La luna

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Hace mucho tiempo, en el mundo solo había dos pequeños continentes, uno a cada lado del planeta, separados por un inmenso océano.

En el continente del Este vivía un chico que estaba muy enamorado de una chica que vivía en el continente del Oeste. Aquel chico no podía ver a su amada, la única forma de comunicarse con ella era escribiendo cartas que luego metía en botellas y arrojaba al océano con la esperanza de que las olas llevaran la carta al Oeste, aquellas cartas tardaban años en llegar y muchas veces se perdían.

La luna, sintiendo lástima por la joven pareja, bajó del cielo para hablar con el chico. La luna le dijo al chico que todas las noches nuevamente bajaría del cielo para llevarse las cartas y entregarlas a su amada cuando la noche llegará al Oeste. El chico todos los días sin falta escribió cartas, se las entregó a la luna por la noche y la luna se las entregó a su amada.

La pareja estaba feliz, esperar un día por las cartas de tu enamorado era mucho mejor que esperar años, tener a la luna como mensajero era mucho más rápido que arrojar botellas al océano.

La luna no estaba satisfecha, ella quería que ambos jóvenes estuvieran juntos y fueran felices. La luna decidió sacrificarse, se alejó del planeta sabiendo que no iba a poder volver y al hacerlo, desplazó el océano y los continentes, aquellos dos únicos continentes chocaron y se unieron formando un único continente. Gracias al sacrificio de la luna, la joven pareja pudo juntarse.

La luna se alejó mucho del planeta para unir a la joven pareja, pero al hacerlo, ella misma se alejó del planeta que tanto amaba. La luna se alejó tanto de su amada tierra que ahora no solo no puede volver, si no que cada vez se aleja un poco mas, por eso cada año la luna está un poco más lejos de la tierra, y a la vez, cada año la tierra ve como poco a poco su amada luna se aleja cada vez más. Por eso los perros y los lobos aúllan por la noche, aquellos aullidos son en realidad gritos de dolor pero también mensajes de amor enviados por la tierra para su amada luna.

Hoy en día, los descendientes de la joven pareja aun saludan y agradecen a la luna dejando flores y regalos en montañas muy altas, con la esperanza de que la luna pueda verlos desde la distancia y no se sienta sola, pues su sacrificio jamás será olvidado.

La lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora