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—Hey, Jimbo.—Saludó la adolescente de cabello t/c.

—Oh, hola _______.

—¿Te apetece ir al mirador de Arcadia esta noche conmigo?

—¿Cuál es el truco?

—Por cada estrella que haya nos besamos.

Las mejillas del azabache se volvieron de un color carmín haciendo reir a la muchacha por ello.

—De acuerdo, nos vemos esta noche.—Se fue corriendo la chica antes de que diera su respuesta.

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—Oye, Jim...—La de cabellos t/c acorraló Al pobre chico entre su casillero

—¿Si?.—Preguntó algo nervioso el azabache.

—¿Sabes? Por un lado me gustas... Y por el otro me calientas.

—¿¡Quee?!.—Sus nervios se veían hasta Marte.

—Bueno, me tengo que ir, chao~.

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—Buenas nalgas, digo-  Buenos días, Jim.

—¡_______!

—¿Que? No vamos a mentirnos.

Jim soltó un suspiro algo fuerte captando la atención de la t/c.

—¿Tu respiras.? Vaya, tenemos tanto en común, yo digo que nos casemos y chapemos.

—Pero si solo he-.

—Todo lo que haces lo haces tan bien.

—Oye Jim, ¿me ayudas con el Español?

—Si, está bien.

—¿Podrías decirme que significa; Besame ?

—No.

—Jo...

—Oye _______ ¿Te encuentras bien?.—Preguntó Jim.—¿No has dormido verdad?

—De que me sirve dormir si no estás a mi lado abrazándome.

—¿Tienes una frase para cada cosa o Que?

—Si.

Jim y _______ veían a Douxie tocar la guitarra.

—¿Tu sabes tocar algún instrumento? _______

—No, Jim, no se... Pero... ¿Te puedo tocar a ti?

—¡_______!

Douxie rió por la situación y porque la chica sacó los coqueteos de el.

—¿Que haces _______?.—Preguntó Claire.

—Dibujo un mapa.

—Pero si son los ojos de Jim.—Mencionó Toby captando la atención del nombrado.

—Es que siempre me pierdo es su mirada.—La chica se giró hacia el azabache que la observaba y le guiñó un ojo.

—¿Por qué miras así a los cereales?

—Quien fuera cereal para que me llenarás con tu leche...

La cara de Jim estaba como un tomate, se marchó de ahí muerto de vergüenza y nervios.

La chica t/c paseaba por el patio de su escuela sin hacer nada en específico cuando se cruzó con el azabache, no le dijo nada, empezaba a creer que le molestaba y estaba cansado de sus constantes coqueteos.

Que la joven no le intentase conquistar se le hizo muy extraño al adolescente.

—No puedo creer que vaya a decir esto.—Pensó el azabache.—¡Hey _______!

La chica giró la cabeza y fue junto el azabache.

—¿Que ocurre?

—Quisiera ser el sol...

—¿Para?

—Para darte todos los días.—Salió corriendo más rojo que un tomate, la chica estaba igual o incluso más roja que Jim.

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