Falso Amor

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El shock le ayudó a mantener una mirada neutra, y luego su cerebro le ayudó a entender la situación, el destino le estaba dando la oportunidad para despedirse. 

Una vez más fue feliz por su ilusión con Yoongi, así que sonriendo caminó junto a ellos mientras charlaba y reirá.

Si estos eran sus último momentos junto a este chico increíble, sonreiría y sería un dichoso en su plenitud... Aun si las personas lo comenzaban a mirar con pena una nueva vez más por las calles, deduciendo su enamoramiento y notando su incorrespondencia.

El camino no fue corto. Fue el suficiente para poder atesorarlo y guardarlo como de sus experiencias más bonitas, sin dolor ni pesar. 

Su paradero se encontró frente a ellos y la despedida que no quería dar se tenia que hacer ya.

Lo hizo fingiendo su mayor sonrisa, pese a que sabia que se podía ver el dolor en ella. 

Le dijo adiós, le deseo un buen futuro y le soltó dulcemente:

"Feliz Navidad."

Para después atreverse a tocarlo por primera vez.

Fue una pequeña palmada en su hombro, pero para Seokjin fue la mayor dicha, el mayor logro. 

Podía saltar de felicidad, sin embargo se detuvo porque era consciente del espectáculo que daría.

Quizás se volverían a encontrar, pero sin duda este era el termino de todo lo que pudieron vivir en ese entonces, al igual que, de la relación que habían forjado. Una amistad media, que acababa de terminar.

Si otra vez en la vida se volvían a cruzar podrían darse un saludo y un adiós instantáneo o simplemente la indiferencia...

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Cuando notó que el chico de sus sueños se alejaba, y después volteaba para sonreírle y mover su mano diciendo en definitiva el adiós, sintió un fuerte pinchazo.

Después, el corazón de nuestro iluso testarudo se rompió, y esta vez hasta él pareció oírlo. Miró largo rato el camino por donde se fue Min Yoongi...

Luego desvió su mirada hacia abajo mientras lloraba como un niño, desconsoladamente, aferrándose a sus piernas para no gritar, para no derrumbarse porque esta vez no se sentía tan falso el amor.

Lloró hasta que su padre llegó y, tras ello, siguió llorando, ahora en compañía de su ser querido.

Una nueva perdida.

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Mas tarde, con el transcurso del tiempo, llegaron los reencuentros que, como predijo, fueron de los dos tipos que pensó. 

Más su corazón ya no latía por Min...

No latía por nadie, parecía que era muy pronto para volver a hacerlo.