-¿Akaashi?
-¿Sí, Bokuto? -Le miré.
-Prométeme entonces que harás todo lo posible por volver pronto.
-Lo prometo, Koutaro, volveré pronto.
[---------------------------]
•Todos los derechos reservados de los personajes a su autor original.
•La histo...
No puedes saber con exactitud cuando vas a ganar y cuando vas a perder en un deporte como vóley, sus partidos son demasiado inciertos y nunca sabes si ese último remate va a ser de tu equipo o puede ser del equipo contrario. Bokuto lo sabía muy bien, y sin embargo, su dramatismo seguía siendo el mismo. "Akaashi, no me pases más la pelota" o "Akaashi, no merezco que seas mi compañero" eran unas de las tantas frases que le encantaba decirme cuando veía que se empezaba a desmoronar la cosa. Hoy había repetido exactamente lo mismo. El día era lluvioso, no podías avanzar mucho hacia tu camino, a penas podías ver por donde pisabas. -¡Hasta mañana, Akaashi! ¡Ten cuidado por el camino, nos vemos en el entrenamiento! -Se despidió mi capitán, para acto seguido tropezarse contra el bordillo de la acera, provocando que una pequeña risa saliese de mi boca. Seguí mi camino hacia casa, pero a causa de la lluvia me fue imposible, así que un par de minutos después de haber dejado a Bokuto en su camino tomé un taxi. Gran error. Después de ello no recuerdo mucho más, sólo que iba hablando con el conductor sobre el mal tiempo que hacía y que los jóvenes de hoy en día teníamos mucha "batería" según su criterio. El taxi chocó con un camión que, por el agua de la carretera, le fue imposible frenar. El taxista murió en el acto y yo quedé en coma durante dos meses. Supe de ello porque, nada más despertar, el doctor que me vigilaba me contó poco a poco los detalles de ese accidente y las consecuencias que me llevaría.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"No puede seguir jugando al voleyball. Ahora mismo sus piernas no pueden mantenerse por sí solas. Con rehabilitación podrá volver a andar, pero me temo que no podrá volver a jugar". Si no podía volver a jugar, significaba que Bokuto no podría tener a nadie a su lado en los partidos como yo lo hacía. Tenía a nuestros compañeros de equipo, pero a penas podían tratar con él de la misma forma que yo podía hacer para que pudiésemos ganar los partidos. La puerta de la habitación se abrió de par en par, dejando ver a un búho demasiado energético y a su vez preocupado mientras se acercaba a la camilla donde yo estaba. -Hey, Akaashi... -Murmuró. -Mírate, Koutaro, tienes el cabello desordenado y no te has abotonado bien la camisa, ¿no ves que te sobra un hueco abajo del todo y te sobra un botón arriba? -Deberías preocuparte por ti ahora mismo, ¿no crees? Llevas dos meses durmiendo, eres un perezoso, ya era hora de que despertases. -Bromeó, intentando quitarle tensión al ambiente. -¿Cómo está el equipo? -Cambié de tema. -Bueno, llevas dos meses fuera, es un caos. Ni siquiera tu suplente sabe pasarme bien los saques como tú. Necesito que vuelvas ya, lo digo de verdad. -No creo que pueda volver enseguida, Bokuto. Todo lleva su tiempo, debes tener paciencia. -Murmuré. Quise evitar decirle que no volvería a jugar, era su último año y no quería que mi condición influyese en su actividad como capitán del equipo. -¿Akaashi? -¿Sí, Bokuto? -Le miré. -Prométeme entonces que harás todo lo posible por volver pronto. -Lo prometo, Koutaro, volveré pronto. Prometer algo era demasiado peligroso, más aún sabiendo que tienes que fallar tu promesa, tienes que fallar a esa persona. No podía no prometerle nada, había algo en mí que me hacía proteger a Bokuto de todas las formas posibles que yo podía. Había algo en mí que quería enterrar a Bokuto entre mis brazos para que nadie se atreviese a lastimarle, no podía ser yo el que lo hiciese, no en su ultimo año, no sabiendo que eso implicaría borrar su sonrisa de un momento a otro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.