Primer día :)

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Primer día, Lunes 20 de Octubre 2014, 8:30 de la mañana.
Este es mi tercer año en secundaria y hoy es mi primer día en mi nuevo instituto, mis padres se han separado hace poco y mi madre ha decidido volver al pueblo donde se crió. Es un pueblo llamado Fuente Álamo, no está mal pero es un cambio bastante duro.
He venido muchas veces a visitar a mis abuelos y el pueblo me lo conozco bastante bien, pero siempre que he salido por aquí ha sido con mis primas.
Mi instituto nuevo se llama San Agustín. Lo he visto otras veces al pasar con el coche, es bastante imponente. No sé lo que me voy a encontrar y aunque siempre voy muy segura de mí misma, debo admitir que tengo cierto miedo.
Me bajo del coche y me encamino hacia la puerta principal, es todo muy grande,está todo el suelo rodeado de piedrecitas y hay a la derecha una gran pared de piedra oscura con un letrero que pone: "colegio san agustín, cooperativa de enseñanza". A la izquierda comienzan las rejas que rodean el colegio y están repletas de plantas trepadoras.
La entrada es impresionante, hay unas puertas de cristal que conducen dentro del colegio, a la izquierda hay aparcamientos de bicis y se ven las ventanas de lo que parece ser la oficina. A la derecha hay un banco y otras rejas repletas de la mismas plantas trepadoras que había en la entrada. No me acostumbro al hecho de que vaya a ver esto todos los días.
Entro y contemplo el hall,mi madre me ha dicho que tengo que esperar allí a la jefa de estudios.
Es todo muy luminoso y transmite paz, sobre todo a estas horas que parece no haber nadie.
La enorme escalera que conduce a secundaria inunda todo el hall con una pared grandísima del mismo tono que la de la puerta principal. Del techo cuelgan unas lámparas metálicas y las oficinas parece que están separadas del resto del hall, tienen una ventana frontal y una puerta que tengo justo al lado.
Enseguida me fijo en tres enormes cuadros de estilo abstracto que hay colgados, uno tiene diferentes figuras y los otros dos se componen de miles de circunferencias en diferentes tamaños. Uno es en tonos azules,lilas, fríos... y el otro en tonos naranjas, rojos, cálidos... Me enamoro al instante, desde pequeña me encanta el arte y la pintura por eso me fijo tanto en lo que me rodea.
Empiezo a colocarme bien las calcetas de mi nuevo uniforme. Me gusta más el chándal aunque el naranja no vaya commigo es más cómodo. El uniforme se compone de un polo blanco con el signo del instituto, un jersey amarillo, una falda-pantalón un poco incómoda de color gris oscuro, calcetas o medias y los zapatos solo nos piden que sean oscuros.
Mi madre estuvo tres horas para elejir unos "adecuados".Últimamente está sobreprotegiendome y es agobiante. Ella piensa que estoy deprmida por su divorcio, pero sintiendolo mucho, me alegro. Mis padres se pasaban las noches peleando y yo no podía dormir. Ahora mi madre se pasa las noches llorando o llamando a mi padre para discutir. Conclusión: mis noches se basan en dibujar algún garabato en mi querida libreta y hacerme la sorda para dormir unas horas.
Saco mi iPad, que por suerte creo que aquí lo podemos utilizar en varias clases, rápidamente estoy conectada al wifi del instituto.
-guau!! sí que estan modernizado!!-pienso.
Empiezo las clases a las 9:00 y creo que me voy a caer de sueño. Derepente una mujer alta, con gafas, el pelo castaño claro por los hombros y un estilo bastante sencillo de vaqueros y jersey, baja por las escaleras y se acerca a mi. Yo me pongo de pie y cojo mi mochila, cuando ya está enfrente mía me dice con una dulce y tranquila voz:
- ¿eres Estefanía?
Me aclaro la garganta y respondo:
- sí, sí, Soy yo,bueno, prefiero Steph.
- ah, perfecto. Muy bien Steph, sigueme.
Asiento y la sigo a través de las escaleras y después por el pasillo de arriba, me explica un poco sobre las normas y me da un papel con las actividades extraescolares, se muestra bastante simpática.
- ¿Nerviosa?-me pregunta.
- Bueno... Un poco pero estoy bien.
Al principio del pasillo hemos pasado por la clase de tecnología que parece estar continuada de la de plástica. Enfrente los baños y seguidamente una especie de hall con una gran cristalera y unos sofàs, no está nada mal.
Cuando llegamos al final del pasillo la mujer se para delante de una clase:
- Esta será tu clase a partir de hoy, vamos-dice mientras abre la puerta.
La clase tiene una pizarra digítal a la que enfoca un proyector, al lado hay dos armarios, a un lateral una pizarra de tiza, dos grande corchos al final y una mesa de escritorio, todo bastante sencillo. Doña. Lali, que así es cómo se llama la jefa de estudios, se sienta encima de la mesa y me indica un sitio donde dejar mi mochila. Creo que aquí llaman a todos los profesores por Don y Doña, a mi me gusta porque queda elegante.
