Mis pasos resuenan por las tablas de madera que forman el tatami de mi casa. La ira e incredulidad recorren mi cuerpo mandando escalofríos por todo este. Mi mente completamente en blanco y mis puños apretados, uñas clavadas en mi piel y nudillos más blancos que la nieve.— ¿Hay algo que deba de saber?— mi pregunta hace eco en el pequeño salón del departamento en el que vivo con mis padres. No es un lugar grande pero teniendo en cuenta que soy hija única, sería un malgasto de dinero tener una casa enorme para nosotros tres solamente.
— Siéntate— la orden por parte de mi padre hace que mis facciones se endurezcan aún más.
" ¿Realmente va a confirmar mis sospechas? No puede pasar, no puede ser cierto. Es todo una confusión, un malentendido, una historia mal contada ".
— Hey, te he dicho que te sientes— esa voz ronca de nuevo hace que salga de mis pensamientos y cumpla con su pedido.
Mis piernas cruzadas, mis manos apretando con fuerza mis muslos. Mi mandíbula tan tensa como el resto de mi cuerpo, y mi respiración tan acelerada como los latidos de mi corazón.
— Por tu actitud supongo que ya sabes lo que vamos a hablar— los ojos claros de mi padre viajan hasta los ojos verdosos de mi madre, quien parece que con su aspecto tranquilo le permite continuar hablando— Sabes que no lo haríamos si tuviésemos más opciones, pero ese no es el caso.
Un gran silencio inunda la iluminada sala. Es un silencio de esos incómodos que parecen atravesar los cuerpos humanos hasta llegar a sus almas y congelarlas.
— Nos han dado un ascenso en el trabajo y no podemos renunciar a él. Eres consciente de los años que nos ha llevado conseguir llegar hasta donde estamos ahora, sería una locura no aprovecharlo— ahora quien rompe el hielo es mi madre. Una mujer que al igual que su esposo ronda los 45 años.
Piel pálida, suave; y para su edad, poco arrugada a decir verdad. Sus ojos pardos acompañados de una media melena con tonos anaranjados la hacen ver realmente bien.
— ¿Te acuerdas de Karlheinz?— la contraria espera una respuesta por mi parte. Yo sin poder todavía salir del shock, me limito a asentir con la cabeza mediante pequeños movimientos— Nos ha dado la oportunidad de que vayas a vivir con sus seis hijos. No creo que los recuerdes porque hace años que no os veis, pero solíais llevaros bien.
La manera de hablar tan despreocupada de la pareja sólo hace que mis nervios vayan en aumento al igual que mi ansiedad.
" ¿Cómo pueden tomárselo tan a la ligera? ¿Tan fácil les resulta deshacerse de mí? Parece mentira que haya vivido dieciocho años de mi vida junto a ellos... Son unos hipócritas ".
— No me lo puedo creer— mientras que una sonrisa se forma en mi rostro, agacho la cabeza y de inmediato varios mechones azabache caen por mis hombros tapando parte de mis facciones— Todo esto es una mierda, ¡sois una mierda!
ESTÁS LEYENDO
☁︎⏤͟͟͞͞★ 𝐐𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐬𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐦𝐞 𝐚𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐧̃𝐞.
Fanfiction𝐏𝐨𝐫 𝐜𝐢𝐫𝐜𝐮𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐦𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐩𝐥𝐞𝐬 𝐭𝐮𝐬 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐨𝐩𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐝𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐚 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐢́𝐧𝐭𝐢𝐦𝐨𝐬...