prologo

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– ¡ANDATE A LA MIERDA! – le grite mientras le tiraba lo primero que tenía en el camino

–Inma entendeme. – me dijo

Intenté tranquilizarme mientras vi que lo que había roto era un florero que estaba en la mesita del living, conté hasta diez mentalmente para tranquilizarme mientras respiraba profundamente.

– Lo hago. – dije finalmente – No te necesitamos. – vi la confución en su cara por lo que seguí – Yo voy a seguir con esto, pero sola, nada más te informaba mí decisión, chau. – dije mientras abría la puerta y sin mirar atrás salí y la cerré.

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