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Una gran punzada hace que suelte un gruñido. Me duele la cabeza como mil demonios.

Me esfuerzo por abrir los ojos, me cuesta, pero lo acabo consiguiendo.

Miro a mi alrededor desconcertada, me cuesta enfocar la vista. Froto mis ojos, para cuando lo hago puedo ver con claridad el desastre que hay a mi alrededor.

El lugar tan animado donde estábamos disfrutando tanto Jay y yo esta lleno de gente durmiendo por las escaleras, el suelo, hay botellas vacías por todos lados...Espera¿Y Jay?

Apoyo mi brazo en la barandilla de la escalera para poder levantarme, casi me caigo al suelo de culo de lo mareada que me siento.

A lo lejos, en uno de los sofás veo a Jay desparramado con dos chicas, cada una a un lado suyo. Tiene toda la cara y todo el cuello lleno de marcas de pintalabios.

Una sonrisa surca mi cara

Que cabrón.

De entre el escote saco mi móvil, lo enciendo. Mis ojos se abren como platos al ver que son las cinco de la tarde del día siguiente.

Si no vuelvo a casa ya mis padres me van a dar por extraviada.
Ese simple pensamiento me pone los pelos de punta.

Como puedo, intentando no caerme por la basura que hay a mi alrededor o por mi propia resaca; me acerco a Jay.

Lo zarandeo, veo que intenta apartarme medio en sueños.

Ruedo los ojos y le tiro de la mesa.

Jay se despierta sobresaltado, se intenta levantar pero se cae al suelo otra vez.

Posa una de sus manos al lado del corazón y me mira interrogante.

"¿Qué pasa? Casi me muero de un infarto"– Eso es lo que interpreto que quiere decir.

Yo algo molesta le enseño la pantalla de mi móvil, para que pueda ver claramente la hora que es.

Abre la boca de par en par e intenta incorporarse.

Veo de reojo como aquellas chicas se despiertan, parece que le están pidiendo que se quede. Jay se aparta y antes de girarse hacia mi les guiña el ojo, las dos chicas le lanzan un beso.

Yo ruedo los ojos y agarro a Jay del brazo para sacarlo de una vez de allí.

Antes de salir de la casa me encuentro un billete tirado en el suelo, miro a Jay y nos encogemos de hombros. Sin decir nada lo agarramos y Jay marca a un taxi.

Me encuentro tirada en la cama, ya es casi de noche.

Por suerte, al llegar a casa mis padres todavía no habían llegado, por lo tanto me he podido duchar tranquila y hacer el vago.

Los domingos son para eso, no me lo podéis negar. Aunque bueno, debería estar estudiando, pero vamos a ser sinceros, no lo voy ha hacer.

Miro a un lado de mi cama, enciendo el móvil en busca de algún mensaje, pero solo me aparece propaganda de Aliexpress.

Me siento una completa pringada.

Paso las manos por mi cara.

¿Cómo seria mensajear con Sunoo?

Me levanto de la cama, impulsada a leer las conversaciones que escribimos en mi cuaderno durante las clases.

Voy pasando las hojas poco a poco, aún habiendo estado solo un par de días dando clase hemos escrito bastante.

Mute|| Kim SunooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora