Mortem

60 6 1
                                    

Hola

Espero que disfrutes este pequeño relato

Me disculpo por adelantado si no es de la calidad que esperabas pero este OneShot lo escribí en un solo día cuando la inspiración me llegó. Aún así espero que le des una oportunidad.

Muchas gracias y disfruta.

••••

De pronto todo se apago...

No más risas, música alegre o animatronicos...

Solo frío y oscuridad...

Un extraño y espeso líquido recorría mi cabeza o lo que creía era mi cabeza mientras un dolor intenso golpeó todo mi cuerpo desde mi cabeza hasta mis pies. El dolor era punzante, agudo y muy penetrante, no sabía que lo había provocado pero algo de dentro de mí me decía que era mejor no averiguarlo, trate de tomar mi cabeza en un intento inútil por disminuir el dolor que comenzaba a crecer en mi cráneo pero no pude moverme, me encontraba petrificado. Sin saber que hacer y soportando aún el dolor mientras apretaba mis dientes comencé a mirar a mi alrededor tratando de ver algo conocido que me dijera donde me encontraba pero fue inútil solo oscuridad a mi alrededor y la nada misma.

-¿Tu puedes escucharme?

Pude oír a una voz que resonaba como un eco en la nada, sin saber de dónde provenía trate de girar mi cabeza a mi alrededor sin ningún resultado, aún estaba petrificado.

-Yo no sé si puedas oírme

Otra vez aquella voz pero ahora era un poco más clara aún no podía reconocerla del todo pero algo en ella me parecía familiar como si ya la hubiera escuchado muchas veces antes.

-Lo siento...

De pronto frente a mí apareció una figura que reconocí en seguida, era pequeño, esponjoso, amarillo y adorable. Mi peluche de Freadbear...

-Tu estás roto...

No sabía que estaba pasando, mi peluche Freadbear hablaba lo había escuchado muchas veces en mi cabeza diciendome que todo estaría bien, que me mantuviera fuerte, todo terminaría pronto, pero ahora era diferente no estaba en mi cabeza, era real o al menos eso creía.

-Todavía estamos tus amigos

Lentamente detrás de él comenzaron a aparecer todos mis peluches: Chica, Bonnie, Freddy y Foxy.
Mis amigos, mis únicos amigos en realidad. Aún no sabía que estaba pasando pero algo en sus esponjosos rostro me tranquilizaba sabía que mientras estuvieran conmigo todo estaría bien.

-Tu todavía nos crees?

"Claro que lo haría, lo hago y lo haré, nunca dejaría de creer en ustedes"
Poco a poco una sensación cálida recorrió todo mi cuerpo eliminando por completo el dolor que sentía, a continuación la sensación de movilidad regreso a mi, moví un dedo de mi mano y después otro y otro. No había duda finalmente era libre, moviendo un pie tras otro comencé a correr hasta mis mejores amigos para tomarlos en mis brazos y darles el abrazo más grande que nunca les había dado. Sus cuerpos de felpa abrigaron mis pequeños brazos, era tan suave que deseaba nunca soltarme pero inevitablemente tuve que hacerlo sabía que a ellos les incomodaría un poco.

Al soltarlos la sensación cálida que abrigaba mi corazón termino dejando un vacío doloroso en mi. No sabía que hacer solo mirarlos era lo único que se me ocurría pero algo terrible sucedió. Ellos empezaron a desaparecer, primero Foxy, después Chica seguido de Bonnie y finalmente Freddy quedando únicamente Freadbear...

Mi corazón se quebró "Por favor no me dejen, son mis únicos amigos"

-Todavía estoy aquí

Rápidamente corrí hacia Freadbear abrazandolo tán fuerte como pude mientras las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos.
"¡No te vayas por favor, no quiero estar solo en este lugar, te lo suplico, por favor quédate conmigo solo un minuto más".

Pero fue inútil...

Freadbear desapareció entre mis brazos dejando solo un hueco en donde alguna vez estuvo mi corazón. Estaba solo en este oscuro lugar sin mamá, papá o mis hermanos. "¿Que fue lo que hice? ¿Por que todos se van? ¿A caso nadie me quizo realmente? ¿Solo fuí un error? ¿Un estorbo? Tal vez sea lo mejor para todos... Estaré sólo para siempre...

-Tu no estás solo y nunca lo estarás...

Una extraña luz comenzó a iluminar el vacío y desconocido lugar en el que me encontraba mientras esa voz continuaba hablando.

-¿Ya olvidaste nuestra promesa?

Esta vez la voz resonó en todo el vacío provocando una extraña pero reconfortante sensación en mi.

-Siempre estaremos juntos hermanito

"Elizabeth"

Frente a mí pequeñas luces de colores comenzaron a aparecer y a unirse lentamente formando una pequeña silueta que reconocí enseguida para después materializarse completamente.

-Te extrañe

Abrí mi boca tratando de decir algo pero ninguna palabra surgió, no sabía que decir o hacer solo mirar sus tan característicos ojos verdes que me miraban con mucha ternura.

-¿Oye estás bien? Parece que viste un fantasma Evan

Mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente no podia evitarlo, creo que Michael tenía razón "Crying Child" era un apodo perfecto. Elizabeth, mi querida hermana estaba frente a mí, pero eso no era posible ella se supone que estaba...

-No vine aquí solo para que me mires de esa forma Evan, ven y dame un gran abrazo

Ella extendió sus brazos esperando ese gran abrazo, no entendía nada nuevamente pero eso no me importaba ella estaba aquí y nunca más la dejaría ir, estaría junto a ella nuevamente para siempre. Sin esperar ni un minuto más corrí hacia ella extendiendo mis brazos listo para recibir ese abrazo tan esperanzador.

-Espere mucho por este abrazo

Mi corazón latía al compás del suyo mientras nuestros brazos nos rodeaban mutuamente, su cabello anaranjado hacía cosquillas en mi nariz mientras el olor a vainilla embriagaba mis fosas nasales. Nunca creí volver a sentir está sensación nuevamente pero así era, mi hermanita y yo nuevamente estábamos unidos y haría lo posible para nunca más separarnos. Su agarre fue cada más menor pero yo la abrace con más fuerza con el temor de que al soltarme también se iría de mi lado.

-Tranquilo no me iré

Con esas palabras de alivio mi agarre fue cada vez menor hasta el punto de dejar de abrazarla pero nunca la solté, tome su cálida mano con fuerza.

-¿Estas listo?

"No lo se, ¿Dolerá?"

-Un poco, pero no te preocupes todo estará bien

Tomando su mano un poco más firme empezamos a caminar sin un rumbo fijo, nuestro alrededor comenzó a iluminarse lentamente hasta ser una luz intensa provocando que cerrará un poco los ojos tratando que mi vista se acostumbrara a esa cantidad de luz.

No sabía a dónde íbamos pero de una cosa estaba seguro nunca más estaría solo.

MortemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora