sukuna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora