Confusión.

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Me confundes ¿sabes?

Te conozco hace ya bastante tiempo. Pero jamás creí que realmente me terminaras gustando.

El otro día estabas sentado frente a mí y yo miraba como las gotas de lluvia resbalaban por la ventana. Ese día estaba triste.

Te diste la vuelta a mirarme y yo me giré, quedando con mi cara expuesta. Había derramado un par de lágrimas y hasta el momento sabia que no había sonreído.

Me miraste a los ojos y dijiste: "¿Porqué no sonríes? Y yo casi de inmediato respondí: ”¿Tengo alguna razón para hacerlo?"

Te lo pensaste un momento y luego dijiste: "Cuando no sonríes me siento mal, me siento algo así como enfermo"

Tú crees que sonrio de felicidad, y si lo hago por eso, pero no por mi felicidad, sino por la felicidad de las personas que me quieren. Yo no tengo razones para hacerlo.

Cuando supiste que me cortaba me hiciste prometerte que no lo haría más y me amenazaste con revisarme las muñecas todos los días. Pero no te he visto hacerlo.

No sé que me haces, pero me estas cambiando. Y no quiero que lo hagas.

Y tampoco quiero que te preocupes por mi. No tienes porqué.

A veces pienso porque lo haces y luego recuerdo que nuestros padres se conocen y una vez más me decepciono de mi misma.

Es que, ¡vamos! ¿A quien le podría gustar una cosa como yo?

Pensamientos suicidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora