Capitulo 4: día en calma

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Azteca se encontraba dormido en el cuarto de su habitación, le habían ofrecido una de la Egle Union debido a que su país de origen había sido anexado a la Egle, esto afectó a Azteca pero le han dicho que su territorio solo se encuentra bajo administración de la Egle más no es en sí una nación anexada como tal, algo difícil de explicar pero que al final logró su objetivo, calmar al acorazado

De repente Azteca abre sus ojos pero está vez se encuentra en el mar, un mar de color tan rojo como la sangre, esto sorprende a Azteca quien nota que no lleva sus aparejos puestos

Azteca: ¿Qué carajo? ¿Qué sucede aquí?

Azteca ve al rededor pero no percibe nada, esto lo pone inquieto por el simple echo de no poder observar nada más que océano, fue cuando por pura reacción Azteca invoca una katana que usa para bloquear un ataque entrante con todas sus fuerzas, dicho ataque generó tanta fuerza que pareció que el océano entero fue aventado a su espaldas de Azteca, el mar se volvió tan caótico he inestable que Azteca y su atacante acabaron siendo absorbidos por las fuertes corrientes las cuales extrañamente no se calman, de un momento para otro el cielo se volvió tan negro como la noche y una severa lluvia empieza a ver como nunca antes, rayos empiezan a ser perceptibles en el cielo iluminando el campo, Azteca busca desesperadamente a su oponente cuando gira bruscamente a su izquierda y con la katana corta tres proyectiles que estaban por impactar le y terminan explotando detrás suyo, Azteca mira detalladamente por dónde vinieron los proyectiles viendo como una silueta de su mismo tamaño pero encapuchada con aparejos similares a los suyos los cuales apuntan en su contra, ambos comparten miradas y en un estallon de velocidad ambos impactan sus katanas provocando que el cielo se despejará por encima suyo y el mar se abriera como a un crater

Fue cuando Azteca se despertó de golpe, estaba sudoroso, si respiración era agitada y sus alas estaban en llamas de color azúl, claro indicio de que estuvo a punto de crear un volcán en su dormitorio, empezó a usar técnicas de relajación que aprendió de su tripulación logrando así calmarse y poder guardar sus alas

Se levantó y lo primero que hizo fue ir al baño pues cuando se vive con bellezas las 27/7 siempre hay que estar presentable y con buen aroma, tenía suerte de ser un Kaisen y no un humano puesto que le resultaría muy complicado tal tarea, por suerte su habitación contaba con baño único

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Azteca, una vez ya bañado y vestido, abre la puerta de su cuarto encontrándose con dos pequeñas quitsuneys

Azteca: ¿cuánto tiempo llevan aquí chicas?

Ambas pequeñas se ven un rato y luego vuelven a dirigir la mirada a Azteca

Amagi-chan: como 2 minutos Cof~

Azteca acaricia la cabeza de Amagi-chan quien cierra sus ojos para poder sentir de mejor manera las caricias del chico

Azteca: ¿Cómo te sientes?

Amagi-chan: de momento bien

Azteca: comprendo, si quieres te preparo una comida única de mi nación de origen, dicen que es mágica, cura la gripe y todo

Shini: ¿En cerio? -dice con sorpresa y emoción-

Azteca: claro, no por nada el caldo de pollo es un alimento sagrado de dónde vengo -dice con orgullo y una gran sonrisa en su rostro-

Amagi-chan: me gustaría probarla

Azteca: que así sea entonces

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Oficina de Wales

Ahora Wales está viendo varios documentos sobre las características de Azteca, se había olvidado que ese acorazado era la total contradicción al tratado de Washington, pero no podía culparlo, tal tratado, si bien sigue en pie, ya no recaía en él pues su armada literalmente no existía y hoy en día la humanidad solo puede crear sus versiones de producción en masa de sus respectivos buques, siempre cuando tratan de crear otro buque simplemente el plan es saboteado o el buque desaparece así porque sí

Un Mexicano En Dos Mundos NavalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora