—¡Quédate conmigo! ¡No cierres los ojos!
A pesar de el frío intenso que había en el lugar, ella se mantenía agitando el cuerpo inconsciente de aquel joven. Detrás de ella se encontraban un par de personas, eran las únicas que estaban conscientes.
—Noelle. No podemos hacer nada.
Con su voz quebrada, una mujer respondió viendo como la chica seguía agitando al joven.
—¡No! Él...¡Él lo es todo para mí!
Gritó soltando sus lágrimas. Tenía un buen tiempo aguantando su llanto.
La mujer que le había hablado antes agachó la mirada sintiéndose triste por lo que escuchó.
—Lo siento...
La chica susurró al entender que es lo que él significaba para Noelle. Nunca se había dado cuenta de que tenía sentimientos hacia el chico frente a ellos.
La otra persona que estaba con ellas, siendo un chico, apretó sus puños al ver a su rival, mejor amigo, hermano. Llámalo como quieras. Estaba al borde de la muerte.
—¡Asta! ¡Despierta por favor!
Rogó con todas sus fuerzas.
Me siento devastada. Asta significa mucho para mí. No sé como explicar a detalle lo que es. Lo es todo para mí. No quiero perderlo. Es tan joven y aún no cumple su sueño de ser Rey Mago. Yo sé que le decía tonto en cada momento, pero...es mi tonto. Lo amé desde el día en que me dijo que creía en mi, e inconscientemente, yo también creí en él. No hay dudas de qué él es el candidato perfecto para ser el próximo Rey Mago. Venció a la amenaza más grande, Lucifero.
—¡Despierta, tonto!
Volvió a gritar con su voz casi rota. Detrás de ella, el par de chicos cayeron de rodillas y comenzaron a llorar.
–Noelle...
La voz cansada de el chico se escuchó. Los ojos de la chica se iluminaron y no pudo evitar sonreír acompañada de unas lágrimas.
–Aquí estoy...
Le dijo con calma.
—¿Ganamos...?
Noelle asintió ante la pregunta de Asta. El chico sonrió después de verla asentir.
—Me...alegro
En ese momento detonó todo. Noelle notó que a Asta le faltaba el aire.
—Mimosa, por favor, curalo...
Noelle murmuró.
—Yo...me es imposible...
Noelle giró a verla con duda en su mirada.
—Aún está rodeado de su Anti-magia. No podré curarlo.
Noelle no se había dado cuenta de eso. Así que con eso en mente, le pidió a Asta que si podría deshacerla. Este negó.
—No podré despedirme si hago eso.
Dijo él con su vista al cielo nocturno. Veía borroso, pero podía notar el brillo de las estrellas.
—¡No bromees!
Gritó ella.
—Ese brillo...me recuerda a tí.
Dijo él ignorando lo que Noelle le había dicho antes.
—Por favor...Asta...
—Siempre brillabas...iluminando el camino por el cual yo pasaba. Gracias...
