A pasado 2 meses desde el encuentro que tuve con Gaia, fue en el mejor de los casos exclaresedora, pero bueno ella cumplió su parte del trato y me dio su bendición que lo convertí en mí cuarto anillo que me lo puse en la mano derecha en el dedo índice lo que hace este anillo es darme la fuerza de la naturaleza a mí disposición, es decir, que puedo controlar los elementos más fácilmente que antes, también puedo crear tormentas de nieve y eléctricas y crear terremoto o erupcionar volcanes pero tengo que entrenar para eso.
Con mí bendición puesta hice el árbol Yggdrasil en algún lugar seguro para que nadie se entere y Gaia puso una seguridad tremenda por las dudas igual yo pero son más barreras que otra cosa.
Con todo mí poder se le pude comparar a de los espíritus heróicos...
Asrael Prime.
Fuerza: C
Resistencia: C+++
Agilidad: C++
Mana: B+++
Resistencia al maná: A+++
Suerte: EX
Esas son mis estadísticas por el momento aunque en exterior estoy a la par con los servant más débiles pero si miras un poco mis habilidades estoy a la par con los servant de rango medio y tal vez le pueda dar un poco de pelea a los de alto rango.
"Ya casi llegamos hijo prepárate" me dijo mí papá. Mí viejo era de pelo negro y tenía unos ojos ámbar claros.
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"Ok papá pero que lo que quieren los Einzbern?" Preguntaba ya que me parece curioso que ellos nos llamaran de todas las familias.
" No lo sé hijo pero no te preocupes no va a pasar nada" decía mí mamá mientras me acariciaba mí pelo. Ella era una mujer de pelo grisáceo con ojos azules o más bien un ojo azul aunque con mí insistencia para devolverle el ojo pudo ver con los 2 el tema era que ella lo perdió contra un ancestro apóstol muerto y la pérdida de su ojo era un recordatorio.
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