Estrellas

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"Hola mi A-cheng" dijo Lan Huan besando con ternura la mano de su esposo. Todo en ese lugar estaba igual que el día anterior: las mismas paredes blancas, el mismo pitido constante que pese a traerle paz rompía su corazón, los mismos cables conectados al cuerpo de quien ama en cuerpo y alma. Todo igual como ha sido en dos meses y medio.

"Tonto ¿Qué haces aquí tan temprano? Tu salida del trabajo es a las 9 y son recién las 7" reprochó Jiang Cheng. Su voz no sonaba igual a la que había tenido cuando se conocieron hace tantos años atrás: era frágil, como si pudiera romperse con el peso de una hoja. No estaba la resonancia que solía tener cuando lograba hacerse escuchar a través de todo un edificio, ahora resonaba solamente en el pecho de a quien juró amar incluso después de la muerte

"Cómo es que lo primero que haces cuando me ves es regañarme A-Cheng, ten piedad de este esposo que te ama tanto"

"No seas dramático A-Huan"

La habitación fría e insípida era iluminada por los rayos cálidos de sol que se colaban por la ventana. Los segundos y minutos se fueron en conversaciones, como si no estuvieran en caída libre, como si no hubiera nada que perder.

"A-Huan" interrumpió Jiang Cheng "te amo"

Lan Huan nunca pensó que extrañaría con cada célula cuando a Jiang Cheng lo cubría la timidez para decir abiertamente sus sentimientos. Porque sabe que ahora lo dice con facilidad temiendo no tener una nueva oportunidad

"Mi hermoso loto" murmuraba Lan Huan acariciando el rostro de a quien se unió "ni en nuestras vidas pasadas ni en las que vendrán me alcanzarán las palabras para decirte cuanto te amo

Los besos que se han dado los últimos meses siempre tienen este sabor que ha empezado a odiar con amargura, siempre tan salados con las lágrimas de los dos. 

"Amor... ¿Puedo preguntar porqué ya no me dices Estrella?" dijo Jiang Cheng mientras veía como el sol se escondía y en el cielo comenzaban a brillar diamantes. La mirada de su loto se dirigió a la suya, tan dulce y a la vez tan nostalgica

"P-porque..." El nudo en la garganta de Lan Huan se sentía como arena, se sentía como si anunciara el poco tiempo que le queda.

"Ven aquí A-Huan, acuéstate conmigo" Lan Huan sabía que debía decir que no, que habían cables y debía ser delicado, pero algo en el aire le decía que esto era una oportunidad que no debía perder. Él siempre fue más alto que Jiang Cheng. Cuando vivían juntos siempre dormían viéndose, como si temieran perderse de vista. Sus labios siempre a la altura de la frente de su amado, el oído izquierdo de Jiang Cheng apoyado en su pecho para que sus latidos lo acunaran. "¿Por que ya no lo haces amor?"

"P-porque mientras más brilla una estrella" respondió entre sollozos "más cerca se encuentra de morir y tu mi amor pese a todo esto sigues brillando para mi, sigues siendo igual de hermoso para mi y..." una mano fría acarició los pómulos del angustiado Jade, llevándose consigo las lágrimas que no dejaban de caer "y odio pensar que por un estupido apodo estamos aquí, que brillarás hasta dejarme en una vida en donde tu no estas y yo no puedo vivir así

"Sabes A-Huan, mi abuela solía decir que cuando mis ojos no la pudieran volver a ver que la buscara en el firmamento. Que cuando mira entre las estrellas y una brille intensamente solamente para mi, sería ella para recordarme que solo cambió de forma. Seré lo mismo para ti amor" dijo Jiang Cheng queriendo tragarse los sollozos que nacen de sus más profundas penas "Pase lo que pase cuando mires al cielo no lo mires con odio mi príncipe, sino que piensa que los dioses podran habernos separado en carne, pero jamás lograran que estemos en un lugar donde no podamos vernos A-Huan. Mírame para que yo brille y te muestre el camino mi amor"

Hubo muchas más palabras que la Luna atestiguó entre la pareja, muchos besos que solo ella vió y un amor que hizo temblar al universo.

Y fue el alba la que se llevó consigo el último aliento.

💜✨Cortos Xicheng💙☁️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora