Prólogo

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"Como todos ya conocemos, el mundo Pokémon está lleno de sorpresas y curiosidades, no obstante, debemos ser cautos a la hora de adentrarnos en él. Para los humanos, el mundo Pokémon es hostil y nos castiga debidamente si no tenemos cuidado.

Solo aquellas personas suficientemente valientes obtienen el título de entrenador Pokémon y emprenden su viaje en busca de aventuras.

Algunos entrenadores tratan de alcanzar la gloria formando su equipo Pokémon y enfrentándose en la Super Liga Nacional contra otros compañeros de oficio. Otros entrenadores tratan de alcanzar respuestas a los grandes misterios que encierra nuestro mundo.

Seas entrenador Pokémon o no, formas parte de este mundo y, asimismo, formas vínculos con las criaturas que nos acompañan día a día. En la próxima sesión hablaremos sobre estos vínculos y cómo afectan a... "

El programa de la radio-despertador dejó de escucharse para dar paso a un molesto chillido. El sonido inundaba una estancia pequeña y oscura. Debido a que el ventanal que tenía la habitación estaba cubierto con dos cortinas que impedía el paso de la luz solar, no se podía distinguir nada más que una cama y la mesilla en la que se encontraba la radio-despertador.

Una mano pequeña salió del interior de la colcha de la cama y, vagamente, buscaba la forma de apagar el cacharro que había perturbado su sueño. Palpó lo que parecía el botón de apagado, lo pulsó conteniendo algo de rabia y el ruido cesó. Poco a poco, una figura fue emergiendo del fondo de la cama, desde la cabeza hasta los hombros. Con la luz que la radio-despertador emitía se podía vislumbrar a una chica de pelo negro, con los ojos entreabiertos y la tez beige que, con un gran esfuerzo, volvió a sacar la mano de la calidez de la cama y trató de alcanzar unas gafas que había al lado del molesto cacharro que la despertó. Alcanzó con éxito las gafas, se las puso y se reincorporó sobre la cama, dejando su tren inferior cubierto por las sabanas, preservando el calor que había acumulado durante la noche y que ahora trataba de escaparse al exterior.

La chica se estiró mientras bostezaba, aprovechando así los últimos minutos que tendría antes de abandonar el mundo de los sueños y pisar la realidad. Se escucharon unos pasos a lo lejos, fuera del dormitorio, observándose cómo una sombra se plantaba delante de la puerta.

– ¡Sara! – llamó una voz femenina a la chica que aún se estaba desvelando – ¡ Si no te levantas ya, llegarás tarde a la reunión de entrenadores!

<<Es verdad, tengo la reunión de entrenadores al mediodía>>pensó Sara mientras terminaba de desperezarse.
<<Hoy tengo la reunión de entrenadores>>volvió a pensar Sara, conteniendo la emoción que sentía con aquellas palabras.

De un gesto se quitó las sábanas que cubrían sus piernas y de un salto se puso en pie. Se acercó al ventanal y dejó pasar los rayos de sol que iluminarían toda la estancia. La luz inundó el cuarto, dibujando el armario de roble que tenía la chica en su cuarto, una estantería llena de libros y un escritorio donde dormía una enorme mochila de campamento con varias prendas de vestir y utensilios que emplearía en su próxima aventura, un saco de dormir y la "Guía avanzada de entrenadores Pokémon". Este libro fue su última adquisición, necesario para complementar la colección "Mundo Misterioso" que vertía sobre su lector todos los descubrimientos de los Pokémon acerca de sus comportamientos, sus fotalezas y debilidades, su influencia en el mundo y cómo llegar a convertirse en un entrenador.

Mientras, Sara había sacado la ropa del armario y se ponía el conjunto que la Real Academia de Entrenadores le había mandado: una falda vaquera de longitud media, una camisa blanca de seda y una chaqueta de cuero marrón café con lana de Wooloo que la protegería de las bajas temperaturas. A esto, se le sumaba un último complemento que no sabía donde encajar: el pañuelo rojo de puntas amarillas, símbolo nacional e identificativo de todo entrenador que perteneciese a la prestigiosa academia.

<<Puedo utilizarlo como pañuelo atado al cuello, pero sería muy común>>meditaba la joven.
<<Aunque tal y como voy... sí, lo usaré para ésto>>decidió Sara mientras se llevaba las manos al cabello.

Su larga melena mostraba cierta rebeldía, ya que conjuntaba el color negro azabache, digno de una belleza del Este, con varios mechones plateados que daban un aire maduro y enigmático a su figura. Mientras que Sara separaba su cabello en tres cortinas, se veía reflejada en el espejo de su armario. Una niña sonriente, emocionada e inocente (aunque sabía ya bastante del mundo exterior) se erguía frente a la que sería, en unas horas, una futura entenadora Pokémon. Cuando acabó de trenzarse el pelo, se lo sujetó con el pañuelo y se dio el visto bueno.

<<Ahora sí>> asintió orgullosa la chica frente a su reflejo.

Sara se giró hacia su radio-despertador y miró la hora.

<<Aún tengo tiempo suficiente para desayunar. Será mejor que no haga esperar a mamá>>se dijo mientras agarraba la mochila y salía por la puerta de su cuarto.

Ya en el pasillo del segundo piso, Sara bajó las escaleras y se acercó al comedor. Allí esperaba su madre con el desayuno preparado mientras atendía las noticias de la televisión.

"Se han producido numerosas tormentas en la zona cantábrica. Según los expertos en meteorología,  se debe a la carga eléctrica desprendida por las bandadas de Wattrels y Kilowattrels, anunciando el cambio de estación que ocurrirá mañana. Se recomienda tener precaución en la costa sur por..."

La mujer de melena castaña silenció el televisor para atender a su hija, dirigiéndole una cálida sonrisa a Sara.

– Buenos días, cielo. Te he calentado el café y preparado las tostadas. Échate lo que quieras en las tostadas – dijo con su voz suave pero de acento marcado.

La chica tomó asiento. Mientras decidía con qué acompañaría su desayuno, una criatura rosada de grandes ojos azules, orejas puntiagudas y adornada con lazos apareció por la puerta de la cocina. El Pokémon se dirigió hacia la futura entrenadora, buscando su caricia matutina a modo de saludo.

– ¡Buenos días, Sylv! ¿Tú también has descansado hoy? – dijo Sara mientras pasaba la mano por la cabeza de la pequeña Sylveon.

El Pokémon tipo hada le devolvió el saludo frotándose con su pierna y se sentó a su lado, lo que llenó a la joven de dulzura hacía Sylv. Sylveon lleva a su lado desde que tiene memoria, pasando sus mejores momentos con el Pokémon y siendo acompañada por éste en sus malas rachas.

<<Queda poco tiempo para que me marche de casa y no volveré hasta dentro mucho tiemp>> pensó Sara mientras untaba su tostada con mantequilla.

Una lágrima asomó por su rostro, haciéndola dudar de si realmente tenía que irse o todavía no había llegado el momento. Su madre, atenta a la escena, tomó la mano suave de su hija transmitiendo paz a sus pensamientos. Con este gesto, Sara se decidió por fin: éste era el momento idóneo. Tras desayunar, ayudó a su madre a limpiar la loza, cepillo el pelaje de Sylveon, se puso los zapatos deportivos para poder correr sin ningún problema y se colocó la mochila a la espalda. Sara estaba preparada para salir fuera y descubrir un nuevo mundo con sus propios pasos. Se acercó a la puerta y colocó la mano sobre el pomo, frío y algo descascarillado, que separaba su hogar del exterior.  De nuevo, las dudas inundaban su mente, parándola en seco. Sin embargo, su madre le pasó los brazos por la cintura y le brindó a la chica un último abrazo de despedida. De los ojos de Sara brotaban lágrimas. Esta situación la abrumaba un poco, pero enseguida se secó las lágrimas y contestó a su madre:

– Volveré pronto, te avisaré – se despidió Sara de su madre, mientras se separaban.

Ahora así, giró el pomo y abrió la puerta. La chica se armó de valor y, con determinación, cruzó el umbral hacia su gran aventura.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2023 ⏰

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