En la mañana temprano, un atlético y joven muchacho de unos 21 años, empezó su día, era de esos días soleados y tranquilos que a Sam Moon le alegraba, el hijo mayor de la familia Moon, pelirrojo castaño, ojos verdes y cuerpo trabajado por su propio esfuerzo, era el orgullo de la familia Moon, ya que tenía planeado estudiar medicina y quizá ser tan exitoso como su madre.
Eva Moon, una maestra en la universidad más prestigiosa de la ciudad, y además presentadora de un programa de cocina por las tardes. Su esposo, Harry Moon, un empresario que tenía el 60% de las acciones de su empresa de Cosméticos, que contaba con buen prestigio y alto nivel de demanda.
Eran, como se podía ver, una familia intachable con valores y Morales conocidos por todos, ya que incluso en redes sociales mostraban su apoyo a causas altruistas. Sam, era popular en las redes, a pesar de no ser más que un chico que sube fotos como cualquier adolescente, estaba por conseguir los 200 mil seguidores en Instagram, tenía 59 mil en Twitter y un pequeño numero de seguidores en su Facebook, y aún así el no parecía interesarle más de la cuenta, Sam tenía que honrar a sus padres y hacer todo bien para no decepcionarlos, pues le tenían esperanza, sin embargo, el hijo menor, Caleb, de 18 años era todo lo contrario.
Esa misma mañana mientras Sam hacia su caminata matutina, Caleb dormía plácidamente, sin preocuparse, no fue hasta las 10:00 A.M. que este despertó, aún con sueño, mirándose al espejo, ojeras por desvelarse hasta las 3:00 A.M. y sólo despertar por qué tenía clases y este era su último año de preparatoria, después de haber repetido un año, y prometer no hacerlo de nuevo, con solo llegar 3 horas tarde ese último día bastaba. Caleb era muy diferente a sus familiares, mientras sus padres y hermanos gozaban de un cabello pelirrojo castaño, el se conformaba con un profundo color negro, en la única foto familiar se notaba más el contraste entre el y su familia. Piel muy pálida y con ojeras marcadas, una postura descuidada y por si fuera poco un estilo de ropa que lo hacían la oveja negra de la familia, el examen con calificación de 6 y las tareas apenas presentables, era el reflejo de una vida suficiente, no mala ni buena, solo suficiente para poder al menos no ser un total fracaso, y algo que era muy llamativo en el, era que su estilo lo hacían ver cómo si fuese un emo atrapado en el tiempo, el cabello cubriendo sus ojos y el uso excesivo del negro y los cuadros o rayas, además del piercing de su lengua, Caleb Moon, segundo hijo de la familia Moon, quien parecía ser todo lo contrario a sus padres, era, sin saberlo, el que más cosas tenía en común.
—Buen día— Le sonrió Sam al verlo bajar las escaleras ya listo. —estoy por ir a mi clase, ¿quieres que te lleve? —dijo con su mejor sonrisa—
—Claro —dijo con su monótona voz, pidiendo a su empleada algo de desayunar— ¿Dónde están mamá y papá? — Preguntó Caleb, aunque no le importa se la respuesta—
— Ah, ya sabes, es sábado, ambos toman su camino y no regresan hasta el día lunes, cosas del trabajo...
Caleb escuchaba a su hermano pero no estaba prestando mucha atención, solo le miraba directo a sus labios, tratando de no parecer obvio, cosa que su cabello escondía en su mirada, Caleb era un desastre, pero su mayor desastre era lo que hace tiempo había empezado a sentir por su hermano mayor. No era un enamoramiento ni algo romántico, no era un genuino amor adolescente imposible, era solo lujuria, una lujuria adolescente que descubrió hace unos 3 años. Juraba que todos estaban dormidos menos el, pues desvelarse era común desde esa edad, cuando al volver de la cocina a la 1:00 A.M. escuchó un sonido del baño de su hermano, no solía entrar a su habitación pero lo hizo, caminó hacia el baño personal de Sam, que estaba entre abierto y entre ese pequeño espacio, pudo ver a Sam en la tina, con su Tablet conectada a sus audífonos, mirando pornografía quizá, pero el caso es que, había levantado su camisa, y ahora la tenía sosteniendo con los dientes, dejando ver su abdomen, y con el bóxer hasta las rodillas, auto complaciéndose, los ojos cerrados, el ceño levemente fruncido y el leve sonrojo en sus mejillas lo hacían ver muy atractivo, encendiendo cosas en Caleb, quien miraba la escena, cuando apenas despertaba su sexualidad, fue un boom fuerte para el. Quizá no debió entrar, la puerta estaba bien cerrada y el solo uso un truco para entrar, y Sam no lo notó por los audífonos qué llevaba, y estaba muy concentrado en ello que nunca noto que estaba siendo observado. Movía su mano y se masturbaba de una forma muy lasciva, dejaba salir unos suspiros y jadeos cuando de la nada empezó a ir más rápido, hasta eyacular sobre su mano, presionando los dedos de los pies y mordiendo su labio, indicando lo intenso que había sido, y Caleb, jamás lo iba a olvidar, ese momento en que tuvo una erección a Causa de su hermano mayor, Sam. De ahí en adelante, fue pasar por varias etapas en las que negaba que eso le parecía sexy, a tratar de pensar en alguien más, pero sus sesiones masturbatorias siempre fueron más excitantes cuando pensaba en Sam. Ya para el ese punto estaba más que sentado el hecho de que, por más asco que sintiera por el mismo, había aceptado que eso era parte de el.
