1. Nuevo hogar

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Inhaló profundamente el aire de la naturaleza, se podía sentir la gran diferencia con la ciudad de busan

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Inhaló profundamente el aire de la naturaleza, se podía sentir la gran diferencia con la ciudad de busan. Simplemente era lo que necesitaba, alejarse de todo y de todos dándose el tiempo a uno mismo. Miró a unos cuantos metros la cabaña de sus padres sintiendo sus ojos humedecerse, llegándole a él ¿Por qué?

Suspiró reconfortante quitando las lágrimas, tomó su maleta roja para andar por el camino. Subiendo los escalones hasta llegar a la puerta.

—Llegué. —sonrió el rubio para si mismo, sacando las llaves y dar un paso.

La cabaña estaba en perfecto estado, porque tenía el mantenimiento requerido. Por lo que no tenía que hacer mucho, lo primero que hizo fue ir a su habitación quitando el hule del cristal grueso de su cama.

Esa cabaña era su espacio personal, viniendo cada verano en sus vacaciones del trabajo. Hace tres días había venido a traer y acomodar la despensa, dándole de paso una limpia quitando el polvo. Comenzó por acomodar su ropa de la primera maleta, de regreso a su auto sacando la otra para hacer lo mismo.

Saliendo un momento a su corredor del cuarto de la segunda planta. Llegando la vista al lago, sin embargo algo llamó su atención, desde el otro extremo, parpadeó tratando de definir lo que era. Tampoco podía decir con exactitud lo que eso era porque estaba a una distancia grande, pero el temor en su cuerpo fue notario entrando ñata cerrar las puertas y tapando con las cortinas, bajando para asegurar las puertas y ventanas por seguridad.

Tal vez su cerebro le hizo una mala jugada, encontrándole una forma a lo que fuese. Tocó su pecho notando el ritmo de su pobre corazón, riendo de lo tonto que fue.

—Idiota.

Negó tomando su abrigo para salir al lago, desde el puente donde supuestamente había visto algo, pero no era nada, solo una montana de roca y eso parece moho. Era miedoso desde pequeño, puede ser al principio de elegir algo todo valiente aunque ya estando todo cambia.

Regreso cuando el sol se escondió, prendiendo las luces de la cabaña y del póster del lago, para no andar mirando cosas que no son. No tenía ganas de cocinar, así que solo hizo un poco de café con pan y galletas para no irse a dormir con el estómago vacío, mientras miraba una película hasta que su puerta fue tocada interrumpiendo una escena de suspenso.

—Maldición. —Rodó los ojos, la gente como molesta en estos momentos que uno se acomoda para por fin descansar, por eso se vino al bosque.

Y su cerebro proceso lo que acaba de pasar. Ya estaba en la puerta con la mano en la perilla, soltándola lentamente dando pasos hacia atrás del mismo modo, pero no debía de ser cobarde, cerró sus ojos abriendo de sopetón la puerta y el aire frío comenzó a azotar su rostro. Abriendo un solo ojo, no había nadie, con sólo eso cerró la puerta poniéndole todos los seguros y por instinto hasta la silla.

—Maldición.... —Murmuró el menor agarrando sus cabellos con amabas manos.

Eso le pasa por ver películas de terror, justo lo que estaba viendo antes que tocarán la puerta, escuchando otra vez el toque en su puerta y un mullido después.

Volvió a abrir la puerta pero esta vez encontrando un cachorro, recibiendo todas las respuestas a sus dudas y preguntas.

Por la noche había bañado y alimentado al cachorro que llegó a su puerta en medio de la nada. Y que ahora dormía a su lado bonito y oliendo rico. Hasta había hecho con ropa vieja que encontró en unas cajas en el sótano, una ropita para mochi.

No tenía el corazón suficiente para dejarlo ahí, cuando recorrió cuántos kilómetros buscando refugio o algo que comer por lo menos. Necesitaba mucho cuidado y atención.

Una de las puertas se corrió dando una sombra en el suelo por la luz de la luna, el cuerpo de una gran bestia analizando el lugar con su olfato llegándole el olor del humano, por lo que gruñó desde pecho llamando la atención del cachorro quien comenzó ladrar despertando al joven.

—Q-Que... Mochi, basta. Silencio. —Habló Naruto desorientado, tallo sus ojos, bostezando.

El cachorro estaba ladrando hacia la puerta que estaba abierta. Confundido se levantó hacia mochi para cargarlo, dando un vistazo hacia afuera, no encontró nada.

Después de lo sucedido no pudo conciliar el sueño, ya que el perro estaba al tanto, cómo si estuviera en posición de ataque reaccionando a cualquier sonido. Vigilando sentando desde la puerta de la cocina, gruñendo a cada rato, solo prestaba atención en el momento que lo llamaba para comer.

 Vigilando sentando desde la puerta de la cocina, gruñendo a cada rato, solo prestaba atención en el momento que lo llamaba para comer

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LA CABAÑA // SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora