La venganza del conde Phantomhive llevaba mucho más tiempo del deseado en ser completada, de hecho el joven conde ya poseía dieciocho años, siendo distinguido entre la nobleza por sus grandes logros desde muy corta edad.Por eso era habitual que fuera arrastrado a fiestas por su prometida, le desagradaban totalmente aquel tipo de reuniones sociales, sin embargo en aquella ocasión había encontrado algo que capto su atención por completo.
Sosteniendo una copa a los lejos de la multitud, un noble de vestimentas masculinas pero que poseía curvas que podrían considerarse las de una mujer bien formada, un busto ligeramente pronunciado, y rasgos femeninos.
Su curiosidad por aquel extraño, a quien noto que nadie en la fiesta se le había acercado, hizo que no dudara en enviar a Sebastian a investigar sobre ello mientras por su propia cuenta indagaba.
La información fue bastante clara al provenir de su mayordomo, después de todo los nobles solo murmuraban que se trataba de “una marimacho” que se creía capaz de ocupar el lugar de un hombre, por otro lado Sebastian afirmo la información que necesitaba para que su interés fuera obtenido completamente.
Aquel joven era Lishoa Kuznetsov proveniente de Rusia, nacido bajo el sexo femenino pero afirmando ser un hombre desde su uso de la consciencia, en el momento en que sus padres fallecieron dejando en sus hombros el apellido junto a toda la herencia había asumido su identidad masculina completamente.
Eso lo había llevado a ser repudiado por los nobles quienes pensaban que nunca podría llegar a cumplir el papel de un hombre en la sociedad, y también los malos rumores de las damas quienes aseguraban que solo era “una marimacho” que necesitaba de alguien que le controle para volver a su lugar.
Aun con estos rumores, era imposible para cualquiera negar que aquella persona era llamativa a la vista, poseyendo una piel pálida cual porcelana, cabello rojizo, pecas que atravesaban sus mejillas completamente, y una figura delgada.
—Es un caso similar a la shinigami, ciertamente interesante — Sebastian murmuro al oído del conde quien asintió suavemente, ligeramente fastidiado de que el demonio se atreviera a mencionar a su aventura en aquel momento, algo que no terminaba de aprobar —.
—Parece entretenido así que lo deseo, puedes encargarte de ello — tras algunos segundos de pensamiento el conde menciono aquello en un murmullo obteniendo un asentimiento de su mayordomo, el contrato aun vigente obligaba a este a cumplir los caprichos del joven durante el tiempo que tardaran en acabar con la venganza de él —.
Pero aquello parecía algo diferente a un capricho pasajero, por eso mismo pondría un esfuerzo mayor en hilar todo para que los deseos de su amo fueran cumplidos de manera eficaz.
Eso mismo llevo al segundo encuentro del conde con su nueva presa, que esta fuera parte de la red de contactos de la reina facilito aquello, esta vez el conde estuvo preparado para iniciar una charla sin que resultara llamativo para nadie.
Chocaron entre la multitud, compartieron un ligero gesto de disculpa mutuo, no tardo demasiado en que Lishoa buscara al único noble que se comporto de manera amable con él en ese momento.
La presentación de este resulto torpe, las manos del chico de cabellos anaranjados eran pequeñas a comparación de las del noble al estrecharlas, su conversación fue bastante vaga pero suficientemente interesante para que Ciel no la despreciara con aburrimiento.
La familia Kuznetsov era poseedora de una gran editorial que distribuía libros alrededor del mundo, el conde no tardo demasiado en usar aquello a su favor, un par de semanas después de su segundo encuentro Lishoa recibió una propuesta de negocios de parte del conde.
Su visita a la mansión Phantomhive fue hecha un mes luego de recibir la carta, con la mayoría de detalles pactados solamente quedaba firmar los contratos establecidos en aquella alianza, el viaje duro cerca de diez horas en carruaje.
Tanto él como su compañía fueron recibidos alegremente en la mansión, aunque el desagrado de Sebastian fue creciente al reconocer la compañía del joven como un ángel, sin embargo las cosas fueron suficientemente bien.
Lishoa firmo los contratos de manera gustosa manteniendo una larga conversación con el conde quien se encontraba maravillado por los conocimientos del joven, por otro lado los cruces entre el demonio y el ángel eran mínimos, casi como si se repelieran totalmente a diferencia de sus amos.
La visita acabo junto a una partida de ajedrez donde el conde resulto victorioso, la promesa de en algún momento regresar se mantuvo en el aire mientras finalmente Lishoa volvía a subir a su carruaje con la ayuda de su acompañante, los deseos del conde de poseer a tan interesante compañía crecieron de sobre manera gracias a eso.
Todo de Lishoa comenzaba a maravillar al conde, desde su marcado acento ruso sin importar el idioma que hablara, hasta los pequeños gestos como la manera en que arrugaba la nariz al concentrarse.
Durante las siguientes semanas a aquella visita resultaba difícil para el conde que su mente no divagar a en la manera en que las delicadas manos de Lishoa tomaban las piezas de ajedrez, o en como sus labios resecos eran humedecidos por un suave movimiento de su regla que fácilmente podría considerarse pecaminoso para la voluntad de cualquier persona.
El conde estaba ansioso de poseer todo de Lishoa, de marcar cada espacio de su piel como si fuera de su pertenencia, de doblegar la existencia del joven.
—Su compromiso con la señorita Lizzy aun esta en pie joven amo, además el joven Kuznetsov se encuentra comprometido de igual manera, debería controlar sus deseos — Sebastian advirtió casi con diversión durante una de las tardes en que los pensamientos del conde divagaban nuevamente —.
—Los nobles acostumbran tener amantes, aunque se encuentra dentro de mis planes eliminar cualquier compromiso que pueda afectar que obtenga lo que deseo — menciono el conde de manera pacifica sonriendo suavemente hacia el mayordomo quien simplemente suspiro divertido ante lo obstinado que se mostraba —.
Las visitas de Lishoa se volvieron algo frecuente en la mansión, al punto en que era extraño si pasaba un largo tiempo en que este no apareciera e incluso el conde se volvía irritable cuando esto sucedía, de tal manera que las visitas del conde hacia Lishoa también comenzaron al mismo tiempo que la estadía del noble extranjero en el país se alargo.
Finalmente Lishoa básicamente vivía a tiempo completamente dentro del país gracias a las nuevas editoriales abiertas por sus tratado con la familia Phantomhive, lo que llevo a que su relación con el conde se volviera estrecha, sin saber que lentamente estaba comenzando a caer en la red de mentiras perfectamente tejida por Ciel.
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Kuroshitsuji
FanfictionEl conde Phantomhive estaba acostumbrado a obtener lo que desea, ahora que desea a aquel noble extranjero, hará todo para poseerlo. ❬ Ciel Phantomhive x OC afab ❭ ❬ Menciones de Sebastian x Grell ❭ ❬ Menciones de transfobia y violencia ❭ ❬ Ciel y Se...