a brief love - 15.

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"Es casí ley que los amores eternos
son los más breves."
Romeo y julieta.

Y ahí estaba casí ausente Takemichi Huntley, el príncipe heredero al trono, ahora que su hermana mayor había cumplido su parte para descender el legado huntley, no le quedaba otra de que ahora esa sea su "prioridad", es que, vamos, ¿Qué adolescente sin ganas de ser un príncipe heredero quiere casarse con una total desconocida por el simple hecho de sacar beneficio de la familia Leiniu?

Porque eso era lo que era, sacar provecho y beneficio entre sí, no hay cosa que takemichi odie más que el amor forzado u el mismísimo casamiento forzado, pero como príncipe, no podía hacer absolutamente nada.

— Y.. ¿No creés que debas darle una oportunidad a la hija de los Leiniu?, hinata se vé que es una buena muchacha, incluso podrían llegar a enamorarse. — Proclamó casí susurrante.

— Con el debido respeto que te mereces mi queridisima hermana, tu para nada divina opinión la mandaré directita al diablo.

— Por eso digo que tremendo desastre como tú no puede ser un príncipe, que haré contigo Takemichi.. — Susurro irritada mientras se masajeaba el puente de la nariz, era una osadía tremenda intentar hacer cambiar de opinión a la persona que tiene como hermano.

— Ya, sí puedes hacer algo, no sé, como en esos libros donde la princesa que no se quiere casar escapa del castillo y conoce a un príncipe que piensa igual que ella, se casan en una montaña alejada y viven felices para siempre.

— Takemichi, nunca he visto o leído un libro donde eso ocurra, y si lo hay, acuerdate que es lo que es, un libro, entiendeme, eres el principe heredero, solo quiero que comprendas la carga que tienes y tendrás, no puedes simplemente negarte a casarte con la hija de los leiniu.

— Ya me cansé, mejor hablemos de este tema luego. — La mano de takemichi estaba casí completamente blanca, sus nudillos se coloreaban de un tono rosado, de lejos se notaba que estaba irritado y para complementar, enojado.

— Bueno, lo que tú digas — Mereilena Huntley también estaba enojada, al igual que su hermano menor, no le gustaba para nada los compromisos forzados o simplemente tener tantas cargas, y los dos, con atisbos de obvio enojo, salieron de aquella inmensa sala, que más bien parecía una casa completa.

***

Ojas y ramas revoloteaban por su cabello rubio, llevaba caminando por aquél frondoso bosque un buen rato, con un paradero en mente, le encantaba la paz y armonía que sentía en ese lugar, se sentía cansado, pero no pararía hasta llegar al fondo del susodicho, no sabía cuanto tiempo llevaba caminando, pero ya se veía el sol brillando como nunca en el atestado bosque.

— ¡Por fin!, no visitaba este lugar desde pequeño.. que tiempos. — Vocifero entusiasmado mientras veía la grande laguna que se situaba a un par de metros de él.

Corriendo con entusiasmo, se empezó a quitar la ropa hasta quedar únicamente en ropa interior, y de una zambullida se tiró a la refrescante laguna, jugueteaba con el agua como un niño, nadaba de aquí para allá, con atisbo de mucha emoción, ya estaba olvidando el inmenso enojo que sintió horas atrás.

Todo estaba perfectamente calmado, solo se escuchaban los leves meneos del agua y algunos cantos de pajaros que ha de haber por ahí.

Todo estaba perfectamente calmado.. hasta que escuchó pisadas.

Alertado por las pisadas, recogió su ropa y se escondió detrás de una piedra.

水仙,⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒⠀ꓻ ⠀𝐍𝐀𝐎𝐌𝐈𝐂𝐇𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora