☽ QUINCE ☾

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Omnisciente

El rostro de la Miko Youkai apunta hacía el techo de aquel terrario.

La historia realmente fué reveladora, entendió varias cosas, pero nuevas dudas se formulario en si misma. Pero el Lord Inu DaiYoukai habló antes de cualquier otro.

- ella murió por su culpa.

Hades y Perséfone lo miraron sorprendidos e indignados. ¿Como se atrevía? ¿Quien se creía?

Pero ¿Que quería decir?

- Las Youkai necesitan ciertas cosas cuando están esperando crías -interrumpe cuando ve a Hades queriendo hablar- aveces puede ser el Youki de su pareja. Pasar el mayor tiempo juntos fortaleciendo la marca. O sangre simplemente sangre de su enlace para fortalecer su cuerpo y energizar a las crías.

La pareja que regia en el Érebo se sorprendió, realmente no sabían sobre ello.

- No podía confiarselos, no le entendían. Tal vez buscó cercanía con Cerberos, y este solo la alejó. Sea como sea, ella murió por su negligencia -su tono fue áspero, solo hizo remover incómodo al Dios mientras su mujer cubría su boca apenada y triste-

Si tan solo...

- Austrinus, fue un milagro por si mismo, debió morir incluso antes del parto.

- pobre Youkai -suspira Kagome- ¿Porque negarle atención a su hembra y madre de sus cachorros? ¡Él podía entenderla! ¿Porque no le dio tiempo a su pareja? Tuvo que pasar todo ese dolor ella sola -lamenta-

El gruñido de un perro les hace ver detrás de si a los Youkais, encontrando a Can Cerberos. Quien parecía más triste que molesto, Higurashi lo miró con sorpresa.

Sus amigos, más alejados de allí. No les prestaron atención.

- no. No fue por eso -la mirada pasó a Kagome cuando habló al Can gigante-

¿Ella entendía a la bestia de tres cabezas?

- no la encontraste entre las filas, porque este es el Inframundo de Grecia. A quien buscas, debe estar en el Inframundo de Japón.

Nadie comentó al respecto, la respuesta dejó al descubierto la pregunta. Así terminó la conversación, no por falta de tiempo, sino porque ambos dioses no sabían cómo proseguir luego de ver al enorme animal marchar de nuevo.

×××

- debe ser de noche ahora -murmura Kagome al ver a sus pequeños luchar contra Morfeo- ¿deberíamos volver? -suspira acariciando con cariño el rojizo cabello de su pequeño-

- Os podrían quedar esta noche -invita Perséfone con simpatía- de igual forma, vosotros ya comieron de lo que trajiste en ese morral, no correis peligro alguno de quedarse aquí -bromea-

La azabache miró a sus amigos, notando en cansancio en la mayoría probablemente producido por el gran calor del lugar.

Pensó fríamente todo, parecía ser lo más factible quedarse.

- Solo una noche -accedió con una pequeña sonrisa-

- ¡Perfecto! Os comunicaré a mi esposo.

Ella se fue entre los pasillos y la Miko rezó por no equivocarse.

Poco después, Perséfone llegó sonriente indicándoles que les siguiera, los llevó a un piso del castillo de Hades y les asignó a cada uno una habitación individual, exceptuando a los dos pequeños niños, quienes dormirían en la misma habitación. Por otro lado, la Diosa le pidió a los Ookami-Inu dormir esa noche con ellos como antes. Cómo un par de cachorros a sus pies.

Hasta Encontrar La Felicidad | Sesshome | [Inuyasha AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora