MADRID
Ese arrabal sin cielo
que hay a las afueras de Azuqueca
que es Madrid
no sabrá exactamente donde están las estrellas
pero
de más sabe lo que es vivir.Desde aquí puedo ver ese incielo
como una gran tormenta estática y vacía.Madrid,
tan inquieta de día
y tan castiza y traviesa
nada más perder de vista al sol.Madrid,
esa amante perversa que atrae a mi bohemio yo
(si es que acaso hay otro)
y hace de él
tripas a la romana y corazón en zarzuelay vida cuando la tristeza me agarra
y la muerte en cualquier esquina me espera.Madrid,
Madrid,
Madrid…
Óscar Malvicio.