Pronto la clase empieza a llenarse de gente, dos chicas me llaman la atención, entran cogidas del brazo y riendose, ambas me sonrién, parecen majas.
Una vez que están todos dentro Doña. Lali me presenta ante la clase, da un discursillo y se va.
Los profesores son amables, todos se presentan y me ayudan a seguir el ritmo, creo que me irá bastante bien, los temas de las asignaturas son parecidos a los que yo daba antes.
Me siento muy integrada ya que la mayoría de asignaturas las damos grupalmente, entre profesores y compañeros me explican todo y me guian.
Tenemos dos recreos y enseguida me presento ante las dos chicas, una se llama Carol, es más alta que yo, cosa que no es difícil, tiene una larga cabellera pelirroja y dos grandes ojos verdes.
Es amante de la música y toca el piano. La otra chica se llama Ana, es rubia con los ojos marrones, tiene un rostro bastante adorable y es una fanática de la poesía.
Ya es la hora de irse y recojo mis cosas. Me dirijo hacia el hall por el pasillo cabizbaja ya que estoy cansada, pero aun así ,mi sonrisa no desaparece. El instituto me ha sorprendido, me han acojido genial y estoy realmente agusto. Es verdad que no tiene nada que ver con mi instituto de antes. Solo llevo unas horas aquí y me siento más viva que cuando dianbulaba por el estrecho pasillo de aquel infierno en el que ni los profesores mostraban en más mínimo interés en conducirte por un buen camino.
Mi miedo ha desaparecido y me siento con fuerza para poder avanzar. Desde que tuve un incidente hace dos años en mi antiguo pueblo tengo como meta progresar y dejar de lado mis malos ámbitos.
Empecé por dar de lado a mis amigas o como las llaman allí, las camoristas. Las barbaridades que eran capaces de hacer dejaban impresionado a cualquiera.
Era una noche de frío y mis padres estaban gritandose a grito pelado, yo ya estaba acostumbrada y ya ni siquiera me importaba el por qué de sus continuas discusiones. Cogí mi chaqueta vaquera y salté por la ventana de mi habitación al tejado. Después, bajé por la escalera que tenía preparada para casos como aquellos y llamé a mi amiga Veronica. Enseguida vinó por mi y nos dirijimos en su moto al puerto. Cartagena quedaba a 2 minutos y enseguida estabamos allí. Las demás ya estaban esperándonos. Maica, que era la peor de las camoristas, se subió a una lancha que ya tenía fichada. No me preguntéis cómo, pero la arrancó. Nos fuimos, estuvimos navegando, riéndonos, bailabamos, nos tirabamos al agua e hicimos de las nuestras. Vamos lo que es una fiesta en el mar en toda regla, ¿Qué pasó?, simplemente, nos pillaron. Estuvimos una tarde y una noche en el calabozo de un cuartelillo de la manga. Mis padres fueron muy crueles aunque me estuvo bien, me lo merecía.
A ellas no volví a hablarles, ni siquiera sabía por qué iba con ellas, eran buena gente porque nunca te obligaban a nada y te ayudaban en muchas ocasiones. Eran una mala influencia y yo era consciente de que eso a mi no me beneficiaba. La excusa de irme a otro pueblo fue bastante bien y ahora solo eramos conocidas. Ahora tengo muchas personas nuevas a las que conocer y este cambio me provoca una gran esperanza en el corazón. Este instituto es muy esperanzador para mi, significa mucho poder empezar de nuevo y ser mejor, tanto estudiante como persona. Esta es mi oportunidad de mostrarle al mundo lo capaz que soy, asique ¿qué mejor sitio que hacerlo que en un colegio que genera tantas buenas espectativas y tan buena impresión?
Entro en el baño y me retoco mi densa melena, me echo agua en la cara y me miro en el espejo, se me acelera el corazón en segundos. No puedo ni gritar del susto que me he dado, clava sus ojos en los míos a través del espejo, noto como las pupilas de mis ojos verdes azulados se dilatan y yo siento un escalofrío por toda la espina dorsal.
- ¿quién eres tú? ¡¡¿¿Y QUÉ ESTÁS HACIENDO AQUÍ??!!- pregunto y acabo gritando mientras apreto los puños a los costados.
Tengo delante a un chico muy alto, creo que es de mi clase y ahora, así de cerca, no está nada mal, pero eso no explica por qué ha entrado aquí. Me hace gracia su tranquilidad, me sigue mirando directamente a los ojos y qué ojos, son verdes cristalinos. Creo que me he quedado embobada durante unos segundos. Me despierto un poco cuando dice con voz pasota:
- Relaja leona que estás muy tensa, soy Lucas encantado- me estiende una mano y me dedica una sonrisa capaz de tirar al suelo a cualquier chica. Le cojo la mano y me dice:
-Perdón de todas maneras, no había tenido oportunidad de presentarme.
- Vale, yo soy Steph,pero podrías haber esperado a que saliera- le digo y cruzo los brazos sobre el pecho.
Pasó todo muy rápido y me alivio encontrar a alguien como yo que hubiera conectado tan rápido conmigo.
