Naruto: Destierro

10: Una primera vista

Destierro- Capítulo
10: Una primera vista

Los tres cuerpos cayeron rendidos sobre la suavidad de la cama con el sudor, prueba del cansancio, enfriándose rápidamente sobre sus pieles. Sus ritmos cardiacos siguieron acelerados al igual que sus respiraciones. No tardaron en buscar el abrigo de las sabanas y frazadas en el piso que estaban haciéndoles compañía a la ropa que fue perdida de camino a esta habitación. En tan solo unos segundos los tres cuerpos transportaron de guardar el calor corporal en la habitación fría. Esta fue fría desde el inicio, pero debido a los actos de los tres cuerpos no fue necesario buscar el calor hasta el cese de estas actividades.

Ahora en la habitación tranquila, que hace unos minutos estaba lejos de serlo, los tres personajes se acomodaron dichosamente. La silueta masculina fue fijada en el centro de la cama, rodeada a cada lado por una figura femenina. Los tres regularizaban sus respiraciones conforme llegaba el cansancio y el sueño. La lujuria se apagaba en los besos que apaciguaban su exposición sin dar índices de darle un fin pronto a la este tipo de cariño. De movimientos ásperos y hambrientos pasaron a ser lentos y suaves, informando de los sentimientos y las intenciones honestas de los tres habitantes.

" Y esto fue lo último que espere esta noche. " Se dijo en su mente el único individuo masculino de la habitación, dejando de lado los besos tras percibir el cansancio de sus acompañantes: una peli-purpura y otra peli-azul. Pero ellas no cesaron, o dieron indicios de no querer hacerlo, continuando sus besos en tórax, cuello, mandíbula, mejillas, orejas, nariz, frente y más importante que todo: boca. Pronto se rindió ante sus, respondiendo ante ellos con gusto, buscando devorar los labios separados sin dejar de observar los ojos castaños pedidos y ámbar de cada una.

A los minutos las mujeres pararon, sintiendo que no pudieron seguir reteniendo el cansancio. El hombre lo entendió, buscando apegarse más a ellas para iniciar el merecido descanso. Con sus brazos rodeo a cada una, y con el mismo brazo utilizado, tomo sus manos respectivas. Las dos mujeres sonrieron ante este gesto dejándose rodear por el brazo y entrelazar sus dedos.

"Fue una sorpresa increíble, Naruto-kun". Dio inicio la conversacion la peli-azul.

"Aunque es una lástima que tan solo estés de paso." Completo la peli-púrpura.

"Si fuera por mis propios deseos, me quedaría al lado de ustedes por siempre, Yu-chan, Ko-chan". Les concurso el rubio. Era una verdad, aunque no se arrepintiera de las semanas pasadas en Kumogakure entablando amistad con el Equipo Samui, pero nada superaría el estar junto a ellas. "Quisiera pasar cada día sabiendo que lo primero que lo primero y último que veré al dormir seria a ustedes". Ellas solo respondieron acurrucándose tiernamente contra su cuello.

Los minutos pasaron mientras lentamente se quedaron dormidos. Naruto observe atento como los primeros ojos en cerrarse fueron los castaños, seguidos de los ojos ámbar. El rubio intento resistirse inútilmente al sueño para poder pasar más tiempo con ellas, aunque sea mientras estuvieran dormidas. Admiro sus bellezas respectivas; escucho sus suaves respiraciones, gemidos y quejidos; sintió el suave toque de su piel contra la suya, admirando las diferencias en tonos de piel en cada una; acaricio sus cabellos largos y cortos. Notando su batalla inútil contra el sueño, le dio a cada uno un último beso cariñoso en sus respectivos frentes antes de cerrar sus ojos hasta el día siguiente. Tenía que descansar bien porque al día siguiente tendría un enfrentamiento del cual ningún ninja saldría con vida.

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A diferencia del País del Rayo que poseía una roca característica de color más claro, el País de la Tierra poseía un color más oscuro y un tanto más tétrico que este instante era apaciguado por color cobrizo que ganaban las rocas gracias al sol del atardecer. Naruto era testigo de este evento mientras se movía a gran velocidad entre los grandes riscos y montañas de este país. Se encontró cerca a los límites del sur que daba al País de las Rocas. Todo indicaba que Orochimaru había logrado una forma de engañar y aislar a la nieta de Tsuchikage lejos de las seguras paredes del pueblo con una misión de engaño.