— ¿Listo para irnos?
La voz de Sam le sacó de sus pensamientos, ya por fin había terminado de desayunar, y Sam, quien al entrar a la universidad había sido premiado con un auto que pertenecía a su padre, llevó a su hermano menor a uno de sus últimos días de clase.
Caleb al cumplir 17 tuvo la duda de saber si era adoptado, quería al menos tener esa idea, pero al hacerse pruebas, y demás cosas del tipo, determinó que era 98% hijo de sus padres, era un Moon, así no le gustara. Cada que viajaban juntos, oían la radio, ninguno se dignaba a poner música o a insinuar que quería algo diferente y esa era una de las muestras de que ambos era hermanos pero no había una relación cercana, no se hablaban mucho y apenas se veían en casa, cosa que Sam sentía como un fallo.
Cuando eran pequeños, se llevaban tan bien, compartían todo y hasta veían los mismos programas, pero cuando Caleb entro a la secundaria, este se apartó por completo sin saber la razón, ya no hablaban, no se dirigían ni la mirada, y Sam nunca supo la razón, pero desde hace un tiempo se propuso hablar más con el, abrir al diálogo, y llevarlo a su escuela era la forma de iniciar su plan, pues en verdad apreciaba a Caleb, al menos lo que recordaba de el.
—Nos vemos en casa.
—...si.
Y así era una conversación entera con Caleb, y dolía un poco, ser cercano con sus padres y su hermanita menor, quien tenía 12 y estaba la mayor parte del tiempo en guarderías especiales dónde aprendía a tocar instrumentos y jugar ajedrez, por ello, a las 5 de la tarde, cuando no había ninguna empleada doméstica más en casa, era el momento en que la casa de los Moon quedaba sola, pero aún así, debido al barrio donde se encontraba, con tanta seguridad, jamás hubo un solo robo. Y con tanta soledad, ese Viernes, Caleb se encontraba solo en casa, cosa que lo hizo sonreír, subir a su habitación y sin molestarse ni en cerrar la puerta, sacó de su cajón un juguete que había comprado recién por internet, tenía un apartado postal dónde recibía sus juguetes y así no corría el riesgo de ser descubierto, tenía varios y todos eran dildos o vibradores, aceites de masajes aceites lubricantes, prendió la pantalla y con el bluethooth puso en grande, su video porno favorito, una dónde el chico activo era una copia casi exacta de su hermano, castaño oscuro, ojos verdes y complexión parecida, además de algunas facciones, se preparó usando sus dedos húmedos en lubricante y después de ver lo duro que estaba, empezó a penetrar se con el dildo, primera velocidad, segunda...
—Uff...de eso estoy hablando—dijo entre jadeos, yendo al tercer y último nivel— Ah, Sam...
Entre sus sueños más húmedos estaba la simple sensación de ser castigado por Sam, jamás lo había visto enojado o agresivo, pero soñaba , babeaba con verle dándole una nalgada, con el ceño fruncido, Caleb, quien usaba solamente ropa interior de color rosa, pues eso de usar ropa interior de mujer para masturbarse, era una de las cosas que había aceptado como parte de lo que le provocaba placer.
—Ngh...c-coño...— apenas podía con sus palabras, este nuevo juguete era genial, solo bastaban 3 niveles para sentir que estaba en el cielo, ya que se movía dentro de el para simular un vaivén.
