Capitulo 1

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A los quince días de iniciar el semestre y con las tareas ya complicadas, se acercó de pronto a mí un hombre mayor y muy apuesto hacerme una pregunta. Era el adulto del salón (como 35años y los demás apenas 20). Se llamaba Ricardo, y su mirada y su voz eran sumamente excitantes, que me ponía nerviosa al estar cerca de él.

Ricardo: “Le entendiste algo a la clase?  (sus ojos clavados a mis ojos)

Yo: “Pues si le entendí un poco, aunque ya sabes que a la hora de hacer las tareas, todo está muy diferente”.

Ricardo: “Si! Nada que ver con lo que explica en clase. Oye por cierto quería pedirte un favor.”  

Yo: (tratando de no verlo a la cara, nerviosa.) “Si dime, en que te puedo ayudar?”

Ricardo: “Pues hay un ejercicio en esta tarea que por más que intento no lo logro entender. Crees podrías ayudarme? prometo será rápido.

Yo: “Si, no hay problema. Te parece bien a las 3pm en la biblioteca?

Ricardo: “Me parece perfecto. Ahí te espero, en la entrada y de ahí nos vamos a un salón de estudio.”

Yo: “Si, ahí nos vemos.”

Nos despedimos de beso, y el solo pensar en que más tarde nos íbamos haber me ponía nerviosa. Se llegó la hora, yo iba ya caminando para la biblioteca y él ya estaba ahí esperándome. Entramos y pedimos un salón de estudio para que fuera más fácil el explicarle en el pizarrón y no molestar a nadie más. Entramos y como todo caballero abrió la puerta y me dejo que pasara primero yo. Al voltearme tenía un chocolate en la mano, que había comprado para mí, como agradecimiento de aceptar a explicarle la tarea. Acepte su detalle y lo abrí y le ofrecí, los dos disfrutamos el chocolate, y después de platicar de ocurrencias, entramos de lleno al tema de la contabilidad y le explique la tarea. Utilice el pizarrón ya que era más fácil para poder explicarle. Sabía que me estaba viendo mis glúteos puesto que al voltear lo vi nervioso y obviamente sin entender nada.

Yo: “y por ende los créditos se pasan a esta otra cuenta, para después hacer el balance general.”

Ricardo: (sus ojos más abajo del pizarrón y notablemente distraído) “Si, aja!”

Yo: “Estas Bien?”

Ricardo: “Si! Disculpa, haber creo que es así verdad? (y me muestra sus apuntes)

Yo: “Si! Muy bien, solo te falta hacer la suma final, y listo”

Ricardo: “No, pues con tu explicación es más fácil de entender. Lo haces ver muy simple.”

Yo: “Es simple, solo que tienes que poner atención desde el principio.”

Ricardo: “Jajajaaja!” “Que insinúas que no pongo atención?”

Yo: “hahahahha” “Yo no dije nada, pero si te cayo el saco… pues!”

Seguimos platicando, y se dio la hora de regresar la llave del cuarto de estudio. Para esto intercambiamos números de celular, porque según quizá y no entendí el ejercicio ya que estuviera en su casa.  Nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente en la clase. Mientras iba caminando al estacionamiento, mi corazón seguía latiendo fuerte. Ya saben de esas veces en las cueles te emocionas y se te quiere salir el corazón. Pero no entendía el porqué. Si el era mucho mayor que yo y estaba loca en pensar que le gustaba. Me quite esas ideas de la cabeza y me fui a mi casa. 

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2015 ⏰

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