Shino había comportandose bien todo el día, decidió recompensarlo.
¡¿que mejor recompensa que las perlas que tanto le gustan?!
ADVERTENCIA: Contenido sexual, bondage, Apodo ("bebé") sexo anal, bolas anales, Sexo gay, mencion de vibrador, jaula para penes y ordeño
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No era suficiente que tuviera tiempo para hacer esto. Por lo general, Shino es una estrella muy ocupada con una agenda a reventar y Yuu estaría preguntandose por saber cuándo se verían a continuación. Estar tan ocupado lo hizo difícil, pero ahora iba a compensar su estrés.
Con una lenta bocanada de aire levanto la barbilla en el aire y miro al chico frente a él. Su pareja famosa, cuya cabeza estaba baja y cuyos ojos estaban agotados por las últimas horas, se veía hermoso en sus ataduras. Aunque era tan obediente cuando quería que no había ninguna necesidad real de mantenerlo atado con las correas de seda, al final resultó en una imagen más bonita. El sudor empapaba su venda y sus rodillas temblaban, claras señales de que estaba listo para la siguiente parte de la noche, el aún trata de cumplir las expectativas de los demás, ¿Saben?
Hasta el sabe cuando necesita tomar un merecido descanso
Arrodillandose a su lado, se tomo un momento para mirar el dormitorio a oscuras, donde solo la chimenea encendida guiaba su vista, y paso una mano por un lado de su cara— Me has hecho sentir tan orgulloso, bebé…—susurro— ¿Crees que estás listo para tu recompensa?
Sus oídos se animaron. Ah, ¡una recompensa!. Había pasado tanto tiempo desde que tuvo tiempo de darle un regalo. Después de todo, tenía mucha otras cosas de las que preocuparse.
Oh, oh, ser lo suficientemente bueno para obtener una recompensa y no se necesito palabras para que Yuu supiera que lo quería.
Ya se había agotado por una noche de gemidos y lloriqueos antes. Durante horas había presionado su vibrador favorito, brillante y morado, contra sus bolas, acurrucado debajo de su miembro mientras tenía puesta su pequeña jaula de pene. Se veía tan lindo para Yuu cuando estaba amontonado allí...era lo que más le gustaba hacer con él, y lo que comúnmente le pedía que hiciera. Por supuesto, eso no quiere decir que no lo disfrutó. Las sacudidas de dolor a través de su piel hicieron que todo valiera la pena, incluso mientras lo ordeñaba a través de los confines.
Una bocanada de aire caliente se deslizó por un lado de su cuello y sintió que se deslizaba sobre su regazo, ligero como una pluma encima de el. Al no ver nada a través de la tela que cubría sus ojos, escuchó y palpó desesperadamente, tratando de averiguar hacia dónde se dirigían sus manos. ¿Le volvería a poner la jaula? ¿Sería su recompensa ser ordeñado de nuevo? Eso siempre se sintió tan extraño; casi dolía. Oh tal vez lo dejaría estar arriba y descargar sus frustraciones con el, un trato especial que tan rara vez le dio. Ese sería el mejor regalo que podría recibir.