—Ah, eso...¡Sam! Hazme llegar—deliraba imaginando a su hermano mayor dentro de el, ayudándose de la ropa interior que Sam había ensuciado el día anterior, y ya no le importaba, con tal de poderlo morder y frotar en su cuerpo algo de Sam, bastaba.
—¡Ah! ¡Me vengo! ¡Sam! me...ngh—
Pero antes de poder experimentar uno de los mejores orgasmos traídos por un juguete, se detuvo al ver a Sam, el verdadero Sam frente a el, anonadado, en shock total, mirando la escena y oyendo a su hermano menor con un dildo en su ano, su ropa interior azul, y pornografía gay, especialmente de alguien con su apariencia, era Obvio lo que sucedía pero, la razón por la que había entrado era por qué ese día se canceló su salida, había oído ruidos extraños y al ver la escena por unos segundos, su cuerpo reaccionó solo y entró, pero ya ahí, no sabía que hacer.
—¿Lo viste? ¿cierto? —dijo la fría y ronca voz de Caleb— Me, viste. — Afirmando está vez.
Sin pensarlo, Caleb se levantó, dejando salir el dildo de su trasero, junto a la tanga rosa, acercándose a él, poniéndose entre la puerta y el.
—¿Enojado? ¿Sam?
— Este se mordió el labio y desvió la mirada—
— ¿Le dirás a nuestros padres?
— N-no
— ¿Estás molesto?
— Este...— no respondió, por qué no sabía que sentir.—
— Bueno, lamento que me vieras así, pero ya que me viste, no puedo dejarte ir así nada más.
— Déjame salir Caleb — dijo tratando de irse—
— ¡No! — estaba temblando, con náuseas y miedo de la situación pero, algo le decía que tenía que hacer eso, no dejarlo ir.
— ¡Fuera de mi maldito camino! —en un movimiento, le dio un puñetazo en la cara para que se moviera pero se arrepintió al ver lo que había hecho.— ¡Ah! Perdón...Caleb, ¿Estás bien?
— Je, je— le miró y por alguna razón, eso lo hizo sentir vivo— me golpeaste.
— Perdón, perdón, no fue mi intención.
— Sam, me excitas, mucho.
— ¿ah? ¿Qué?
— Estoy, muy duro, mira, toca.
Colocando la mano de Sam en su entrepierna, está era la primera vez en sentir una mano ajena pasando sobre su pene.
—Ngh...estoy así, por ti — con una sonrisa maliciosa y voz entrecortada, miró a Sam quien quitó la mano al sentir su dureza.
—Caleb, esto no...
—¿Quieres que te la chupe?
—¿Ah? —su corazón estaba por explotar, jamás pensó que su hermanito pensara eso de el, pero aunque le desagradaba la idea, ahora mismo, el estaba duro
—Hum, vaya, ¿algo te encendió? ¿El Taboo te prende Sam? Jajá, que sucio, que asco
Dijo esto pero frotó sobre el pantalón de este y Sam, quien se estaba resistiendo hace poco, cayó. No por qué la idea de su hermano desnudo sobre el lo matará, si no por qué no sabía que hacer, sumado a que el quería una relación de hermano más estrecha, y que se sentía culpable por el golpe recién, miraba incrédulo como su hermano tenía en su mano, su pene. Moviendo de arriba abajo, después de abrir su cierre y bajado apenas su bóxer, tratando de endurecerlo más, Caleb miraba a los ojos a Sam y le masturbaba felizmente.
—Se siente bien ¿Verdad Sam? —yendo más rápido—
—C-coño... Ah —Jadeo suavemente—
De un momento a otro, se canso de usar su mano, pues lo que el realmente quería, era probarlo, saborearlo, y sentirlo en su lengua, y eso hizo, lo chupó como si ese fuese su última cena, sonaba tan bien, tan obsceno, y lo amaba. Sam, quien nunca había tenido un oral en su vida, sintió eso como una experiencia nueva, era rica, y lo hacía temblar, pero era extraño.
— Ngh, Caleb, espe- Ah!—jadeo al sentí como Chocaba con su garganta. —hazlo, así...
Después de que por fin encontrara la forma de hacerlo sentir mucho mejor eso, lo saco de su boca y con su lengua empezó a lamer la punta, mostrándole lo buena que era su lengua al moverse, y mostrando su piercing.
— Ah, métela toda —dijo sin pensar, tomándole de la nuca, haciéndolo tragarse su pene, y eso hizo que su corazón latiera, con solo la excitación de que Sam le obligará de cierto modo a seguir, era repugnante que fantaseara con la idea de un Sam dominador, pero no le importaba, había amado eso.
— Ngh, hmm..
— Así, chupa, ya casi...casi, casi...hmm — Hizo su cabeza para atrás y jadeo. Aparta, que me vengo...
Caleb negó y solo engulló más su miembro, esto para que pudiese tener el esperma de su hermano en su lengua, moría por eso, quería eso, y aunque Sam se moviera para sacarla, acabo por presionar la nuca de este y correrse en su boca, cosa que puso a mil a Caleb, apretando su pierna, hasta sentir que salía la última gota, este se separó, y escupió lo que había llenado Sam.
— ¡P-perdón! —dijo nervioso Sam, a lo que Caleb solo se subió encima de el.
— Shh, aún va la mejor parte.
— ¿Qué?
— Sigues duro, que sorpresa
Y entonces aprovechó para acomodar el pene de Sam en su entrada, y dejándolo ver, como su miembro estaba justo en la entrada de su hermano, se asustó.
— E-espe...¡ah!
Por fin, dentro, al menos la punta, Caleb, jadeo al sentir como esta fantasía era real
—¿Y bien? —dijo Caleb, seriamente—¿solo tendrás la punta ahí sin hacer nada?
Sam dudó, pero de una, embistió para entrar a la mitad
—¡Ah! ¡Sam! ¡Coño!...—Caleb jadeo y sonrió— que asco...se siente repugnante —dijo, pero su cara era de total felicidad—de verdad, ¿acabas de penetrar a tu hermano menor?
—hmm —las reacciones contradictorias de Caleb le asustaban, pero algo en el, le gustaba, así que solo metió lo que quedaba.
—¡Hmm! ¡Sam! Carajo...—
arqueo la espalda
—Está toda dentro, tengo tu, tu... —
Estaba feliz, sueño hecho realidad, estaba lleno, y solo con eso podría morir feliz
—Oh Dios, tengo tu polla dentro, toda tu polla —
Empezando a subir y bajar, sonriendo
— ¡Ah! ¿Qué harás Sam? ¿Ahora que eres un sucio incestuoso? ¿Ah?
Sam frunció el ceño, pero era raro, oírlo decir eso mientras saltaba sobre su pene de esa manera, ¿acaso no dolía?
— Mierda, no pares, ¡Sam!—
cerró los ojos y frunció el ceño, mordiendo sus labios, esa misma expresión que vio Caleb hace 3 años por primera vez
— Ngh...c-caliente.
— Hmm, UH, Sam, ahí, golpea con tu pene de nuevo ahí —
Jadeo al sentir como tocaba sus zonas más sensibles
— ¡oh! ¡Si! —
Se apoyo en su pecho y lamiendo su cuello susurró en su oído—
—Sam...cógeme tan duro, que no pueda caminar.
No supo si fueron esas palabras o algo más pero, eso lo prendió, lo abrazó solo para levantarlo, ponerlo de costado y entrar profundo en el, levantándole la pierna, poniéndola en su hombro.
— ¿Esto quieres?
— ¡Si!
— ¿Te gusta?
— ¡S-si!
— ¿Qué tal así? En esta parte
— ¡Ah! ¡Justo ahí!
— ¿mas?
— Si, más, más, dámelo todo Sam, hazme tu perra —jadeo— fóllame hasta que quedes satisfecho.
— ¡Caleb!
Dio una última estocada, sin avisarlo, no era necesario, ambos llegaron justo, Sam había aprendido, está vez no salió, eyaculó en su ano y Caleb miraba eso con los ojos llorosos y las pupilas dilatadas.
— Wow.
— Ah, ngh —salió de él, jadeante—
— Sam...
— Tu...nosotros, de verdad.
Pero Caleb no lo dejó acabar, se sentó sobre el, poniendo sus piernas alrededor de sus caderas, haciendo que ambos miembros quedarán juntos, Caleb los tomó con su mano izquierda y le miró.
— ¿Crees que acabó? Sigues duro.
— No...Caleb, no debemos-
— Quiero, lo deseo desde los 15, tuve esta fantasía desde entonces y ahora que se hizo realidad, ¿Crees que me conformaré con un polvo y ya? Quiero que me folles, toda la noche si es posible, y en la mañana, y quiero que sea, alucinante.
— Ah...—
Tragó saliva, eso lo prendía pero le asustaban por qué, recordaba que era su hermano, de sangre, pero, esto se apoderaba de el, algo más fuerte dentro de el, lo empujó.
—Caleb yo...
— Shh, no quiero oír tus cursilerías, solo fóllame —
Dijo masturbando ambos miembros con rapidez.
— Ahhh —
Jadeó, no sabía cómo Caleb podía ser tan bueno con la mano y la lengua.
Pasaron un par de horas más en las que miraban porno, se masturbaban entre ellos y al final, Sam se venía en el trasero de Caleb, quien cada vez lo recibía gustoso, un par de horas de sexo anal ruidoso y duro, al menos para Sam, esa noche, durmió ahí, y ver a Caleb dormir plácidamente después de que habían cogido tan rico que no necesitaría pajas por un año, parecía un buen chico que no dañaría a nadie, Sam simplemente no conocía a Caleb, pero quería hacerlo, aún más que antes.
Sin embargo la actitud de Caleb hacia Sam no cambio, seguía respondiendo con monosílabos, e ignorando lo, incluso ese fin de semana, hasta el domingo en la noche antes de que papá y mamá llegarán, dónde Caleb fue al cuarto de Sam solo con un collar para perro en el cuello.
— Sam, quiero que lo hagamos como un par de perros.
— ¿Cómo? —
Eso sorprendió a Sam, quien estaba leyendo en su habitación.
— Toma —
Dándole la cadena de la correa.
Sam pensaba, que quizá debía parar, pero en vez, tomo la cadena, lo puso contra la pared y empezó a lamer su entrada, uso su lengua muy bien para que estuviese mojado, y Caleb se relamía solo de sentir eso.
— Ngh, ya estoy listo.
— Voy a entrar.
— S-si...¡Ah! ¡Entro la mitad!
— Aquí va la otra mitad.
— ¡Mhh! Oh, si, duele.
— ¿Duele?
— Si, pero sigue, carajo, no pares —
Moviendo su trasero con el.
— Está, estrecho.
Con sus manos, separó su trasero para ver cómo su miembro estaba entrando en su ano de forma más clara.
— Oh...esto es—
Su mente explotó, era increíble, como devoraba su pene y como solo con empujar todo, estaba ya dentro, los jadeos de Caleb parecía música
—Esto es, lo mejor.
—Sam? Oh, ¡Sam!
Este empezó a embestir con velocidad solo para ver cómo su pene entraba y salía, entonces una vez, solo salió por completo y entró de una sola, suficiente para hacer a Caleb venirse.
— Ngh...hmm ¿Sam?
— ¿Llegaste? —
aun sin parar.
— ¡S-Sam!
Lo estaba sobre estimulando y le encantaba, le hacía sentir una perra sucia, un hoyo solo para ser llenado, un culo solo para su placer, y lo deseaba. Sam jaló la cadena y le dio una nalgada, no sabía de dónde había salido eso, pero cumplió otra fantasía de Caleb, era increíble. Esa noche Caleb experimentó el mejor orgasmo hasta ahora, y lo había hecho en la posición "del perrito".-
El lunes en la mañana, su familia comía plácidamente, Sam no podía verle a la cara, pero Caleb bajó con una gran sonrisa, se sentó y apoyo su mejilla en su mano, mirando a su hermano mientras le preparaban el desayuno.
— Caleb, mañana voy por tus calificaciones, espero un buen promedio.—
Dijo su madre, la Sra. Eva.
—¿Oíste?
— Aja. —
Caleb solo respondía pero por debajo de la mesa, puso su pie sobre la pierna de Sam, quien nervioso, trató de hacer que no pasaba nada, mientras su mamá le reclamaba cosas a Caleb, este usaba su pie para frotarlo con el pene de Sam, y este solo nervioso y sonrojado seguía comiendo, no sabía que pasaba, ni que habían logrado, ¿Cuál era la relación con su hermano ahora? ¿Debía parar ya? Pero el no quería, algo se lo impedía, pero ahora estaba seguro de algo, su relación con Caleb daría un gran giro, ya nunca más estarían distantes.
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N/a:
Está es una versión beta y sin editar apropiadamente, así que si tienen dudas, ven alguna falta de ortografía, algo que no se haya entendido o redacción me ayudan mucho con sus comentarios, será borrado pronto así que disfruten.
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Brother ¡yes!
RomanceCaleb, el hermano de en medio se siente atraído por Sam, el apuesto y perfecto hijo mayor de la familia, que casualmente también es su hermano. aunque son opuestos en todo hasta en el color de cabello, lo suyo los llevará a cometer un crimen. Esta h...