Después de haber salido del departamento de la señora Ume me subí a mi auto para ir a mi casa, algo que no me contentaba ya que aunque era de los lugares mas relajantes en la mañanas, por las tardes era uno de los últimos lugares al que uno quisiera ir. Al llegar hice la rutina de todos los días, esperar a que un guardia abriera el garaje para yo poder dejar mi auto y entrar a mi casa. Al entrar me encontré con la escena que encuentro todo los días.
Mei: Amemiya no me importa que seas mi prometido y que mi abuelo haya dicho que vamos a compartir casa, pero si te vas a estar follando a una sirvienta te pido que no lo hagas en la entrada de la casa, para eso existen habitaciones u hoteles–dije con una gran molestia–
Amemiya: tranquila Mei no estés celosa, cuando acabe con ella iré a complacerte en nuestra habitación–dijo mostrando una sonrisa y seguía follando a la sirvienta, lo mire con una cara de asco–
Mei: para empezar no es nuestra habitación, tu tienes tu propia habitación y en segundo primero muerta me acostare con un imbécil como tu–subí las escaleras y me encerré en mi habitación–de estar en un ambiente cálido a estar en esta mierda de ambiente–agarre a mi oso y lo abrase–extraño esos departamentos....
...
El sonar de mi alarma me despertó, aun somnolienta busque el apagador con mi mano, seguía sin apagarse la alarma, hice un ultimó intento antes de abrir los ojos y apagarla cuando escuche un golpe en seco me di cuenta que una vez mas lo había tirado, con un poco de desganas lo recogí y lo coloque en la mesita de noche. Me talle los ojos y parpadee un par de veces para acostúmbrame a la luz del día, me levante para ir a darme una ducha y una vez salí me acerque a mi armario para elegir la mi vestimenta.
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(Ignoren el bolso)
"Esto es cómodo" pensé una vez me lo puse , esto es algo casual de usar para ir al Universidad. Sali de mi habitación y al bajar Amemiya estaba dormido en el sofá con una de las sirvientas a un lado, los mire con cierta indiferencia y fui a la cocina para ser recibida por mi mucama de confianza.
X: tenga su desayuno señorita Mei–lo dejo enfrente de mi y me regalo una sonrisa a lo que le respondí con una–
Mei: gracias Sasha–empecé a comer–
Sasha era una de las mucamas mas jóvenes de la casa, solo era un año menor que yo y aunque al inicio de su estancia me pidió que la dejara ir a la universidad en las tardes yo se lo negué a cambio de que tomaras sus clases en linea y le daría su propia habitación para tomarlas tranquilamente, tras ella acepto a la oferta y así lo hice, le di unos cuantos privilegios que las demás no tienen. Con el paso de el tiempo nos hicimos amigas y las veces que salíamos seguía comportándose como una mucama, con el tiempo le dije que evitara comportarse como una cuando íbamos de compra, al inicio se negó pero después dejo de hacerlo, pero ahora le tengo una sorpresa que seguro y le gustara cuando se lo diga.
