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Es mi primer fic de estos dos, pero la historia da para crearse unos fanfic soñados, no soy profesional ni nada pero espero disfruten de este escrito. Avanzará lenta la actualización, puesto que trabajo en otros fic además de este. Suelo escuchar música cuando escribo, y esta pista fue una de las que me dieron la inspiración para este fic, Ya no les quitó mas tiempo, bienvenid@s a "6000 Años Después".
—¿Por qué abandonaste tu posición como Dios Arconte Geo? ¿Por qué también cambiaste tu nombre de "Morax a Zhongli"?
—¿No es obvia la respuesta a tu segunda pregunta "Ajax"? Si voy a empezar una vida viviendo entre los mortales... es mejor que no sepan que uno de sus gobernantes aun camina entre ellos... además, Liyue ya es capaz de enfrentar por su cuenta las dificultades que vendrán en el futuro, ellos ya no necesitan de un Dios que los esté guiando...— interrumpió su discurso, para llevar la taza de té frente a él a sus delgados labios.
—Sin embargo, no has respondido mi primera pregunta, es la que más interés tengo porque me respondas.
Dos hombres tomaban el té en la terraza trasera del bar "El obsequio del Ángel". Aprovechó aquella pausa de su compañero para volver a hacer la pregunta que hacía cada vez que podía.
—¿Por qué dejaste tu lugar como el Dios Geo?
La brisa nocturna agitaba suavemente el cabello de ambos hombres, y ambos gozaban de una vista, aunque reducida, era muy bonita. Podían ver que algunas de las calles de la ciudad ya empezaban a encender las luces y empezaban a verse las primeras estrellas en el cielo.
El mayor de ellos, era un hombre alto y delgado de piel clara y expresión seria y severa, de ojos color ámbar brillantes y nítidos, delineados de color rojizo suave. De su oreja izquierda colgaba un pendiente con borla y pedrería, la que sé agitaba también con suavidad, acariciando de vez en cuando aquel rostro serio.
Su acompañante, un joven sonriente de melena pelirroja clara entrecortado y que también tenía un pendiente colgando de su oreja izquierda, miraba expectante al contrario esperando una respuesta. A diferencia de su acompañante, sus ojos azules no emitían ningún brillo, parecían apagados, tristes.
—¿Me harás esa pregunta cada vez que nos veamos? — respondía el mayor con otra pregunta dejando su taza de té sobre el plato de la mesa.
—La haré hasta que me respondas.
El joven parecía decepcionado al no poder conseguir la respuesta que buscaba a su pregunta.
Soltó un largo suspiro antes de arremeter nuevamente con sus preguntas.
—¿Por qué fingiste tu muerte? ¿Acaso los dioses suelen mentir a quienes los veneran?
Zhongli, cerró un momento sus ojos antes de volver a abrirlos y responder.