A partir de ahi, comimos juntos en un bar cercano, mejor que comer sola y esperar a que viniera mi madre de trabajar. Por la tarde dimos un paseo y acabamos en un parque de skate a las afueras del pueblo, cojio su mochila y se encaramo a una especie de escenario. La pared delantera estaba pintada de negro entera y me sorprendió cuando dijo:
Tachan!!! Uhh... Esos ojos me indican que sabes de qué va el tema. Ves las posibilidades ¿verdad?
¿Y tú qué vas a hacer al respecto?- dije y lo miro directamente a los ojos.
Pues mira-dijo y abrió su mochila de la que sacó tres botes de pintura en spray, pude diferenciar por los tapones: lila, azul, fucsia, blanco, turquesa... Este chico es impresionante y creo que tiene idea de arte. Lo supe al ver su mochila, que tenía un diseño precioso de la calavera de mickey mouse, era un poco satánica pero acababa en unos chorretes de muchos colores, quedaba genial.
Ehh... Tierra llamando a Steph.- no me había dado cuenta, estaba en mi mundo hasta que me dijo eso y lo tenía enfrente sacudiendo la mano de lado a lado frente a mi cara.
Ehh...-lo imite y le puse cara rara- venga, vamos a darle caña- dije y me levante, le quité el turquesa y empecé a pintar, él estuvo un rato mirandome pero enseguida empezó a pintar también. Ibamos coordinados, era impresionante, yo me sentía liberada, creativa, suelta como una pajarrillo.
Sinceramente tenía aquel gusanillo de adrenalina, ese que tienes cuando sabes que estas haciendo algo malo, ese sentimiento de pensar "y si me pillan". Hacia tiempo que habia dejado las gamberradas y pintaba en lienzos de una manera más legal, por mucho que me metieran en un calabozo no iba a dejar de pintar. Esto no tenía nada que ver con el incidente de la barca y creo que sin pintar yo no podría seguir viva.
Nadie me habia hechado la bronca por hacer arte callejero entonces no veía ninguna consecuencia aunque supiera que estaba mal. Tenía el sentimiento de que algún día iba a caerme pensando eso, decidí dejar de hacerlo porque un royecto de reconstrucción necesita todos los cimientos. Pero allí, con Lucas, estaba soltando toda la presión de: el divorcio de mis padres, la soledad, nuevo instituto, se acercaba bachiller...
Era tan inspirador, ni siquiera tenía mucho sentido el dibujo, pero quedó genial:
Se está haciendo de noche, te acompañaré a casa, vamonós- dijo Lucas
El camino a mi casa estuvo bien, la mayoría del tiempo hablaba él. Me contó que tenía una hermana pequeña llamada Marina. Me enseñó una foto en la que salía él con los ojos cerrados mostrando aquella sonrisa y la pequeña Marina con una corona en su cabellera rubia abrazada a su cuello. Según él:
Se la ve muy buena pero a la hora de la verdad es un paqueño diablillo- dijo y se rió.
Creo que pasé la mayoría del tiempo mirando como movía los labios cuando hablaba, así soy yo, me quedo embobada en cuestión de segundos.
Cuando llegamos a la puerta de mi casa hizo el intento de besarme. Me lo había pasado genial con él, había recordado viejos tiempos en los que iba pintando paredes con las camoristas.
Pero en ese momento me di cuenta de que quello no me llevaría a ningún lado, se me pasaron por la mente todas las palabras que me dijo mi madre cuando me recogió de aquel cuartelillo y me sentía fatal por haber hechado todo mi progreso por la borda solo por un chico, seguramente Lucas era genial y me lo pasaría como nunca con él pero no quería salirme de la más estricta legalidad.
Cuando tenía su rostro a centímetros del mío, una lágrima se deslizo desde mi ojo hasta su muñeca que ya sujetaba mi mejilla. No solo eran los recuerdos lo que rodeban mi mente, mi padre esa noche me pegó en toda en la mejilla y yo no sentí nada, nunca me había pegado y yo sentía más el dolor que afloraba en mi pecho que el de aquella agresión. Pasé toda una semana encerrada en mi habitación llorando y mi madre le gritaba a mi padre como nunca lo había hecho, creo que aquello provocó aun más su inminente divorcio. Mi padre y yo ni siquiera nos dirijimos la palabra tras esa semana, me dio un abrazo el día que mi madre y yo nos fuimos definitivamente a Fuente Álamo.
ehh...- me dijo Lucas devolviendome a la realidad con tono conciliador- ven aquí- me abrazó y me frotó la espalda.
Cuando ya había conseguido parar de llorar, obtuve toda la fuerza como para contarle todo, él respondió:
La verdad es que nunca había pintado en la calle, mi tío tiene un almacén cerca de aquel parque, es donde suelo pintar y un día vi aquella pared negra sin sentido. Tenía ganas de pintarla y hasta hoy no había tenido las suficientes agallas como para hacerlo.
¿De verdad?- aquello cambiaba todo, aquel almacén sonaba muy tentador y mi ilusión crecío en instantes
Lo juro- dijó, con eso y una sonrisa que me dedicó me armé de valor, cojí su rostro y posé mis labios sobre los suyos.

Diario de una butaneraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora