De pronto no tuve otra opción,
una hoja de papel,un bolígrafo...
Esos dos cómplices
fueron tentando mis ganas apagadas.Intentar hablarte
y que me escuches
desde mis adentros no es nada fácil.
Parece cine silente.Tu imagen está y yo estoy,
a ratos me sonríes y yo te sonrío,
a ratos me miras y te miro.
Pero no existe sonido.Y ese silencio que de nosotros emana
créeme;es estridente,cefalálgico.
Retumba en mi cabeza como
fusil enfurecido.Y cuando intento regalarte una melodía,de esas que por naturaleza
invitan a soñar,
simplemente desafino,
me quedo sin voz.
Y por ende,de nuevo al silencio
cual leal esclavo del mutismo.Muchas veces,como ahora.
Un grito pretencioso adolece
no poder convertirse en eco
para volar hasta ti;
y al final así,poder romper este silencio.