Capítulo 1.

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El ambiente era pesado, el frío podía sentirse a pesar de que todo en el lugar estuviese cerrado,  solamente dos pequeñas almas se encontraban sentadas en un viejo pedazo de madera.

- Todo estará bien. Ya nada te hará daño porque ya tienes a quien cuide de ti.- La pequeña niña que se encontraba a un lado del niño 2 años mayor que ella intentaba mostrarse fuerte pero pequeñas lágrimas rebeldes empezaron a humedecer su suave piel.

- Hey hey. - Este la tomó del rostro con las dos manos haciendo que se vieran fijamente. - Voy a volver a ti ¿Recuerdas?. - La pequeña con lagrimas asintió moviendo la cabeza de arriba a abajo y Leith secó sus lágrimas con sus dedos.

Tres personas salieron de la habitación, dos mujeres y un hombre. La mujer se acerca y se inclina a Leith, con delicadeza coloca su mano sobre su mejilla.

- Mi pequeño... es hora de ir a casa. - Leith miraba a la mujer, se veía como un ángel con esa piel suave y esos ojos verdes.
La mujer tomó de los hombros al hombre y luego la mano del pequeño y empezaron a caminar.
Leith volteo y miro a la pequeña niña llorando de nuevo, Soltó la mano de la mujer y corrió hacia la niña y le dio un abrazo.

Le dio un abrazo que aún no ha podido recordar.

- Deja ya de llorar, Enora. - La mujer que se quedó con la niña se recargo en el marco de la puerta y cruzó sus brazos. - Si fueras más agradable tal vez te hubieran adoptado también, ese mocoso tiene demasiada suerte.- Miró de reojo a la niña quien seguía llorando. 
- Eh dicho que dejes de llorar, la familia que se lo llevo tiene mucho dinero y son personas finas, apuesto que en 10 años ni se acordara de que exististe.- Afirmó con una sonrisa en sus labios. - Anda largo ya de aquí. -



10 de Agosto, 16 años después.

En el amplio espacio de la preparatoria se encontraba Enora, con sus dos manos sujetaba la mano de su compañera quien la tenía tomada del cabello fuertemente.

- Me dejaste como una tonta ante todos ¿eso querías verdad?. - La rubio jaló con más fuerza del cabello de Enora y esta solo negaba.

Enora: ¡No era mi intención Magda! - Enora se disculpaba pero a la rubia parecía molestarle aún más.-

La escena seguía en el patio y del segundo piso de uno de los edificios que rodeaba el enorme espacio unos ojos se posaron en ellas y el grupo de estudiantes que se formó alrededor de éstas, aquellos ojos se fueron acercando más y más hasta abrirse paso entre los estudiantes y llegar con las chicas.

- Magdalena ¿molestando de nuevo a Enora? - Su profesor de Química alejo a la rubia de la castaña Enora, él sabía que no podía hacer mucho, incluso siendo un profesor, la rubia tenía más rango en la preparatoria y todos sabían que no era bueno meterse con ella.

Magdalena: Cómo siempre Enora, alguien más llegó a salvar tu asqueroso trasero ¿por qué no haces nada?. - Le dedico una pesada mirada a la castaña que permanecía en el piso sin mirarle. - Que estúpida.- Finalizó Magdalena y se retiro con un par de chicas siguiéndola.-

Profesor Ander:¿Se encuentra bien señorita Enora? - Este se acercó a ayudar a Enora a incorporarse.

Enora: Sí, muchas gracias profesor Ander. - Finalizaba regalándome una sonrisa.-

Profesor Ander: ¿Cómo puede permitir que esto siga pasando? Tres años enteros a permitido los abusos de la señorita Magdalena. Sé que no es correcto que lo diga pero ¿por qué nunca responde a las agresiones de la señorita Magdalena? - Comenzaron a caminar ambos a la salida de la gran preparatoria.-

El último secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora