Capítulo 4.

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Otoño, dos años atrás.

Enora y Alex fueron invitadas a una pequeña fiesta en el mirador de la ciudad. No estaba en sus planes ir, pero Albert las convenció.

Alex: ¿Realmente necesitamos todo esto?  -Sostenía entre sus manos una botella de licor y  una bolsa llena de golosinas

Enora: ¿Siquiera es legal?

Albert: Probablemente no pero, ¿a quién le importa?. - Tomó la botella y la bolsa que tenía Alex y se dirigió a la caja registradora donde procedió a pagar. -

Llegaron al mirador, no era ni mucha pero tampoco poca gente. Era agradable.

Enora se quedó con Alex mientras Albert iba a dejar lo que había llevado a la mesa.
Las personas comenzaron a ir de un lugar a otro, unos por bebidas y otros por alguna golosina.

X: Oye disculpa, pero tienes un cabello super genial. - La voz era de una chica desconocida que externo su pensamiento sobre el cabello de Alex-

Y así fue como Alex comenzó a hablar con otras personas, sin dejar de lado a Enora nunca.

Enora: Voy por algo de beber.

Se dirigió a la mesa. Alcohol, alcohol y más alcohol ¿de verdad estaba en una fiesta? Siguió buscando con la mirada hasta que sus ojos se toparon con una caja de cartón, que, al momento de ver que era, Enora agradeció al universo.

Tomó un vaso y se sirvió del jugo que había en la mesa. Al momento de dar la vuelta choco con alguien haciendo que su preciado jugo empapara la playera del otro.

Enora entró en nervios y mientras se disculpaba repetidamente, intentaba secar el jugo.

X: Demonios, demonios. La playera es de mi hermano. Si llega a mancharse me matará.

Enora: Lo siento mucho, en verdad.

X: Cierra la boca, tus disculpas no están ayudando.

Enora: Y-yo

X: ¿Acaso no tienes ojos?

De repente alguien tomó al chico de la playera empapada y le entregó unas llaves.

X: Toma mi auto y lleva a una tintorería tu ridícula playera pero déjala en paz. ¿Acaso no ves lo arrepentida que esta? Al contrario ¿Dónde tienes los ojos tú? ¿No viste que ibas a chocar con alguien?

El chico de la playera miró con desagrado a Enora y termino marchándose. Cuando se fue, el héroe de Enora se volteo y pudo verle a la cara.

Fue en ese momento en el que Enora quedó absorta recordando la primera vez que lo vio.

Nicolas: ¿Jugo?

Enora: No me gusta el alcohol - Por alguna razón, sus nervios desaparecieron.

Nicolas: ¡Eso es genial! - No sabía que decir, no estaba nervioso, pero el mirarla, acallaba cada palabra que quisiera decir.

Nicolas: Vamos por más. - caminaron desde la pista de baile improvisada hasta la mesa.

Ese día, los dos comenzaron a hablar y a darse cuenta de que tenían cosas en común. Al final del día, aún no estaban listos para dejarse ir.
Por ello, después de ese día comenzaron a salir, hasta que después de un año Nicolas se armo de valor, esperando que sus sentimientos fueran correspondidos. Y así fue. Hasta sus días presentes.

Enora: Cuando lo conocí... fue algo inexplicable. Lo conocí en el mirador de por acá en una fiesta. - Fue lo único que pudo decir, quería guardarse las pequeñas facciones para ella misma. 

El último secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora