Sam

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Ya era medio día, de nuevo llegar a casa y encerrarse en su cuarto y quizá fumar algo de marihuana, jugar en la PC o ver algún Streamer, en verdad, Caleb vivía en piloto automático, se sentía vacío y sin propósito, lo único que lo alegraba eran dos cosas, la pintura y su hermanita, quizá sea un desperdicio de oxígeno según él, pero al menos con su hermana menor era el hermano ejemplar, la cuidaba, veía los mismos youtubers que ella, pues sabía que sus padres ponían mucho encima de ella, también tenía los genes Moon, era pelirroja castaña y tenía los ojos verdes de la familia, al menos en eso, Caleb se parecía físicamente a sus padres, en el color verde de sus ojos. Y esa tarde, jugando ajedrez, le había contado a su hermana, Simonetta, que había un concurso de pinturas y que quería que la suya fuese Seleccionada en el museo de la ciudad como parte de un concurso de talentos, pero no sé atrevía.

—Caleb, yo que tú, entro, igual, el que no arriesga no gana, ¿No?

—Bueno, igual, puedo entrar como anónimo y...

—Caleb.

—Ok, ok, si, quizá — suspiró— ojalá llegue a las finales.

Sonrió de lado pero gruño al ver cómo su hermana de 12 le había hecho jaque mate en ajedrez.

—Ja...me comeré tu pudin de mango.

—Bueno, pero la tercera y última.

—Mal perdedor Caleb.

Pero siguió jugando, ese era su tiempo de calidad con ella entre hermanos, cuando Caleb parecía una persona decente, sin embargo era una cara que no solía mostrarle a nadie.

Sam, cumplía 22 ese fin de semana, el día en que sus padres no podrían estar, pero le dejaron suficiente dinero como para poder hacer una gran fiesta, tendría la piscina y el patio enorme, así que él ya había organizado todo, Sam era una persona que prefería tener todo a tiempo y bien hecho, se notaba su pulcritud hasta en su letra. Entonces ese jueves fue a dormir tranquilo, sabiendo que solo faltaban las bebidas. Pero justamente su noche tendría que esperar un poco, pues Caleb tenía otros planes, entrando a su habitación, cerró con seguro y se sentó en la cama de su hermano mayor.

—Sam...Sam despierta.

Caleb lo llamó insistente hasta que este abrió Los ojos pesadamente.

— ¿Caleb? ¿Qué haces aquí?

—Quiero hacerlo — Dijo sacándose los zapatos—

— ¡¿Ah?!

Entonces Sam despertó por completo, esas palabras lo sacaron de sus adentros, así que se sentó en la cama mirándole.

— ¿Hablas de?...

—Tengamos sexo.

Sam se veía aún más rojo de lo normal, mirando la naturalidad de Caleb al decir ese tipo de cosas, y solo miró estupefacto cómo este se sacaba la ropa.

— ¿Qué esperas? Quítate la ropa.

—Ah, yo...

Jamás entendería a Caleb, cuando eran pequeños se llevaban muy bien, tenían una relación fraternal buena, jugaban juntos, pero cuando Sam entro al bachillerato la relación de estos dos se rompió al instante, el ya ni le hablaba, y así fue por tiempo indefinido, apenas lo veía y casi no salía de su habitación, Sam quería de nuevo a su hermano pero ahora estaba dejando que su peor parte lo guiará.

—Ven, mira, mis pezones.

— ¿Uh?

Caleb estaba sin camisa y sin ropa interior frente a él, su cuerpo suave y blanco, mostraba los genes buenos de la familia, incluso sus pezones, parecían dos botones rosa, era bastante tentador.

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2022 ⏰

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