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Mientras JiMin discutía con Rose no había dejado de desmenuzar los trozos de tortillas, por lo que las había dejado partidas en pedazos realmente minúsculos. JiMin, con furia, las puso sobre un plato y salió a tirárselas a las gallinas, para luego continuar con la preparación de los frijoles.

Todo el tendero del patio estaba lleno de los relucientes pañales de BeomGyu. Eran unos pañales bellísimos. Entre todos se habían pasado tardes enteras bordándole las orillas. El viento
los mecía y parecían olas de espuma. El omega desvió su mirada de los pañales. Tenía que olvidarse del pequeño que estaba comiendo por primera vez sin él, si es que quería terminar de preparar la comida. Recordó que hace un día había terminado su celo, pensó de haber estado en calor en estos momentos todo el drama hubiese sido mucho peor. Se metió a la cocina y prosiguió con la elaboración de los frijoles.

Fue inútil tratar de olvidarse de BeomGyu. Cuando JiMin vació los frijoles en la olla recordó lo mucho que al pequeño le gustaba el caldo de frijol. Para dárselo, lo sentaba sobre sus piernas,
le ponía una gran servilleta en el pecho y se lo daba con una cucharita de plata. Qué alegría
sintió el día en que escuchó el sonido de la cuchara al chocar con la punta del primer diente de BeomGyu. Ahora le estaban saliendo dos más.

JiMin ponía mucho cuidado de no lastimárselos cuando le daba de comer. Ojalá que Rose hiciera lo mismo. ¡Pero qué iba a saber! Si nunca antes lo había hecho. Ni sabría tampoco prepararle el baño con agua de hojas de lechuga para asegurarle un sueño tranquilo por las noches, ni sabría vestirlo ni besarlo ni abrazarlo ni arrullarlo, como el omega lo hacía. JiMin pensó que tal vez lo mejor sería que dejara la hacienda de una vez por todas.

YoonGi lo había desilusionado con su última actitud; Rose, sin él en casa, podría rehacer su vida y el niño tendría que acostumbrarse tarde o temprano a los cuidados de su verdadera madre. Si JiMin se seguía encariñando cada día más con el cachorro iba a sufrir igual que lo hizo con Jihoon. No tenía caso, ésta no era su familia y en cualquier momento se la podrían quitar con la misma facilidad con la que se quita una piedra a los frijoles cuando uno los está limpiando. En cambio, Kim Namjoon le ofrecía establecer una nueva familia, que nadie le quitaría. Él era un hombre maravilloso y lo quería mucho. No le sería difícil, con el tiempo, enamorarse perdidamente de él ¿Verdad?.

No pudo continuar con sus reflexiones pues las gallinas empezaron a hacer gran alboroto en el patio. Parecía que habían enloquecido o tenían complejo de gallo de pelea. Se daban de picotazos unas a las otras, tratando de arrebatarse los últimos trozos de tortilla que quedaban sobre el suelo. Brincaban y volaban desordenadamente por todos lados, agrediéndose con violencia.
Entre todas ellas había una, la más furiosa, que con el pico atacaba ferozmente a cuanta gallina
podía, salpicando de sangre y plumas los blancos pañales de BeomGyu. JiMin, asustadísimo, trató de parar la riña, lanzándoles una cubeta de agua. Lo que logró fue que enfurecieran más y que subieran de tono la pelea. Formaron un círculo, dentro del cual se correteaban unas a otras vertiginosamente. La polvadera y caos que se creó arrasaba con todo lo que encontraba a su paso, empezando por los objetos más cercanos, en este caso, los pañales que estaban sobre los tendederos del patio.

JiMin trató de rescatar algunos, pero al ir a tomarlos, se vio atacado también por la fuerza de la nube de polvo, tierra, plumas y furia de gallinas. El omega se quedo hecho bolita evitando salir lastimado y cuando escucho que la calma volvía poco a poco se incorporó sacudiéndose el polvo, revisó el patio; ni señas había de las gallinas. Pero lo que más le preocupaba era la desaparición de los pañales que con tanto amor había bordado. Tendrían que reponerlos rápidamente por unos nuevos.

Bueno, pensándolo bien ése ya no era su problema; Rose había dicho que no quería que se acercara más a su hijo ¿no?
Entonces, que ella se encargara de solucionar su problema y JiMin ahora se encargaría de solucionar el suyo, que por el momento sólo era tener lista la comida para Namjoon y su tía Mina.

Como Agua para Chocolate - Adaptación Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora