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𝖲𝖾 𝖠𝖼𝖺𝖻o
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Un mes había pasado desde que el Club de los Perdedores se disperso, bueno Lizzy se seguía viendo con Mike, y a veces iba a casa de Bill para que ellos dos, junto con Beverly, idearan un plan para derrotar al payaso, pero del resto no se sabia mucho.
Ahora, nuestra querida ojiverde, se estaba dirigiendo a la casa de Henry Bowers.
¿Por que? Se preguntaran. Bueno durante el tiempo en que el grupo se separo, la chica estuvo practicando para hablar con el chico y arreglar las cosas entre ellos, y que no se odien el uno al otro, aunque talvez si se odiaban el uno al otro.
- A ver, no están difícil "Hola Henry ¿Cómo estas?, quiero que las cosas estén bien entre nosotros y no nos odiemos más" - la chica venia repasando esa frase desde la mañana - Si, no es tan complicado, ahora toca que se lo diga en la cara -
En un momento, Lizzy sintió la sensación de que algo o alguien la estaba siguiendo, y creía que era eso lo que estaba detrás de ella.
Pero el sonido de una sirena de policía la hizo calmarse un poco, bueno al menos antes de que vea de quien se trataba.
- Buenas tardes, Lizzy - la persona dentro del auto era el señor Oscar Bowers, el padre de Henry.
- Señor Bowers ¿Qué tal? - lo saludo la chica rápidamente antes de ignorarlo y seguir su camino, pero el auto se acerco nuevamente a ella.
No era que a la chica odiara al hombre, pero tampoco le agradaba, también le ponía incomoda la forma como le hablaba o miraba.
- ¿Adonde te diriges? - pregunto.
- A la carnicería - mintió la chica, obviamente no iba a decirle que iría a su casa para hablar con su hijo, porque sino el pediría llevarla por si mismo.
Cosa que ella no quería, ya que solamente quería que esta conversación sea entre ella y Henry, sin que nadie los moleste o vea.
